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martes, 2 de abril de 2019

La mente y su descontrol

Muchas veces hemos dicho o hemos leído que la Mente es nuestra amiga y también nuestra enemiga, dependiendo de qué cosa nos mande hacer o realizar, con ese poder real que tiene sobre nosotros, pero que muchos creen que es necesario acallar, relajar o mejor, en momentos, aprender a no pensar, a ejercitar nuestro cuerpo para que acuda a los sitios que quiera sin esa rémora que es la mente, juez y ejecutor de todo lo nuestro, y con mucha capacidad para juzgarnos y hacernos creer lo que no es, hasta anular nuestras acciones.

Cuando la mente dice que sí a algo es mejor no resistir porque se realiza, si o sí. Es muy poderosa y nuestra energía debería ir en ocasiones a saber cómo no pensar para huir de los designios de ese poder tan alocado e irresistible, porque nos puede y creo que le tenemos bastante miedo, pero mira por donde todos no pensamos igual, faltaría más. Os dejo con una artículo encontrado en la Red, en la página https://www.jananguita.es, que nos habla precisamente de la necesidad que todos tenemos de que la mente nunca, nunca se pare, y defiende que “querer acallar la mente completamente es como querer detener el corazón. Sin la mente no habría vida.”  (Jan Anguita)

Leedlo y reflexionad porque tenemos servido el debate que tanto nos gusta.

“¿Qué opinión tienes de tu mente?
En general no tiene muy buena fama, ¿verdad? A menudo la tratamos como a un enemigo. Como si fuera el origen de todos nuestros problemas.
Y en parte tenemos razón: es verdad que tenemos un problema con la mente. Se descontrola con mucha frecuencia, y empieza a hacer cosas sin aparente sentido.

Pero el problema no es ella, el problema somos nosotros. La mente es una herramienta fantástica, lo que pasa es que no la estamos usando correctamente. Por esta razón, en este artículo me gustaría hablar de cómo funciona la mente exactamente, de por qué tiene esta tendencia a descontrolarse y de qué podemos hacer para evitarlo.

La mente es la herramienta que crea nuestra vida, y si queremos vivir de forma plena y satisfactoria, tenemos que entenderla bien y aprender a controlarla.

Qué Es la Mente
El primer paso para entender bien cómo funciona la mente es tener siempre presente cuál es su verdadera función. Y, como explicaba en un artículo reciente, la función de la mente es crear. La mente no sirve para tomar decisiones ni para analizar nuestro entorno, sino para crear la realidad.

Normalmente no somos muy conscientes de este hecho, y este es uno de los motivos por los que hemos perdido el control de la mente. No vemos la conexión que existe entre nuestra mente y la realidad que vivimos, y creemos que son dos cosas separadas.
Pero si te fijas bien, verás que tu vida encaja perfectamente con el tipo de pensamientos que tienes habitualmente. Y no es casualidad: la mente crea la realidad.

De hecho, desde un punto de vista profundo, la mente ES la realidad. En última instancia, el universo no es otra cosa que la mente de Dios. Todo lo que ves a tu alrededor son pensamientos que Dios está teniendo ahora mismo. Pero este es un tema que se merece un artículo entero. O dos… 
El hecho de que la mente sea la herramienta que crea la realidad hace que tenga una característica muy particular: no se puede detener. 

La mente no se puede parar, porque si lo hiciera, la vida al completo se detendríaEs importante tener esto en cuenta porque hay una tendencia bastante generalizada a afirmar que la mente debe detenerse. Que la mente es un obstáculo para ver la realidad profunda de las cosas, y que debemos hacerla callar. Muchas veces, se asocia el concepto de meditación con esto: acallar la mente.
Pues bien, esto no sólo no es posible, sino que además sería muy perjudicial. Querer acallar la mente completamente es como querer detener el corazón. Sin la mente no habría vida.

¿Por Qué la Mente se Descontrola Tanto?
Dado que la mente no se puede detener, esto quiere decir que siempre está creando. Siempre.

Es importante dejar de ver este hecho como algo negativo, porque es todo lo contrario. Piensa que si tu mente se detuviera, tu vida se acabaría. Así que debemos dejar de obsesionarnos con la idea de detener la mente: es un esfuerzo completamente inútil, además de ser un auténtico intento de anularse a uno mismo.
En cambio, lo que sí merece nuestros esfuerzos es aprender a dirigir la mente. Debemos aprender a controlar nuestra mente para que cree lo que deseamos. Esta es la clave de una vida plena. Y esta es también la clave del problema que tenemos con la mente.

Déjame que te haga una pregunta: cuando caminas, tú decides donde pones los pies, ¿verdad que sí? Y también sabes que en cualquier momento puedes parar tus piernas o cambiar la dirección que llevan, ¿verdad?
Ahora bien, ¿haces lo mismo con tu mente? ¿Escoges conscientemente qué quieres pensar en cada momento? ¿Eres consciente de que tienes el poder de cambiar el rumbo de tus pensamientos cuando quieras? ¿Usas este poder?

