Cuestionario
SIA
Las personas deben estar preparadas para manejar inteligentemente los
conflictos interpersonales. Estos surgen naturalmente, debido a que los
individuos poseen creencias, sentimientos y deseos divergentes. De no manejarse
con cuidado, estos conflictos pueden causar sentimientos de inseguridad,
exclusión, irritación y frustración.
Tales situaciones de tensión pueden prevenirse
por medio de un comportamiento asertivo
responsable. La asertividad fue descrita
inicialmente en 1949 por ANDREW SALTER como un rasgo de personalidad, y la
entendemos como un
comportamiento comunicacional maduro en el cual la persona no agrede ni se
somete a la voluntad de otras personas, no obstante, muchos obvian
el valor de promover el comportamiento asertivo. Algunos se oponen al
entrenamiento en asertividad debido a que confunden el comportamiento asertivo
con el agresivo. Cuando estas personas escuchan la palabra “asertividad”,
imaginan personas que demandan sus derechos en forma ruidosa y ofensiva. Dichas
personas consideran que entrenar a alguien para ser asertivo significa
convertirlo en un ser calculador y manipulador, que intenta controlar a los
otros con el objeto de lograr fines egoístas. Ellos temen que la asertividad
transforme a personas agradables en seres rebeldes e irritables. Nada podría
estar más alejado de la realidad, ya que esas características son típicas del
comportamiento agresivo y no del comportamiento asertivo.
El hecho es que el comportamiento de las personas fluctúa entre la
pasividad y la agresividad, y el comportamiento asertivo se ubica entre esos
dos extremos. La asertividad se basa en valores humanos que sólo pueden ser
beneficiosos para la comunicación interpersonal. Una vez que las personas
comprenden realmente las metas, derechos y comportamientos asertivos, aprecian
con prontitud su valor en promover el desarrollo de conceptos saludables de la
autoestima y la habilidad interpersonal efectiva.
En un clima adecuado, los individuos pueden lograr sus derechos sin
perjudicar a otros ni ir en contra de los derechos de los demás. La actuación
asertiva ayuda a que las personas controlen su comportamiento (siendo menos
temerosas y más expresivas sin llegar a la agresividad y hostilidad). Al
aplicarse correctamente, la asertividad establece un balance de poder entre
individuos en conflicto, de manera que cada uno obtenga provecho de la
interrelación. El propósito no es someter a otros, sino más bien asegurar la
satisfacción mutua en la resolución de conflictos.
La meta principal de la asertividad consiste en mejorar la auto imagen
y aumentar la efectividad en situaciones sociales y profesionales. El
comportamiento asertivo puede optimizar la contribución del individuo a la
organización o en general a un contexto social. Sin embargo, este
comportamiento puede lograrse solamente si comprendemos y respetamos los
derechos individuales.
La comparación de los patrones de comportamiento asertivo, agresivo y
pasivo, provee una visión sobre los beneficios personales, profesionales y
organizacionales que aporta el conocimiento asertivo responsable.
El comportamiento pasivo ocurre cuando la persona renuncia a sus
derechos por complacer a los demás. Los derechos de los individuos pasivos son
violados, bien sea porque ignoran sus propias necesidades o porque permiten que
otros abusen de sus derechos. Estas personas usualmente justifican su
comportamiento con el supuesto deseo de no querer crear problemas o
involucrarse en situaciones desagradables, Generalmente aceptan toda crítica,
sintiéndose culpables y se disculpan aun cuando la crítica sea injusta.
Cuando surgen conflictos interpersonales inevitables, típicamente, las
personas pasivas no expresan sus opiniones o sentimientos tratando de ocultarlos.
Nuestra cultura promueve la pasividad al enseñar a los individuos a no expresar
sentimientos por el miedo de ofender a otros. En realidad, tal comportamiento
motiva a otros a aprovecharse de la situación y a infringir los derechos de la
persona pasiva.
Cuando los individuos sienten que deben comportarse asertivamente pero
reaccionan con pasividad, disminuye su autoestima. Aunque algunos manifiestan
admiración por las personas pasivas, lo que realmente les agrada es el no ser
obstaculizado por ellas.
Aun cuando la pasividad ayuda a evitar los conflictos, las personas
pasivas usualmente se sienten explotadas, no tomadas en cuenta, indefensas,
molestas o resentidas. No sólo pierden el respeto de otros sino, aún más
importante, el respeto propio.
