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miércoles, 19 de febrero de 2014

El vaso con agua

Cuando a alguien le señalan el camino a seguir, es posible que lo siga o que encuentre problemas y no sea capaz de salir de ellos, ya que las indicaciones no proceden de la propia conciencia. Te marcan el camino, te ayudan, pero tú mismo no eres consciente de tu propio esfuerzo para encontrar las soluciones.

Seguimos abogando por la conciencia personal, por llegar a unas conclusiones que te muevan a formar parte de tus propias soluciones, con una energía que queda dirigida al aspecto positivo en vez de al negativo. Y para esto no hay otra fórmula más que el poder de la reflexión y la apertura de la mente.

Hemos de mirar nuestro interior, no el del otro. Hemos de mejorar nosotros, no el otro. Porque cuando cambio yo, cambia el otro. Os lo aseguro, pero como esto no funciona por la experiencia de nadie ajeno, comprobadlo. Funciona.

Os dejo ahora con una pequeña historia para que os sirva de reflexión y no caer en un victimismo que para nada ayuda a salir de las aguas turbulentas en las que, muchas veces, caemos nosotros mismos. Que os aproveche.

Un psicólogo en una sesión grupal levantó un vaso de agua, todo el mundo esperaba la típica pregunta: ¿Está medio lleno o medio vacío? Sin embargo, preguntó:

- ¿Cuánto pesa este vaso?
Las respuestas variaron entre 200 y 250 gramos.
El psicólogo respondió: "El peso absoluto no es importante, depende de cuánto tiempo lo sostengo. Si lo sostengo 1 minuto, no es problema, si lo sostengo una hora, me dolerá el brazo, si lo sostengo 1 día, mi brazo se entumecerá y paralizará. El peso del vaso no cambia, pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado, más difícil de soportar se vuelve."

Y continuó: "Las preocupaciones son como el vaso de agua. Si piensas en ellas un rato, no pasa nada. Si piensas un poco más empiezan a doler y si piensas en ellas todo el día, acabas sintiéndote paralizado, incapaz de hacer nada."

Moraleja:

(A ver si tú llegas a reflexionar y escribirte qué quiere decir esta pequeña historia. Reflexiona sobre tu propia moraleja.)