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lunes, 10 de diciembre de 2007

LA FORMA DE COMUNICAR, DE DECIR

Si en algo debe especializarse el Orientador Familiar, si algo debe conocer por encima de otras cosas, es cómo reestructurar los canales de comunicación. Hemos observado infinidad de veces que la COMUNICACIÓN, o más bien, la carencia de ella, es el principio de los grandes problemas del individuo, de la pareja, de la relaciones paterno-filiales, etc. Cómo comunicarse, la forma de hacerlo y el uso del pensamiento y las emociones de forma adecuados, tal vez sean el quid de la cuestión.



Quiero pasar a relatarles una breve historia, de autor desconocido, que puede ilustrar esta aseveración. Saquen sus propias conclusiones.



“Un sultán soñó que había perdido todos los dientes. Después de despertar, mandó llamar a un sabio para que interpretara su sueño.



- ¡Qué desgracia, Mi Señor! -exclamó el sabio-, cada diente caído representa la pérdida de un pariente de Vuestra Majestad.



- ¡Qué insolencia! -gritó el sultán enfurecido-, ¿cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí!



Llamó a su guardia y ordenó que le dieran al sabio cien latigazos.



Más tarde, el sultán dispuso que le trajesen a otro sabio y le contó lo que había soñado. Este, después de escuchar al sultán con atención, le dijo:



- ¡Excelso Señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobrevivirás a todos vuestros parientes.



Se iluminó el semblante del sultán con una gran sonrisa y ordenó que le dieran al sabio cien monedas de oro.



Cuando éste salía del Palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado:



- ¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que el primer sabio. No entiendo porqué al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro.



- Recuerda bien, amigo mío -respondió el segundo sabio- que todo depende de la forma en el decir... uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender a comunicarse.



De la comunicación depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra. Que la verdad debe ser dicha en cualquier situación, no cabe duda, mas la forma con que debe ser comunicada es lo que provoca en algunos casos, grandes problemas.



La verdad puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la envolvemos en un delicado embalaje y la ofrecemos con ternura, ciertamente será aceptada con agrado.

jueves, 29 de noviembre de 2007

LA PRACTICA DE LA MALA EDUCACION


veces por desconocimiento o falta de tiempo cometemos una serie de errores educativos que más tarde nos pasarán factura como padres y madres, no obstante, lo que resulta más importante es que incidirán en el desarrollo personal de nuestro hijo, ya que provocaremos que llegue a unas malas conclusiones o errores cognitivos, que le harán ver las relaciones de una forma diferente a como la mayoría de las personas las ven. Esto no sucede por otro motivo que no sea que el papel de los padres y madres es y será siempre el más importante en el desarrollo de sus hijos.
Ante esto, aquí os presento una serie de situaciones que se dan y que las podemos considerar unas malas prácticas educativas y que conviene evitar; aquí van unas cuantas:


1. Comprarle todo aquello que nos pida.


2. Darle siempre la razón cuando tenga un problema.


3. Dejarle que hable mal, tod@s sus amig@s lo hacen.


4. Ponerle un televisor y/o un ordenador en su habitación (con acceso ilimitado a internet por supuesto y si puede ser con la play station)


5. Avergonzarnos cuando tiene una rabieta.


6. No darle abrazos ni besos, ni decirle lo importante que es para nosotros.


7. No exigirle en relación a la escuela ni en las tareas de la escuela.


8. No castigarle ni llamarle la atención sobre su conducta nunca.


9. Castigarle cada día.


10. Que la madre le diga que no a una cosa y el padre la consienta o viceversa.


11. Chillarle o estresarnos cada día para que haga lo que le exigimos.


12. No jugar ni hablar tranquilamente nunca con él o ella.


13. No establecer ni unos horarios ni unas reglas del juego mínimas.


14. No pedirle que colabore con la casa en las cosas que están a su alcance.


15. Permitirle las mismas cosas que a sus hermanos mayores, o prohibirles a estos porque sino el pequeño se enfada o hace una rabieta.


16. No enseñarle unas normas y/o valores, sean del tipo que sean.


17. Creer que nuestr@ hij@ siempre nos miente: acabará haciéndolo.


18. Creer que nuestro hijo es malo: acabará siéndolo.


19. No hacer lo que les decimos a ellos que deben hacer ( No predicar con el ejemplo).


Puede parecer mentira pero a veces no nos damos cuenta y podemos estar haciendo alguna de estas conductas "educativas", las cuales evidentemente resultan malos amigos de cara al buen desarrollo y equilibrio emocional de l@s niñ@s. Es importante tener en cuenta que estos ejemplos no nos los inventamos, sino que se desprenden de diferentes trabajos que hemos realizado con familias.



MARC GINER LLENAS. Psicopedagogo y Logopeda.

viernes, 16 de noviembre de 2007

PROGRAMA DE RADIO

¡Por fin hemos conseguido un programa de Radio! Gracias a la sensibilización sobre los temas acerca de la problemática de las Relaciones dentro de la familia por parte de la dirección de ONDA RADIO MURCIA, en el 107.2 de la FM, estamos colaborando y haciendo un programa sobre los diversos tipos de relaciones que se dan en los ciclos evolutivos de la pareja y la familia. Es un gran paso para dar a conocer la ORIENTACIÓN FAMILIAR y cómo intentar abordar las distintas áreas conflictivas que vivimos de forma cotidiana en nuestros hogares.