Los efectos de la continua pasividad son acumulativos y en último
término, devastadores. La pasividad continúa erosionando la autoconfianza y, en
algunos casos, causa depresión severa y un sentido general de minusvalía. Los
deseos de las personas pasivas son obviados en la mayoría de las situaciones y
rara vez logran su pleno potencial.
Los individuos pasivos, pocas veces aceptan la responsabilidad por la
calidad de sus vidas. Algunas veces, cuando se les presiona demasiado hacia una
situación desagradable, pierden el control sobre sus emociones y reaccionan
explosivamente. Sin embargo, lo más común es que jueguen al mártir silencioso,
culpando secretamente a los demás por su falta de autoestima. Rara vez se dan
cuenta de su cuota de responsabilidad por su situación infeliz.
A diferencia del comportamiento pasivo, el comportamiento agresivo
ocurre cuando las personas pelean por sus derechos de tal manera que llegan a
violar los derechos de los demás. Los individuos agresivos con frecuencia se
comportan ofensivamente y utilizan el sarcasmo y la intimidación para dominar a
otros. Tienden a emitir señales sutiles de que crean climas de comunicación
defensiva y provocan discusiones y hostilidades en lugar de promover la
cooperación. Independientemente de cómo se manifieste, el comportamiento
agresivo desmoraliza a los demás.
El comportamiento agresivo puede promover un círculo vicioso. Las
personas agresivas discuten a menudo para defenderse de las críticas que ni
siquiera han sido emitidas. Ello se debe a su vulnerabilidad ante amenazas
(reales o imaginarias). A su vez, el comportamiento promueve una reacción de
antagonismo en los demás.
En efecto, las personas agresivas intentan destacar a costa de la
autoestima de otros. El propósito de esta agresión es dominar o humillar a
otros en lugar de expresar los sentimientos honestamente. En los encuentros
agresivos, los participantes se ven forzados a adoptar posiciones antagónicas.
El comportamiento agresivo se manifiesta de muchas maneras, todas
improductivas. Al igual que las personas pasivas, los individuos agresivos se
preocupan por su incapacidad de establecer relaciones amistosas y resolver
conflictos satisfactoriamente. A largo plazo, el comportamiento agresivo sólo
produce consecuencias desfavorables: nadie gana, todos pierden. El
comportamiento asertivo ocurre cuando los individuos defienden sus derechos sin
que ello implique violar los derechos de los demás. La asertividad implica
expresiones directas, honestas y apropiadas de nuestras creencias, necesidades
y sentimientos. Significa auto respeto; es decir, valorarse a uno mismo y
tratarse con tanta inteligencia y consideración como merece cualquier ser
humano.
Al comunicarnos con personas agresivas, podemos saber cuáles son sus
posiciones, ya que expresan lo que piensan. Sin embargo, la asertividad no
implica que uno pueda hacer o decir cualquier cosa bajo el pretexto de la
franqueza. El comportamiento asertivo maduro nos lleva a ser responsables de
nuestras acciones.
Debido a que las personas asertivas consideran que todos los individuos
tienen iguales derechos a expresarse honestamente, demuestran que respetan a
los demás tanto como a sí mismos. Por lo tanto, el comportamiento asertivo
aumenta la autoestima, conlleva al desarrollo del respeto mutuo y al logro de
las metas propias sin sacrificar la de otros.
No obstante, los individuos asertivos no siempre logran lo que desean.
Se puede ser asertivo y realizar algo que no deseamos hacer, si alguien lo
requiere verdaderamente. Sin embargo, no es asertivo el hacer algo que otra
persona desea si tenemos resentimientos al respecto. Las personas asertivas
buscan lograr el equilibrio entre estar excesivamente preocupadas por los demás
– al punto de olvidar sus propias necesidades y el de ser egoístas. El comportamiento
asertivo reduce las posibilidades de dañar, culpar o alienar a otros.
Dar a conocer nuestras necesidades y tomar responsabilidades por
nuestras acciones, disminuye la tendencia a culpar a otros o a vengarse de
ellos cuando no se alcanzan las metas propuestas.
Las personas asertivas pueden escuchar las críticas, evaluarlas si son
pertinentes y luego negociar los cambios de comportamiento deseables. Mientras
que el comportamiento agresivo sacrifica los derechos de un individuo para que
otro se beneficie, el comportamiento asertivo se enfoca en negociar cambios de
comportamientos razonables y mutuamente beneficiosos. Hay que saber que atacar
al que tenemos enfrente en vez de hacerlo con el comportamiento que nos ha
disgustado, es destructivo.
