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viernes, 20 de enero de 2012

Tomar decisiones


Tomar decisiones. Más fácil decirlo que hacerlo, lo sé, pero la mayoría de veces es cuestión de supervivencia para poder mantener nuestro equilibrio personal.
Todos los días tomamos pequeñas y grandes decisiones, unas más importantes o con mayores consecuencias que otras, pero decisiones al fin yal cabo… Las decisiones son parte de nuestra vida y la forma en que las tomemos y las razones que utilicemos de base para tomarlas serán determinantes para nuestro éxito o fracaso en lo personal y en lo profesional.
La vida que llevas hoy es el resultado de las decisiones que has tomado en el pasado. De igual forma, la vida que llevarás en el futuro será el resultado de las decisiones que tomes en el presente. Nada tiene un mayor impacto en tu destino que las decisiones que tomas en la base del día a día.
Quiero compartir contigo un ejercicio para aprender a tomar decisiones de forma más o menos rápida y fácil.
Paso 1: Define tu decisión: Tómate unos minutos para escribir la decisión que estás a punto de tomar. Escribir tus pensamientos en papel puede permitirte ver las cosas desde un punto de vista diferente. Recuerda que un problema bien definido es un problema medianamente solucionado.
Paso 2: Identifica tu objetivo real: Siempre que nos enfrentamos a una decisión, existe un interés sobre algo que queremos obtener. Por ejemplo, si quieres salirte del trabajo y volver a la universidad para estudiar más, tu objetivo real podría ser: Mejorar tu perfil profesional. Hazte tu mismo la pregunta ¿Que es lo que realmente quiero obtener cuando tome ésta decisión?
Paso 3: Escribe en papel tus opciones: Identifica cada una de tus opciones y escríbelas.
Paso 4: Realiza un análisis de pros y contras: Para cada opción, lista tantas pros y contras como sea posible.
Paso 5: Identifica la persona correcta de la cual tomar consejo: ¿Conoces a alguien que haya pasado por la situación que vives en este momento? Lo correcto es encontrar a alguien que haya logrado el objetivo que te propones y pedirle un consejo sobre la decisión que vayas a tomar.
Paso 6: Reflexiona y medita tu decisión: Reflexionar y meditar a solas es una gran herramienta que permite eliminar el estrés que conlleva la toma de una decisión difícil. Busca un lugar calmado donde no puedas ser interrumpido, cierra tus ojos y enfócate en tu respiración. Mientras más relajado te encuentres mejor, imagínate lo que estás a punto de decidir e intenta pensar con cabeza fría acerca de ello.
Paso 7: Selecciona la mejor opción: Escoge la opción que tiene la mejor oportunidad de atraer a tu vida tu objetivo real.
Paso 8: Toma acción: Especifica para tu decisión una fecha real e identifica cual será tu primera acción a realizar.

Extraido de la página web DESARROLLO PERSONAL

viernes, 10 de septiembre de 2010

EL PODER DE LA INDECISIÓN

Os presento un tema de reflexión que he encontrado en la red a colación de una consulta recibida en nuestra página. No es raro tener dudas sobre la decisión a tomar ante determinados temas, pero en ocasiones encontramos personas que no se deciden a dar un paso por el miedo, la indecisión eterna ante temas que marcan la vida por ser reiterativos…siempre lo mismo ante lo mismo y siempre cuando las emociones se nos disparan y nos pueden. Es todo vuestro y como siempre, esperamos que os sea de utilidad para que os aporte algo de luz.

Hoy te quiero hablar de: “El terrible poder de la Indecisión”.

Vamos a empezar este artículo con una frase célebre:

“Se pierde más por decisiones no tomadas, que por decisiones tomadas equivocadas”

Lee otra vez la frase anterior.
Sencillamente es cierto y es así irremediablemente.
Cualquier persona puede tomar decisiones equivocadas en su vida, elegir los estudios equivocados, elegir el trabajo equivocado, elegir el auto equivocado y tener que cambiarlo al poco tiempo, elegir la zona para vivir equivocada, elegir el colegio equivocado para tus hijos, incluso elegir la pareja equivocada y tener que romper una relación sin futuro.