Este programa se realiza los Viernes a las 20 horas. Desde aquí queremos agradecer a ONDA RADIO MURCIA su gran trabajo y su gran profesionalidad en el tratamiento de los temas que les proponemos y que al mismo tiempo los oyentes van solicitando. Ya llevamos un mes en antena. Estamos a vuestra disposición a través de nuestra página, como siempre, y ahora a través de la radio y nuestro Gabinete.



JUAN JOSÉ LÓPEZ NICOLÁS. Orientador Familiar y Presidente de la Asociación CONVIVENCIA FAMILIAR. Colaborador de Onda Radio Murcia en temas de Familia. (107.2 de la FM)

lunes, 5 de noviembre de 2007

TERAPIA EN EL AMBITO INDIVIDUAL Y FAMILIAR

La Terapia de familia es un concepto global de procesos sociales y psicoterapéuticos cuyo objetivo es tratar problemas de comunicación familiar y desajustes emocionales dentro de la familia. La comunicación problemática intrafamiliar está considerada como una de las causas más frecuentes de problemas psíquicos y especialmente de desviación de conducta en los niños. Creo que es preciso hacer notar que la palabra “terapia”, aquí no la concebimos como “curación, sanación, administración de fármacos”, sino como la adquisición de los recursos apropiados que te posibilitan la percepción, la interiorización de la necesidad de efectuar un cambio.



Al igual que en las demás terapias, en la de familia, resulta decisivo para el éxito final, establecer al comienzo un diagnóstico cuidadoso. El objetivo es mejorar la estructura de comunicación y el ambiente emocional. Los conflictos entre hermanos son uno de los principales problemas familiares y a menudo los padres no logran entender sus causas, por lo que no cabe esperar gran ayuda por su parte para la resolución. Al contrario, la situación familiar puede empeorar por reacciones inadecuadas frente a las rivalidades entre hermanos, dando lugar al agravamiento de los problemas e incluso a la aparición de conflictos entre los padres.



Por lo tanto, resulta fundamental analizar en primer lugar la situación de la familia. Es importante que todos sus miembros tengan la oportunidad de presentar sus expectativas a los demás, comentar sus experiencias emocionales conflictivas y expresar su concepto de convivencia positiva.


Bajo la dirección experta del terapeuta familiar, éste puede intentar crear un ambiente familiar abierto desde el punto de vista de la comunicación y positivo desde el punto de vista emocional, en el que resulte posible entender y solucionar los posibles conflictos.



Un pionero en estas lides fue Alfred Adler, que trabajó con familias enteras durante la década de 1930, pero hasta veinte años después los psicoterapeutas no empezaron a tratar a las familias. Aquellos pioneros, y sus sucesores, trabajaban desde el supuesto de que las relaciones familiares cotidianas se ven afectadas por los problemas psíquicos de cualquiera de sus miembros. En vez de explorar los conflictos internos de los individuos, los terapeutas de familia intentan promover interacciones entre sus componentes, logrando así el bienestar de cada uno de ellos. Hay personas que aún prefieren “desahogarse” con un amigo que acudir a un orientador, ya que los consejos que pueden recibir están llevados por el cariño y desde el cariño ( o no ), lugar desde el que es muy cómodo estar.


La Orientación familiar, la terapia, se diferencia de la ayuda informal que una persona puede prestar a otra en, al menos, dos aspectos: el primero, en que la controla un terapeuta, formado y autorizado para ello, lo que supone una sanción cultural que le otorga una autoridad; el segundo es que se apoya en teorías científicas que han estudiado el origen de las disfunciones y la forma de aliviar sus consecuencias. Precisamente porque la comunicación es fundamental en la mayoría de las formas de terapia, la relación que se establece entre el terapeuta y el paciente es mucho más importante que en otras relaciones. La personalidad del terapeuta influye en el paciente y puede ser utilizada de modo deliberado para conseguir determinados objetivos terapéuticos.



CARL ROGERS.-



Carl Rogers desarrolló una nueva forma de psicoterapia centrada en el paciente. Según Rogers, cada persona tiene las capacidades para comprenderse a sí mismo y resolver sus problemas. Los terapeutas muestran empatía con el paciente y una sincera preocupación por lo que le sucede, con el fin de que éste revele sus verdaderos sentimientos sin miedo a ser juzgado.



La más clásica de las terapias humanistas es la psicoterapia centrada en el paciente. El psicólogo estadounidense Carl Rogers sostenía que los individuos, así como todos los seres vivos, están dirigidos por una tendencia innata a sobrevivir y reafirmarse que les lleva al desarrollo personal, a la madurez y al enriquecimiento vital. Cada persona tiene capacidad para el autoconocimiento y el cambio constructivo que la acción del terapeuta, que deberá reunir una serie de cualidades personales esenciales, ayudará a descubrir.



Rogers daba así más importancia a las actitudes del terapeuta que a su capacidad o a su preparación técnica. Utilizaba el término ‘cliente’ en vez de paciente para subrayar que su método de tratamiento no era manipulador ni médico, sino que se basaba en la comprensión adecuada y sensible de sus experiencias y necesidades. La segunda cualidad importante del terapeuta es la aceptación incondicional positiva, que se abstiene de juzgar lo que el paciente dice o relata. La autenticidad o ausencia de simulación era la tercera cualidad que él consideraba esencial.



Rogers describió el proceso del tratamiento como la reciprocidad entre las actitudes del cliente y del terapeuta. Precisamente porque el terapeuta escucha de forma incondicional, el cliente aprende a escuchar incluso los pensamientos que más teme, hasta alcanzar un estado de autoaceptación donde es posible el cambio y el desarrollo.