Lo más probable es que la respuesta sea “no”.

No estamos dirigiendo nuestra mente, este es el origen del problema. Por esta razón nuestra mente va divagando de una idea a otra sin aparente sentido. No hay nadie dirigiéndola, así que navega sin rumbo definido.
Para entenderlo mejor, imagínate un capitán que está conduciendo un barco, y que de repente suelta el timón y se pone a mirar por la barandilla. ¿Qué hará el barco?

No se quedará quieto, ¿verdad? Seguirá moviéndose, pero en lugar de estar gobernado por alguien que sabe a dónde quiere ir, se moverá a la deriva.
Pues esto es lo que nos pasa a la mayoría de nosotros: nuestra mente va a la deriva porque nadie la está guiando. No le estamos diciendo dónde que queremos que vaya. No estamos escogiendo conscientemente nuestros pensamientos.
Hemos soltado el volante y nos hemos puesto a mirar por la ventana.

Quién Controla Tu Mente
Actualmente, la mayoría de las personas no controlamos activamente nuestras mentes. No elegimos de forma consciente lo que pensamos.
Pero como no puede detenerse, la mente sigue creando. Una pregunta importante es: si no somos nosotros los que decidimos el tipo de pensamientos que crea nuestra mente, ¿quién lo hace?

Para responder a esta pregunta podemos volver a usar el ejemplo del barco: cuando un capitán deja de guiar su barco, ¿hacia dónde se mueve? Pues si nadie lo guía, el barco se mueve en función de dos cosas: la dirección que llevaba antes de que el capitán se fuera, y el movimiento del mar.
Pues lo que le pasa a nuestra mente cuando no la guiamos es muy similar: continúa moviéndose en función de dos cosas:
1.      La dirección que llevaba.
2.    Los pensamientos de la humanidad en general, especialmente nuestro entorno más cercano.

El primer punto es el que hace que, si no hacemos nada para evitarlo, los pensamientos tiendan a ser repetitivos. Como cualquier otra cosa, la mente tiene inercia, y tiende a seguir la dirección que llevaba si nada la hace cambiar.

Esto quiere decir que, si no haces un esfuerzo consciente para controlar lo que piensas de forma deliberada, tus pensamientos tenderán a ser los mismos una y otra vez. Y esto, a su vez, hará que las cosas que te pasan también sean siempre las mismas: como si estuvieras en un bucle de repetición.

Seguramente, esta sensación la has vivido muchas veces, ¿verdad? Nos pasa a todos. Pues el motivo es que no estamos guiando nuestra mente, de manera que se mueve por inercia en función de los pensamientos del pasado.

Aparte de la inercia, hay otro componente que también afecta a la dirección de la mente: los estímulos que nos llegan del exterior.
Por ejemplo, si tú estás tan tranquilo pensando en cosas agradables, y llega alguien y te cuenta una mala noticia, seguramente te afectará y hará que cambie la dirección de lo que estabas pensando hacia cosas más negativas.
Pero esto sólo será así si tú no controlas activamente tu mente. Tú eres el dueño absoluto de lo que pasa en tu cabeza, y los acontecimientos externos sólo pueden afectar a tus pensamientos si tú dejas que lo hagan.

Si un capitán apaga los motores del barco y suelta el volante, el barco se volverá muy vulnerable al movimiento del mar. Pero con los motores a toda máquina y el timón bien agarrado, el barco rompe las olas y marca libremente su camino.

Del mismo modo, si tú tomas el control de tus pensamientos, el mundo exterior no los puede modificar.

Como Controlar la Mente
Resumiendo un poco lo que hemos comentado hasta ahora, se podría decir que la mente tiene dos modos de funcionamiento, uno activo y uno pasivo:
  • En modo activo, tú decides deliberadamente qué pensamientos quieres tener.
  • En modo pasivo, la mente va “sola” y crea pensamientos en función del pasado y de lo que está pasando en tu entorno.
Así pues, para que nuestros pensamientos (y por lo tanto nuestra vida en general) no sean una rueda repetitiva ni dependan de lo que ocurre en nuestro entorno, debemos empezar a guiar a nuestra mente de forma activa. Debemos controlar deliberadamente lo que pensamos.
Esto es algo que no estamos acostumbrados a hacer. Por alguna extraña razón, ni se nos pasa por la cabeza la posibilidad de controlar nuestros pensamientos. Creemos que hacer algo así ni siquiera es posible. Hemos aceptado como normal el hecho de que la mente vaya sola.