Cuestionario
de Suposiciones e Ideas Asertivas-
Escribe en un
papel el número de las frases que se enumeran con las que estás de acuerdo,
anota aquellas que para ti son ciertas y definen tu forma de pensar o actuar en
tus relaciones con los demás.
1. Es ser egoísta anteponer las necesidades propias a las de los demás.
2. Si alguien hace una pregunta tienes derecho a responder o a no hacerlo.
3. Es vergonzoso cometer errores. Hay que tener una respuesta adecuada para
cada ocasión.
4. Es una buena política el no estar pendiente de si la gente tiene o no buena
voluntad.
5. Si uno no puede convencer a los demás de que sus sentimientos son
razonables, debe ser que está equivocado o que se está volviendo loco.
6. No estás obligado a tener que anticiparte a los deseos y necesidades de los
demás.
7. Hay que respetar los puntos de vista de los demás, especialmente si
desempeñan un cargo de autoridad. Mejor guardarse las diferencias de opinión
para uno, escuchar y aprender.
8. Tienes derecho a no responsabilizarte de los problemas de los demás.
9. Hay que intentar ser siempre lógico y consecuente.
10. Tienes derecho a no tener que justificar ante los demás tus sentimientos y
acciones.
11. Hay que ser flexible y adaptarse. Cada uno tiene sus motivos para hacer las
cosas y no es de buena educación enfrentarse e interrogar a la gente.
12. Es adecuado estar solo si lo deseas, aunque los demás deseen tu compañía.
13. No hay que interrumpir nunca a la gente. Hacer preguntas denota estupidez.
14. Tienes derecho a decir “no”.
15. Las cosas podrían ser aún peores de lo que son, No hay que tentar a la
suerte e intentar cambiarlas.
16. Ante un trabajo bien hecho tienes derecho a recibir aprobación y
reconocimiento.
17. No hay que hacer perder a los demás su valioso tiempo con los problemas de
uno.
18. A veces, está bien ignorar los consejos bienintencionados de los demás.
19. A la gente no le gusta escuchar que uno se encuentra mal, es mejor
aparentar que estás bien.
20. Tienes derecho a pedir a los demás ayuda y apoyo emocional.
21. Cuando alguien se molesta en dar un consejo, es mejor tomarlo seriamente en
cuenta, porque suele tener razón.
22. Es humano sentir dolor, así como, poder expresarlo.
23. La satisfacción de saber que se ha hecho algo bien es la mejor recompensa.
A la gente no le gustan los alardes. La gente que triunfa, en el fondo, es
envidiada. Hay que ser humilde ante los halagos.
24. Vayan las cosas bien o mal, tienes perfecto derecho a intentar un cambio.
25. Hay que evitar dar negativas a los demás e intentar adaptarse, de lo
contrario, no los encontrarás cuando los necesites.
26. Es legítimo interrumpir a cualquiera si necesitas una aclaración.
27. No hay que ser antisocial, si dices que prefieres estar solo, los demás
pensarán que no te gustan.
28. Tienes derecho a hacer críticas y a protestar por un trato injusto.
29. Tienes que tener siempre una buena razón para lo que sientes y haces.
30. Tienes derecho a cambiar tu forma de pensar o tu forma de actuar.
31. Cuando alguien tiene un problema siempre hay que ayudarle.
32. Tienes derecho y es saludable tener tus propias opiniones y
convencimientos, aunque difieras de los demás.
33. Hay que ser sensible a los deseos y necesidades de los demás, aún cuando
éstos sean incapaces de demostrarlos.
34. Tú debes ser el juez último de tus sentimientos y aceptarlos cómo válidos.
35. Es una buena política ver siempre el lado bueno de la gente.
36. Tienes derecho a cometer errores.
37. No está bien quitarse a la gente de encima, si alguien hace una pregunta,
hay que darle siempre una respuesta.
38. Algunas veces, está bien anteponer las propias necesidades.
RESULTADOS:
Las aseveraciones numeradas con un Nº IMPAR definen suposiciones
“falsas” que nos impiden comportarnos con los demás de una manera asertiva.
Cuanto mayor sea el número de estas cuestiones con las que estás de acuerdo,
mayor es la probabilidad de que tengas problemas de asertividad. Las relaciones
sociales te producen malestar.
Las aseveraciones con un Nº PAR definen cada uno de los derechos
legítimos que tenemos como individuos, y, por tanto, facilitan comportarnos
como adultos asertivos. De la misma forma, elegir un mayor número estas ideas,
es indicativo de que eres una persona asertiva, y te manejas con eficacia en
las situaciones sociales. Las interacciones con los demás te generan
satisfacción.