TERAPIA DE LA GESTALT.-



La terapia de la Gestalt, otro enfoque humanista, fue desarrollada por el psicoanalista alemán Frederick (Fritz) S. Perls. Según Perls, la civilización moderna conduce de forma inevitable a la neurosis, ya que obliga a las personas a reprimir sus deseos naturales y, por tanto, los frustra en su tendencia innata a adaptarse biológica y psicológicamente a su entorno. En consecuencia, aparece la ansiedad neurótica. Ajeno a la tradición psicoanalítica, Perls sostenía que el descubrimiento intelectual de lo que al paciente le está sucediendo es insuficiente para curar el trastorno, por lo que elaboró ejercicios específicos pensados para mejorar la conciencia de la persona sobre su emoción, estado físico y necesidades reprimidas, a través de estímulos físicos y psicológicos del ambiente. La terapia gestaltista se lleva a cabo con individuos y con grupos, por lo general en sesiones semanales, durante dos años.



ENFOQUE COGNITIVO.-


Recientemente, los terapeutas de conducta han empezado a prestar más atención a la influencia del pensamiento en la conducta, espoleados por el ejemplo del psicólogo canadiense Albert Bandura. Las terapias de conducta cognitivas emplean este enfoque para cambiar ideas y hábitos intelectuales que al parecer son la causa del malestar del paciente.


Otros enfoques cognitivos similares han sido diseñados por los terapeutas que, formados en el psicoanálisis, estaban algo decepcionados de sus teorías y sus técnicas. La más antigua de estas aproximaciones es la terapia racional-emotiva del psicólogo estadounidense Albert Ellis, que parte de considerar las creencias irracionales y el modo ilógico de pensar como causas de los trastornos emocionales. Su tratamiento consiste en que el paciente se enfrente a su irracionalidad, animándolo a trabajar vigilando ese modo irracional de pensar para sustituirlo por pensamientos y emociones más coherentes.

martes, 23 de octubre de 2007

FILOSOFIA DE VIDA: REFLEXIÓN


n profesor, delante de sus alumnos de la clase de filosofía, sin decir ni una palabra, cogió un bote grande de vidrio y procedió a llenarlo con pelotas de golf.



Después preguntó a los estudiantes si el bote estaba lleno. Los estudiantes lo observaron y estuvieron de acuerdo en decir que sí: ESTABA LLENO.



El profesor cogió una caja llena de perdigones y los vació dentro del bote. Estos llenaron los espacios vacíos que quedaban entre las pelotas de golf.



El profesor volvió a preguntar de nuevo a los estudiantes si el bote estaba lleno, y ellos volvieron a contestar que sí.



Después el profesor cogió una caja con arena y la vació dentro del bote.



Por supuesto que la arena llenó todos los espacios vacíos y el profesor volvió a preguntar de nuevo si el bote estaba lleno. En esta ocasión los estudiantes le respondieron con un sí unánime.



El profesor, rápidamente añadió dos cervezas al contenido del bote y efectivamente, el líquido llenó todos los espacios vacíos entre la arena. Los estudiantes reían. Cuando la risa se fue apagando, el profesor les dijo:



"Quiero que os fijéis que este bote representa la vida. Las pelotas de golf son las cosas importantes como la familia, los hijos, la salud, los amigos, el amor, cosas que te apasionan. Son cosas que, aunque perdiéramos el resto y nada mas nos quedasen estas, vuestras vidas aún estarían llenas.



Los perdigones son las otras cosas que nos importan, como el trabajo, la casa, el coche...



La arena es el resto de las pequeñas cosas.



Si primero pusiéramos la arena en el bote, no habría espacio para los perdigones, ni para las pelotas de golf. Lo mismo sucede con la vida. Si utilizáramos todo nuestro tiempo y energía en las cosas pequeñas, no tendríamos nunca lugar para las cosas realmente importantes.



Presta atención a las cosas que son cruciales para tu felicidad.



Juega con tus hijos, concédete tiempo para ir al médico, ve con tu pareja a cenar, practica tu deporte o tu afición favorita, piensa en tí...



Siempre habrá tiempo para limpiar la casa, para reparar la llave del agua.



Ocúpate primero de las “pelotas de golf”, de las cosas que realmente te importan.



Establece tus prioridades; el resto sólo es “arena".



Uno de los estudiantes levantó la mano y preguntó: Una cosa, profesor, ¿qué representan las cervezas?.



El profesor sonrío y le dijo: "¡Me encanta que me hagas esta pregunta!.La cerveza es para demostrar que aunque tu vida te parezca llena, siempre hay un lugar para dos cañas con un amigo o una amiga."

martes, 9 de octubre de 2007

lunes, 24 de septiembre de 2007

LA COMUNICACION: REMEDIO INFALIBLE (SÍNTESIS)

1. Es imposible no comunicar.


2. La comunicación no verbal.


3. La comunicación verbal.


4. Barreras de la comunicación.


5. Problemas de la comunicación.


6. Cómo mejorar la comunicación.


1. ES IMPOSIBLE NO COMUNICAR


De forma continua estamos emitiendo conductas. Nuestras conductas provocan en otros el efecto de un mensaje, de una comunicación. Incluso en aquellas ocasiones que elegimos " no comunicar", estamos transmitiendo a nuestro interlocutor lo que sentimos sin expresarlo.