SOMOS HUMANOS, tenemos el derecho a equivocarnos. Pero como bien dice la frase, es una decisión tomada, por lo tanto se pierde menos que si no se toma una decisión:
- Por no equivocarnos no estudiamos.
- Por no equivocarnos no trabajamos.
- Por no equivocarnos no compramos un auto.
- Por no equivocarnos no compramos una casa.
- Por no equivocarnos no llevamos a nuestros hijos al colegio.
- Por no equivocarnos no tenemos una relación de pareja.

Pero… ¿y si acertamos en la decisión?

- Estudiamos y nos licenciamos ingenieros.
- Trabajamos y ganamos un buen dinero.
- Nos compramos el auto de nuestros sueños.
- Nos compramos una casa en una zona que años después resulta ser el mejor residencial.
- Llevamos a nuestros hijos a un colegio donde resulta que están los mejores maestros.
- Nos casamos con la mujer de nuestra vida y somos felices hasta el final de nuestros días.

La Indecisión tiene un terrible poder negativo sobre las personas.
¿Y por qué el poder negativo de la Indecisión es tan terrible?
Sencillamente porque quieras o no quieras, al estar indeciso ya estás tomando una decisión, porque si estás indeciso el Tiempo pasa, y el Tiempo toma la decisión por ti. Si tú no compras hoy un auto porque no tienes claro si te va a satisfacer, mañana pagarás más por él. Si tú no eliges hoy un trabajo, es posible que mañana ya esté ocupado. Si tú no decides casarte con tu pareja, es posible que te abandone y se case con otra persona.
Si tú no decides, el Tiempo decide por ti.

La Indecisión paraliza la facultad de razonamiento, destruye la facultad de la imaginación, elimina la confianza en sí mismo, socava el entusiasmo, desanima la iniciativa, conduce a la incertidumbre de propósito, estimula la dilación, elimina el entusiasmo y convierte el autocontrol en una imposibilidad, destruye la posibilidad de pensar con exactitud, distrae la concentración del esfuerzo, domina la perseverancia, reduce la fuerza de voluntad a la nada, destruye la ambición, ensombrece la memoria e invita al fracaso en toda forma concebible.

Sin embargo una persona que toma una decisión, deja su mente limpia de dudas para concentrarse y trabajar en la decisión que ha tomado, razona sobre las acciones a tomar, tiene imaginación para solucionar problemas, tiene plena confianza en sí mismo, está entusiasmado con su proyecto, tiene iniciativas para sacarlo adelante, es certero en su propósito, piensa con exactitud, tiene la concentración de dedicar su esfuerzo donde es necesario, es perseverante y no abandona porque su fuerza de voluntad está en los niveles más altos empujada por una fuerte ambición que sin duda lo conducirá sin remedio a un final satisfactorio.

Estos son los síntomas que provoca la indecisión:

- Indiferencia, falta de ambición, predisposición a aceptar la pobreza sin protestar.
- Duda, expresada por medio de justificaciones y excusas diseñadas para encubrirse.
- Preocupación, suele expresarse por el descubrimiento de faltas en el resto de personas, empresas, sistemas, etc.
- Precaución excesiva, costumbre de mirar el lado negativo de toda circunstancia, pensar y hablar del posible fracaso en lugar de concentrarse en los medios de alcanzar el éxito.
- Dilación, dejar para mañana aquello que se debía haber hecho el año pasado, pasar mucho tiempo buscando excusas para no realizar el trabajo.
Los miedos son algo corriente y en algunos casos están justificados, pero en otros pueden arraigar en tu interior y crecer sin que tú lo sepas, a menos que te deshagas de la Indecisión y la Duda, que llevan la semilla del miedo.

TOMA ACCIÓN, TOMA DECISIONES.

Recuerda:

“Se pierde más por decisiones no tomadas, que por decisiones tomadas equivocadas”


Pero también ten presente que la reflexión adecuada, en un tiempo adecuado para pensar qué hacer, no se considera indecisión. Toma tiempo para situarte con la perspectiva idónea para decidir sobre las riendas de tu vida, pero decídete y que el miedo no te atenace.