Corremos, nos falta tiempo, hemos de conseguirlo, es nuestro
objetivo, me falta tiempo y quiero hacer lo que quiero pero debo hacer lo que
hago. Vamos corriendo, persiguiendo… ¿qué?...No lo sabemos, pero queremos algo
que aquel hace y hay que ver que bien le va, claro, pero él puede…tiene tiempo.
Estamos “pillados” por esta sociedad, más bien, por su ritmo
que nos susurra silbante al oído que hay que seguir, no parar…Corre, haz más,
preocúpate de aquellos a quien quieres porque sin ti están peor…¿Ves? Soy necesario…debo
correr, hacer…
Sí, estamos manejados por el ritmo que nos imponen y al final
el tempo, la cadencia se mete en nuestra mente y nos conduce a un abismo de
necesidades que desemboca en esta entidad neurótica que se ha embebido hasta el
rincón más recóndito de nuestra alma. Solo hasta que esta estalla estando en
manos de un destino que no conducimos nosotros.
Ansiedad, depresión, dolor del alma, abandono. Simplemente porque
cuando no sabemos qué hacer seguimos inmersos en ese juego psicótico que nos
amarga; y envidiamos al que hace lo que nosotros no “podemos” hacer. Y es tan
sencillo como que cuando no sepas qué hacer y te inmovilice la situación…¡¡¡¡Diviértete!!!
Baila, tómate un helado, sal, para en esa dirección y vete a
la playa a tomarte una cerveza, escribe, mira, haz yoga, lee, pasea, cambia
canales, disfruta de una buena comida, de una buena conversación, respira el
aire del monte, enamórate, mira los ojos de tu pareja, haz el amor, mira los milagros de la naturaleza, oye llover
sin pensar que se te está mojando la ropa que tendiste, escucha la radio,…haz
nada, si te apetece.
Pasamos nuestro tiempo con el tedio, la monotonía, la mente
cerrada y eso ayuda a mantenernos en esa neurosis colectiva que nos come por
los pies y cuando sube nos abraza, fagocitándonos sin pedir permiso alguno.
¿Dónde estás?
Muévete
y si te quieres encontrar bien, como decía mi hijo pequeño, búscate mejor, y
deja de ponerte las excusas que has aprendido para no parar y no mirarte tú…únicamente
tú.
La realidad es la que yo quiero vivir y la que manifiesta mis
círculos beneficiosos de tiempo que me hacen vivir la vida, en momentos, en
fragmentos, pero son los míos, exclusivamente míos. Y debo encontrarlos,
crearlos, propiciarlos para no neurotizarme más de lo que está esta sociedad
que se alimenta de aquel “soma” que decía Aldous Huxley.
Ya sabes, cuando no sepas qué hacer, ¡¡¡¡DIVIÉRTETE!!!
Juan José López Nicolás
No hay comentarios:
Publicar un comentario