La comunicación transmite una percepción personal del mundo. Lo que piensas, sientes o percibes sobre el entorno, los demás o sobre tí mismo, lo reflejas en tus palabras: estás comunicando.


La comunicación es un proceso de influencia MUTUA entre dos o más personas.



2. LA COMUNICACIÓN NO VERBAL


La comunicación no verbal se define por el "cómo se dice": gestos, expresiones faciales, movimientos corporales, el espacio que nos separa del otro... Comunicamos a través de la forma en que vestimos, en como nos mostramos -alegres o tristes-, en como nos sentamos, si miramos o no a la cara, si hablamos despacio o deprisa,... Todo ello son signos que permiten a la persona que nos escucha hacerse una idea de quiénes y cómo somos. Si aprendemos a observar, veremos cosas que los demás, tal vez, no sean capaz de ver; obtendremos una información añadida a la extraída de las meras palabras. ( Se aconseja profundizar sobre las técnicas de PNL -Programación Neurolingüística-)


3. LA COMUNICACIÓN VERBAL


A) ELEMENTOS DE LA COMUNICACION VERBAL


Comunicar es dar participación al otro de lo que uno piensa, cree, siente... Hay un EMISOR, que es quien tiene la responsabilidad en el proceso de la comunicación, un RECEPTOR y entre ellos se transmite un MENSAJE.


Se comunica a través de un CÓDIGO común. Para comunicar es necesario adaptar éste al receptor, a su nivel y características. Si pretendemos que suba a nuestro nivel perdemos desde el principio su atención.


El CANAL, medio a través del cual el mensaje llega al destinatario, y el RUIDO, que es todo aquello que impide que el mensaje llegue correctamente, es necesario cuidarlo.


B) EL PROCESO DE LA COMUNICACION


Para que el mensaje sea eficaz es necesario adaptarlo a quién lo escucha. Seguro que utilizas diferentes palabras para hablar con tus "colegas" que para hacerlo con tus padres o con un desconocido.


Comunicar es lanzar información (y recibir) dando en el blanco. El fin es cambiar conductas, no conocimientos. Para que la comunicación cambie las conductas, el mensaje debe de ser:


1º percibido


2º comprendido


3º aceptado


4º integrado



El mensaje es eficaz cuando es intenso, duradero y posee un tono afectivo positivo, agradable. El tono es agradable si el mensaje crea seguridad, simpatía, autonomía. El tono es desagradable si el mensaje genera inseguridad, hostilidad, dependencia. Es imprescindible para obtener eficacia y eficiencia por parte del Orientador, la particularidad que hace la integración del mensaje; lo que llamamos la interiorización, hecho que supone "llevarlo a las tripas" y tenerlo tan cerca que podamos madurarlo, analizarlo y hacerlo nuestro comportando un cambio en nuestra actitud, como cliente, al hacer uso de los recursos que pueden despertar en nuestro interior el pensamiento funcional hacia este nuevo mensaje que nos hace movernos hacia el equilibrio que andamos buscando.


4. BARRERAS DE LA COMUNICACIÓN


Las barreras de la comunicación son todas aquellas que interfieren en la captación del mensaje:


·CONCEPCION DE LA IDEA. Es de gran utilidad desarrollar la capacidad de síntesis, la habilidad para resumir en pocas palabras lo que queremos explicar.


·CODIFICACION O FORMULACION DE LAS PALABRAS. Utilizar un lenguaje amplio, pero adecuado al oyente.


·TRANSMISION. Rectificar defectos en la expresión (mala pronunciación, mala articulación) y revisar los medios de que nos valemos.


·RECEPCION.


- Si sometemos a la persona a mucha información, perdemos su atención.


- Verificar si las personas a las que nos dirigimos tienen deficiencias auditivas, visuales...


-Controlar factores externos como mal ambientación, ruido, incomodidad.


·DESCODIFICACION. Cada persona tiene esquemas mentales individuales. Estamos llenos de prejuicios.


·INTERPRETACION. Es la percepción subjetiva del mensaje. Cada uno interpreta cosas diferentes a partir de un mismo medio.


·ACEPTACION. Aunque la comunicación haya sido buena, si el receptor cree que no le conviene, no lo acepta. Los individuos tenemos resistencia a aceptar nuevas ideas, es la neofobia o manía a lo nuevo (MISONEISMO)



5. PROBLEMAS DE LA COMUNICACIÓN


En el proceso de la comunicación existe una perdida de información desde quien recibe y desde quien emite. Se piensa decir un 100%, se trasmite un 80 %, se recibe un 60%, se interpreta un 50 % y ¿cuánto de ésto aceptará y pondrá en práctica el receptor?


Los problemas fundamentales están en:


·NO DIJE TODO LO QUE QUERIA DECIR


- Prepara el mensaje


- Escribe los puntos fundamentales previamente


- Prevé las objeciones


- Prepara las contestaciones


·NO OYÓ TODO LO QUE DIJE


- Escoge las mejores condiciones físicas y psicológicas para realizar la comunicación.


- Acostumbra a volver atrás en caso de interrupción. Ayuda a retomar el hilo del mensaje.


·NO ESCUCHÓ TODO LO QUE DIJE


- Procuremos evaluar regularmente las comunicaciones no verbales del oyente (aburrimiento, despiste...)


- Cuidar nuestra expresión oral y los medios para captar atención.


- Hacer preguntas de control, de forma que el oyente tenga que explicar, resumir o dar alguna opinión sobre lo escuchado.


- Repetir la misma información de diferentes maneras para facilitar la creación de huellas de memoria.


