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viernes, 16 de noviembre de 2012

Autoconciencia contra Descalificación

No es la primera vez, como ya saben los que siguen con asiduidad nuestro Blog, que abordo el tema de las condiciones imprescindibles para lograr los cambios significativos en la vida, que ayuden a crear las condiciones para vivir en un estado de satisfacción necesario y suficiente en aras de nuestro equilibrio personal.

Todos nos quejamos de cómo nos va, gastando una energía inmensa lamentándonos, porque el miedo ante lo que se avecina, o lo que uno tiene encima, o lo que otros tienen y seguro que nos vendrá..., está caminando hacia nosotros. Los problemas nos abruman y con nuestra pareja más todavía. Esto es verdaderamente imposible de solucionar..."Quiero ser feliz...", "Me agobia...", "No es como me gustaría...", "No me siento libre..."

Esto les resulta familiar, ¿verdad?
Pero no andamos. Estamos parados lamentándonos sin saber que todo proceso de cambio (personal) comienza con un darse cuenta, con un "ver" la situación, sentirla. Es lo que podemos traducir como la toma de conciencia (pero de verdad) del curso y transcurso de nuestra existencia individual: LA AUTOCONCIENCIA.

Sabemos que nos duelen las cosas; el cuerpo y hasta los poros de la piel nos están avisando de que algo no funciona bien y nos negamos a querer situarnos ante nuestro espejo y hacer un STOP necesario para localizar donde están las riendas de la vida y del equilibrio emocional que hemos perdido. Queremos que sea el otro el culpable de nuestra situación...e insistimos en ello, pero somos tan poco autoconscientes de la verdadera situación que instimos en ver más allá lo que tenemos más acá.

Emilio Jorge Antognazza, en su libro (que les recomiendo porque es una verdadera joyica) "¿Qué estoy haciendo con mi vida?, nos comenta al respecto de este tema que creo necesario abordar: " Desde los hechos más simples ("hay una mancha en mi pantalón"), hasta los más complejos (" hay veces de que me doy cuenta de que mi vida no tiene sentido"), requieren, para ser cambiados, una forma de conciencia.

¿Qué puede pasar luego de esa toma de conciencia? Dejamos de ser inocentes. Tenemos que actuar para resolver el conflicto, y este actuar puede provocarnos nuevos problemas.
Para evitar sentir el dolor que produce ese darse cuenta de los propios problemas y rehuir el compromiso y responsabilidad por las acciones para resolverlos, algunas personas intrumentan, la mayoría de veces sin saberlo, un mecanismo de defensa llamado DESCALIFICACIÓN O DESESTIMACIÓN.

¿Qué es esto?...Esto quiere decir: no ver el problema, quitarle importancia, rechazarlo, devaluarlo, renegar de eso, excluirlo, negarlo.

El pensamiento positivo tiende justamente, a consolidar ese mecanismo. Frases tales como "no pienses en eso", "ya va a pasar", "todo está bien", "hoy va a ser un buen día", "tienes que consolarte, la vida continúa", "sonríe, sonríe", etc., le quitan importancia al conflicto o situación problemática, lo cual obstaculiza su resolución.

Dada una situación, ¿qué es lo que se descalifica?

Imaginemos a cuatro amigos quienes, reunidos en un bar, se cuentan sus problemas sentimentales. Julian ni siquiera percibe las señales que su mujer le envía y que significa que algo anda mal entre ellos. Pedro, en cambio, sí las percibe pero les dice a sus amigos que es cosa de mujeres y que ya se le pasará. Carlos toma conciencia de la crisis matrimonial pero declara que él se siente incapaz de hacer algo. Héctor afirma, sin dudar un instante, que cuando se presenta un problema de esta naturaleza ya nada puede hacerse.

Estos cuatro hombres, cada cual con su estilo, no quieren hacerse cargo de que existe un problema (Julian), de que el problema tiene una significación (Pedro), de que es posible resolverlo ya sea con recursos propios (Carlos) o con ayuda externa (Héctor). En definitiva, cualquiera que sea el tipo de descalificación, el problema se mantiene sin resolver.

En síntesis:

Se puede descalificar varios aspectos de una circunstancia:
1. La misma circunstancia: "eso no está sucediendo" (No queremos, nos negamos a ver el problema)
2. La importancia de lo que ocurre: "no te preocupes, esto no es nada."
3. La capacidad propia para resolverla: "no puedo hacer nada."
4. La resolución de esa situación: "nada se puede hacer, nadie puede ayudarme."

La toma de conciencia de un hecho que nos perturba y la aceptación de su existencia es la primera condición para promover un cambio, (y se agrava tal vez la situación, porque esta misma palabra -cambio- ya de por sí, a algunas personas les produce en sí mismo un profundo rechazo o miedo). Esta autoconciencia posibilita que una persona comience el camino hacia una transformación de sus condiciones de vida.

Recordemos, entonces, que para que puedas empezar a cambiar esas circunstancias que te hacen infeliz, lo primero que tienes que hacer es ver, sentir, reconocer tanto tu estado de infelicidad como la o las causas que lo motivan."

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