Pero este es un lujo que no nos podemos permitir. Lo que pasa por nuestra cabeza se acaba manifestando en la realidad externa, así que si no controlamos nuestra mente, no controlamos nuestra vida.”

martes, 15 de enero de 2019

Mi yo lo veo en ti

Es curioso, y lo quiero hacer notar, que cuando hablamos de personas que no nos caen bien solemos siempre mirar hacia fuera, hacia el otro, como si de verdad nosotros mismos no pudiéramos ser también esas personas a la que no se nos aguanta, esas que suelen llamar tóxicas porque no nos damos cuenta, por las perspectiva, que cuando estamos señalando al otro tal vez sea porque nuestra proyección se dirige hacia ellos, manifestando meramente una imagen de nosotros mismos.

Sí, puede ser que si nos miramos al espejo veamos eso que ni a nosotros nos gusta y que tanto criticamos en los demás. Tal vez estemos ante ese refrán de que vemos la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Puede ser…Pero no hay que martirizarse si esto es así, porque estamos de enhorabuena. Hemos sido conscientes, nos hemos dado cuenta de qué nos sucede, de qué es aquello que no nos gusta y estamos tomando conciencia del error para poder ponernos a trabajar, en el camino adecuado para llegar, en lo posible, al equilibrio que se suele andar buscando.

No andamos buscando el ser perfecto pero sí el ser que intenta que la felicidad de los demás se conjugue con la nuestra y la convivencia pueda ser fruto de todas las formas de negociación que tienen el amor de manifestar su aquiescencia, para llegar a solucionar los problemas que la pareja presenta a lo largo de su “carrera”.

Firmemente creo que esa carrera de obstáculos que nos da la vida es más solucionable si introducimos el ingrediente del amor como facilitador para abordarnos y abordar al otro desde un punto libre de beligerancia. Y para ello tenemos que hacernos accesible y no convertirnos en esos que nadie quiere estar con ellos y evitan por “mala sombra”, porque siempre hablan a gritos, porque critican y ven negatividad y jamás el potencial y lo positivo del otro; cuando no hemos logrado encontrar el verdadero concepto de empatía y nos hemos empoderado como víctimas de este mundo porque así nos hacemos notar mejor y la gente nos “acaricia” y nos hace caso; aunque víctimas nos sentimos pero queremos llevar el control de absolutamente todo y no escuchamos a nadie porque la razón siempre es nuestra…Tal vez todo esto nos haga de  verdad ser tóxicos y debamos trabajarlo porque la verdad es que también huimos de personas que se muestran así.

Y hay un secreto que casi nunca se pone en práctica para lograr combatir estos aspectos que nos separan precisamente de aquello que queremos mantener junto a nosotros porque nos merece la pena. Ese secreto no es otro que la HUMILDAD.

Humildad mezclada con dosis altas de sinceridad, de una voluntad de cambio y toma de conciencia sincera, porque si no es así puede convertirse en una falsa humildad para ser la puerta de una verdadera manipulación.

Si soy capaz de ver en ti lo que no me gusta tal vez lo que esté viendo es una proyección de mí en ti y, como es lógico, no me gusta absolutamente nada.

Mejoremos nuestro aprendizaje de nosotros mismos en esas dos vertientes: desde nuestro interior, sin salir de él y desde lo que me devuelve el otro a través de mis transacciones verbales y emocionales.

jueves, 3 de enero de 2019

Jornadas sobre Relaciones Familiares

Amigos, buenos días y feliz año 2019, que comienza y que espero  os sea todo lo venturoso que pueda ser.

Os dejo información sobre formación organizada por la Asociación de Terapeutas Familiares de la Región de Murcia: LAS VI JORNADAS SOBRE RELACIONES FAMILIARES, y contamos con la presencia, como invitado, del Dr. Juan Luis Linares.

El doctor Juan Luis Linares es Psiquiatra por la Universidad de Granada y Psicólogo por la Universidad de Barcelona. Doctor en Medicina por la Universidad Autónoma de Barcelona y Ex-Profesor titular de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Su amplia trayectoria profesional le convierte en uno de los terapeutas sistémicos más prolífico y reconocido en la lengua castellana principalmente, aunque sus obras han sido traducidas al italiano, francés, portugués e inglés.

Malagueño de nacimiento y catalán por adopción, investiga los más variados temas de los problemas humanos y la psicopatología, y como producto de sus años de trabajo clínico e investigación ha construido un modelo de trabajo psicoterapéutico que denomina “Modelo de Nutrición Relacional”, también conocido como “Teoría de las Relaciones Básicas”. En él describe los modos de relaciones más frecuentes en las familias que atraviesan patologías graves y situaciones sociales complejas.

Colabora con diferentes centros de estudios sistémicos alrededor del mundo, y ha disertado en congresos y seminarios en más de 40 países. Cuenta con múltiples libros en su obra y una innumerable cantidad de artículos científicos como investigador principal y como colaborador.

Os esperamos.