·NO COMPRENDIÓ LO QUE DIJE


- Hablar el lenguaje del otro. Apoyar nuestra comunicación con medios técnicos que faciliten la comprensión.


·LO COMPRENDIÓ PERO NO LO ACEPTA


- Adaptar el mensaje a la personalidad del oyente.


·NO RETIENE TODO LO QUE ACEPTÓ


- Hacer resúmenes parciales.


- Realizar síntesis escritas.


- Recordar brevemente los puntos fundamentales que se trabajaron en la sesión anterior.



6. CÓMO MEJORAR LA COMUNICACIÓN


- Mantener el contacto ocular con el que habla.


- Indicar que se escucha diciendo "si" y afirmando con la cabeza.


- No expresar inicialmente el propio acuerdo o desacuerdo. Dejar hablar.


- Dejar pausas para animar al que habla a seguir haciéndolo.


- Resumir de vez en cuando lo que se escucha para comprobar si se ha comprendido o no.


- No menospreciar al que habla o su forma de hacerlo.


- Responder a los sentimientos que están detrás de las palabras. Mostrar que se comprende.


- Practicar la EMPATÍA. No podemos entender o comprender los sentimientos de otro sin ser capaces de ponernos en su lugar, en su propia piel, en su ambiente...pero sin perder la distancia terapéutica útil para poder ayudar. Si simpatizamos con el cliente nos aliaremos y perderemos la objetividad y la perspectiva adecuadas para ver el problema desde la distancia idónea desde la que podemos retroalimentar las situaciones y respuestas para que den los frutos que nos proponemos.


No podemos olvidar que nuestro objetivo prioritario es dotar de recursos a las personas que solicitan nuestra ayuda. No somos los consejeros que solucionan los problemas que se van presentando a cada cual, sino que somos los que intentamos dotar de estrategias a las personas para que puedan solventar sus problemas actuales así como los futuros y los que surjan en cada ciclo vital en el que se presente una crisis. (“No me des pescados para comer, enséñame a pescar y comeré siempre que quiera”)



JUAN JOSÉ LÓPEZ NICOLÁS. Orientador Familiar.

lunes, 17 de septiembre de 2007

PROPUESTA DEL CÓDIGO ÉTICO DE LA PRACTICA DE LA ORIENTACION FAMILIAR

PROPUESTA DE CÓDIGO DE ÉTICA DE LA PRÁCTICA DE LA ORIENTACIÓN FAMILIAR
(CÓDIGO DEONTOLÓGICO)







TÍTULO PRELIMINAR




Artículo 1º


Este CÓDIGO DEONTOLÓGICO de la profesión de Orientador/a Familiar está destinado a servir como regla de conducta profesional en el ejercicio de la Orientación en cualquiera de sus modalidades.


Artículo 2º


La actividad del Orientador se rige, ante todo, por los principios de convivencia y de legalidad democráticamente establecidos en el Estado Español.


Artículo 3º


En el ejercicio de su profesión el Orientador Familiar tendrá en cuenta las normas explícitas e implícitas que rigen en el entorno social en que actúa, considerándolas como elementos de la situación y valorando las consecuencias que la conformidad o desviación respecto a ellas puedan tener en su quehacer profesional.



Artículo 4º


El Orientador Familiar rechazará toda clase de impedimentos o trabas a su independencia profesional y al legítimo ejercicio de su profesión, dentro del marco de derechos y deberes que traza el presente Código.



I - PRINCIPIOS GENERALES


Artículo 5º


El ejercicio de la Orientación Familiar se ordena a una finalidad humana y social, que puede expresarse en objetivos tales como: el bienestar, la salud, la calidad de vida, la plenitud del desarrollo de las personas y de los grupos en los distintos ámbitos de la vida individual y social. Puesto que el Orientador Familiar no es el único profesional que persigue estos objetivos humanitarios y sociales, es conveniente y en algunos casos es precisa, la colaboración interdisciplinar con otros profesionales, sin perjuicio de las competencias y saber de cada uno de ellos.


Artículo 6º


La profesión de Orientador Familiar se rige por principios comunes a toda deontología profesional: respecto a la persona, protección de los derechos humanos, sentido de la responsabilidad, honestidad, sinceridad para con los clientes, prudencia en la aplicación de las técnicas, competencia profesional, solidez de la fundamentación objetiva y científica de sus intervenciones profesionales.


Artículo 7º


El Orientador no realizará por sí mismo ni contribuirá, a prácticas que atenten a la libertad e integridad física y psíquica de las personas. La intervención directa o la cooperación en la tortura y malos tratos, además de delito, constituye la más grave violación de la ética profesional de los Orientadores Familiares. Éstos no participarán en ningún modo, tampoco como investigadores, como asesores o como encubridores, en la práctica de la tortura, ni en otros procedimientos crueles, inhumanos o degradantes, cualesquiera que sean las personas víctimas de los mismos.



Artículo 8º


Todo Orientador Familiar debe informar, a la autoridad competente, acerca de violaciones de los derechos humanos, malos tratos o condiciones de reclusión crueles, inhumanas o degradantes de que sea víctima cualquier persona y de los que tuviere conocimiento en el ejercicio de su profesión.



Artículo 9º


El Orientador Familiar respetará los criterios morales y religiosos de sus clientes, sin que ello impida su cuestionamiento cuando sea necesario en el curso de la intervención de ayuda solicitada por el cliente.



Artículo 10º


En la prestación de sus servicios, el Orientador Familiar no hará ninguna discriminación de personas por razón de nacimiento, edad, raza, sexo, credo, ideología, nacionalidad, clase social, o cualquier otra diferencia. Por lo tanto ha de ser totalmente estricto a la hora de aceptar los casos en los cuales sepa que no va a haber un prejuicio de cualquier tipo por su parte y que afecte al asesoramiento o tratamiento de las personas



Artículo 11º


El Orientador Familiar no aprovechará, para lucro o beneficio propio o de terceros, la situación de poder o superioridad que el ejercicio de la profesión pueda conferirle sobre los clientes.



Artículo 12º


Especialmente en sus informes escritos el Orientador Familiar será sumamente cauto, prudente y crítico, frente a nociones que fácilmente degeneran en etiquetas devaluadoras y discriminatorias.



Artículo 13º


Nunca el Orientador Familiar realizará maniobras de captación encaminadas a que le sean confiados los casos de determinadas personas, ni tampoco procederá en actuaciones que aseguren prácticamente su monopolio profesional en un área determinada. El Orientador Familiar, que desempeñe una función o colaboración en una función u organismo público no aprovechará esta situación para derivar casos a su propia práctica privada.





Artículo 14º


El Orientador Familiar no prestará su nombre ni su firma a personas que legítimamente, sin la titulación y preparación necesarias, realizan actos de ejercicio de la Orientación y Terapia Familiar, y denunciará los casos de intrusismo que lleguen a su conocimiento. Tampoco encubrirá con su titulación actividades vanas o engañosas.



Artículo 15º


Cuando se halle ante intereses personales o institucionales contrapuestos, procurará el Orientador Familiar realizar su actividad en términos de máxima imparcialidad. La prestación de servicios en una institución no exime de la consideración, respeto y atención a las personas que pueden entrar en conflicto con la institución misma y de las cuales el Orientador Familiar, en aquellas ocasiones en que legítimamente proceda, habrá que hacerse valedor ante las autoridades institucionales.



II - DE LA COMPETENCIA PROFESIONAL Y DE LA RELACIÓN CON OTROS PROFESIONALES



Artículo 16º


Los deberes y derechos de la profesión de Orientador y Terapeuta Familiar se constituyen a partir de un principio de independencia y autonomía profesional, cualquiera que sea la posición jerárquica que en una determinada organización ocupe respecto a otros profesionales y autoridades superiores.



Artículo 17º


La autoridad profesional del Orientador Familiar se fundamenta en su capacitación y cualificación para las tareas que desempeña. El Orientador Familiar ha de estar profesionalmente preparado y especializado en la utilización de métodos, técnicas y procedimientos que adopte en su trabajo. Forma parte de su trabajo el esfuerzo continuado de actualización de su competencia profesional. Debe reconocer los límites de su competencia y las limitaciones de sus técnicas.



Artículo 18º


Sin perjuicio de la legítima diversidad de teorías, escuelas y métodos, el/la Orientador Familiar no utilizará medios o procedimientos que no se hallen suficientemente contrastados, dentro de los límites del conocimiento científico vigente. En el caso de investigaciones para poner a prueba técnicas o instrumentos nuevos, todavía no contrastados, lo hará saber así a sus clientes antes de su utilización.



Artículo 19º


Todo tipo de material que genere un tratamiento, intervención, o de evaluación, queda reservado al uso de los Orientadores Familiares, quienes por otra parte, se abstendrán de facilitarlos a otras personas no competentes. Los Orientadores Familiares gestionarán o en su caso garantizarán la debida custodia de los documentos como material confidencial.




Artículo 20º


Cuando una determinada evaluación o intervención envuelva estrechas relaciones con otras áreas disciplinares y competencias profesionales, el Orientador Familiar tratará de asegurar las correspondientes conexiones, bien por sí mismo, bien indicándoselo y orientando en ese sentido al cliente.



Artículo 21º


El ejercicio de la Orientación, Consultoría y/o Terapia Familiar, no debe ser mezclado, ni en la práctica, ni en su presentación pública, con otros procedimientos y prácticas ajenos al fundamento práctico y científico de la Orientación Familiar.



Artículo 22º


Sin perjuicio de la crítica científica que estime oportuna, en el ejercicio de la profesión, el Orientador Familiar no desacreditará a colegas u otros profesionales que trabajan con sus mismos o diferentes métodos, y hablará con respeto de las escuelas y tipos de intervención que gozan de credibilidad científica y profesional.



Artículo 23º


El ejercicio de la Orientación Familiar se basa en el derecho y en el deber de un respeto recíproco entre el Orientador Familiar y otras profesiones, especialmente las de aquellos que están más cercanos en sus distintas áreas de actividad.



III - DE LA INTERVENCIÓN



Artículo 24º


El Orientador Familiar debe rechazar llevar a cabo la prestación de sus servicios cuando haya certeza de que puedan ser mal utilizados o utilizados en contra de los legítimos intereses de las personas, los grupos, las instituciones y las comunidades.



Artículo 25º


Al hacerse cargo de una Intervención sobre personas, grupos, instituciones o comunidades, el Orientador Familiar ofrecerá la información adecuada sobre las características esenciales de la relación establecida, los problemas que está abordando, los objetivos que se propone y el método utilizado. En caso de menores de edad o legalmente incapacitados, se hará saber a sus padres o tutores.


En cualquier caso, se evitará la manipulación de las personas y se tenderá hacía el logro de su desarrollo y autonomía.


Artículo 26º


El Orientador Familiar debe dar por terminada su intervención y no prolongarla con ocultación o engaño tanto sí se han alcanzado los objetivos propuestos, como sí tras un tiempo razonable aparece que, con los medios o recursos a su disposición, es incapaz de alcanzarlos. En este caso indicará a la persona, grupo, institución o comunidad qué otros Orientadores o qué profesionales pueden hacerse cargo de la intervención.



Artículo 27º


Por ninguna razón se restringirá la libertad de abandonar la Intervención y acudir a otro Orientador o profesional, antes bien, se favorecerá al máximo la capacidad de decisión bien informada del cliente. El Orientador Familiar puede negarse a simultanear su intervención con otra diferente realizada por otro profesional.



Artículo 28º


El Orientador Familiar no aprovechará la situación de poder que pueda proporcionarle su estatus para reclamar condiciones especiales de trabajo o remuneraciones superiores a las alcanzables en circunstancias normales.



Artículo 29º


Del mismo modo, no se prestará a situaciones confusas en las que su papel y función sean equívocos o ambiguos.



Artículo 30º


No se inmiscuirá en las diversas intervenciones iniciadas por otros profesionales de su mismo nivel profesional o superior.



Artículo 31º


En los casos en que los servicios del Orientador sean requeridos para asesorar y/o efectuar campañas de publicidad comercial, política y similares, el Orientador Familiar colaborará en la salvaguarda de la veracidad de los contenidos y del respeto a las personas.



Artículo 32º


El Orientador Familiar debe tener especial cuidado en no crear falsas expectativas que después sea incapaz de satisfacer profesionalmente.



Artículo 33º


Toda la información que el Orientador recoge en el ejercicio de su profesión, sea en manifestaciones verbales expresas de sus clientes, sea en datos o en otras observaciones profesionales practicadas, está sujeta a un deber y a un derecho de secreto profesional, del que sólo podrá ser eximido por el consentimiento expreso del cliente. El Orientador velará porque sus eventuales colaboradores se atengan a este secreto profesional.



Artículo 34º


De la información profesionalmente adquirida no debe nunca el Orientador servirse ni en beneficio propio o de terceros, ni en perjuicio del interesado.



Artículo 35º


En el ejercicio de su profesión, el Orientador mostrará un respeto escrupuloso del derecho de su cliente a la propia intimidad. Únicamente recabará la información estrictamente necesaria para el desempeño de las tareas para las que ha sido requerido, y siempre con la autorización del cliente.




Artículo 36º


Se requiere el previo consentimiento del cliente para la presencia, manifiesta o reservada de terceras personas, innecesarias para el acto profesional, tales como alumnos en prácticas o profesionales en formación.



Artículo 37º


El fallecimiento del cliente, o su desaparición -en el caso de instituciones públicas o privadas-, no libera al Orientador de las obligaciones del secreto profesional.



Artículo 38º


El Orientador no ofrecerá su nombre, su prestigio o su imagen, como tal Orientador, con fines publicitarios de bienes de consumo, ni mucho menos para cualquier género de propaganda engañosa.



Artículo 39


Como tal Orientador, en cambio, puede tomar parte en campañas de asesoramiento e información a la población con fines culturales, educativos, u otros de reconocido sentido social.



Artículo 40º


El Orientador Familiar se abstendrá de aceptar condiciones de retribución económicas que signifiquen desvalorización de la profesión o competencia desleal.



Artículo 41º
>/p>Sin embargo, el Orientador puede excepcionalmente prestar servicios gratuitos de evaluación y de intervención a clientes que, no pudiendo pagarlos, se hallan en manifiesta necesidad de ellos.



Artículo 42º


En el ejercicio libre de la profesión el Orientador informará previamente al cliente sobre la cuantía de los honorarios por sus actos profesionales.



Artículo 43º


La percepción de retribución y honorarios no está supeditada al éxito del tratamiento o a un determinado resultado de la actuación del Orientador Familiar.



Artículo 44º

El Orientador Familiar, en ningún caso, percibirá remuneración alguna relacionada con la derivación de clientes a otros profesionales.



IV- DE LA PUBLICIDAD



Artículo 45º


Sin perjuicio de la responsabilidad penal que pueda suponer, constituye una grave violación de la deontología profesional atribuirse en cualquier medio -anuncios, placas, tarjetas de visita, programas, etc-, una titulación que no se posee, así como también utilizar denominaciones y títulos ambiguos, que, aun sin faltar de modo literal a la verdad, pueden fácilmente inducir a error o a confusión, e igualmente favorecer la credulidad del público a propósito de técnicas o procedimientos de dudosa eficacia.



V- DE LAS GARANTIAS PROCESALES




Artículo 46º


Las infracciones de las normas del Código Deontológico en el Ejercicio de la Orientación Familiar deberán ser denunciadas ante la Comisión Deontológica. El expediente deberá tramitarse bajo los principios de audiencia, contradicción y reserva, concluyendo con una propuesta de resolución de la Comisión. La Junta de Gobierno, oído al interesado, adoptará la resolución procedente, acordando el sobreseimiento o la imposición de la sanción disciplinaría que estatutariamente corresponda.



Artículo 47º


Cuando un Orientador Familiar se vea en el conflicto de normas adversas, incompatibles, ya legales, ya de este Código Deontológico, que entran en colisión para un caso concreto, resolverá en conciencia, informando a las distintas partes interesadas y a la Comisión Deontológica Colegial.

viernes, 14 de septiembre de 2007

APRENDER, COMPRENDER...CON EL TIEMPO



Muy interesantes reflexiones sobre el texto de Borges al pie de pinturas de Van Gogh. Es un espacio para meditar sobre los aprendizajes de la vida que con el tiempo se logran. Si analizamos, reflexionamos sobre estas cuestiones, aprehenderemos ideas para el crecimiento personal.

jueves, 13 de septiembre de 2007

LA PAREJA: CRISIS DE SU IDENTIDAD


En artículos anteriores hemos ido dando datos sobre la destrucción del sistema conyugal. La pareja se destruye; el matrimonio deja de existir y se rompe, y cada vez más nos encontramos con una nueva situación familiar llamada MONOPARENTAL (más de 325.000 familias en España).

El culto a la plenitud personal casi exige la renuncia a la pareja si su funcionamiento reclama algunos meses de rodaje o una revisión general. Esto no quiere decir en absoluto que estemos en contra de que la individualidad no sea importantísima y se tenga que mirar por ella para el bienestar, primero, personal, pero esta situación llevada a extremos, como está pasando, hace que no "se aguante", que no se analicen espacios adecuados para defender a ultranza la existencia de la pareja aun cuando sea necesario hacer esfuerzos personales por mantenerla viva, siempre que exista el sustrato del amor en qué apoyarse y hasta hemos visto casos en los que "se ha perdido la fe en la pareja", incluso "se obliga" a poner fin a una unión si no se "ajusta con esta época que nos condena a la felicidad, cueste lo que cueste." (Jocelyn Dahan)

En estos tiempos actuales en los que hemos perdido una serie de valores, también van desapareciendo una serie de figuras ancestrales, unas negativas (lo cual está bien) y otras que nos eran bastante positivas. Los objetivos de las familias han cambiado e incluso se ha desplazado el interés por el padre al interés por los hijos. Tal vez estemos ante la desaparición del "pater familias" que ha sido destronado por sus propios hijos; ante la desaparición de la sociedad patriarcal convirtiéndola en la sociedad de los niños, de los hijos. Este punto de vista ante esta realidad nos hace necesario cambiar ciertas estructuras mentales relacionadas con la misma terapia familiar, la cual, en muchas ocasiones, no ha de ir enfocada a los subsistemas conyugales/maritales o de pareja, sino al subsistema parental: se infiere la necesidad de aprender ante estos cambios a ser realmente primero padres y despues...lo que venga.

Tal vez estamos en una etapa en la que tras una serie de situaciones que se dan en la pareja y ante la incapacidad de darles solución, desaparece el amor, pero realmente padres lo seguiremos siendo toda la vida. Nos hemos quedado con esa parte de la frase "...en la salud...para lo bueno y...".

Hemos perdido, casi con toda seguridad, la capacidad de frustración que no tiene el significado de "tragar", ni ceder hasta que explotes, ni dejar de ser uno mismo, razón por la que se considera conveniente que la paternidad/maternidad se ve obligada a evolucionar, a cambiar sus patrones y replantear la distribución de las funciones paternas y maternas como trabajo para los padres y las madres el siglo XXI. Aún así, la razón de ser del especialista en familia, del orientador familiar, cada vez tiene más base operativa, más espacio para reestructurar los desfases que se sufren en los ciclos evolutivos de las personas y para los que nadie, nadie, nos ha preparado.

En cuanto a la familia monoparental, estamos ofreciendo una imagen engañosa y unos mensajes que en teoría no deben ser ciertos, ya que aunque se haya dado una separación de los padres, la coeducación debe llevarse a cabo de forma conjunta, por lo que tal vez sea más propio hablar de hogar monoparental, ya que "la monoparentalidad da por supuesto que hay un solo progenitor cuando la realidad no es esa."

>"Educar solo a un niño no es en sí mismo un problema. Puede serlo cuando la monoparentalidad se acompaña de otras preocupaciones más graves (depresión, problemas financieros y profesionales...)" (Anne Lamy. del libro Un solo padre en casa)

No es nada raro que cada vez estemos más ante hogares monoparentales pon un motivo básico: cuando la pareja hace aguas, empieza a tener problemas y entra en crisis que no solucionan pero logran esquivarlas (volverán porque son crisis de repetición), es el momento ideal para un miembro de la pareja el tener un hijo en la creencia de que de esta manera se va a consolidar esta unión altamente deteriorada. Resultado: la crisis se superará o estallará. Es cuando estalla cuando vemos que la separación se hace una realidad y ya podemos sumar otro hogar roto en su conyugalidad por haber creído que la solución estaba en ese "niño parche"; personita que al parecer por sí sola iba a poder cambiar y unirnos sin el trabajo interior que se hace necesario para efectuar el cambio adecuado que nos lleve a una comunicación idónea.

JUAN JOSÉ LÓPEZ NICOLAS. Orientador Familiar

lunes, 10 de septiembre de 2007

EL RODAJE EN LA PAREJA


ntre toda la felicidad de empezar a compartir una vida, también empieza un período de “ajuste” en que surgen los “roces” de la convivencia cotidiana por temas como el orden, la asignación de responsabilidades y roles de cada uno en el nuevo hogar, lo que no siempre es de fácil arreglo.


Un punto de partida para evitar esos conflictos es estar consciente de que la pareja no es perfecta; aprender a aceptar “quién eres” y no “quién quiero que seas”. Se pretende de forma inconsciente hacer a la otra persona a nuestra imagen y semejanza, anulándola como ser, como persona individual y con sus características personales y únicas que le otorgan la capacidad de ser por ella misma. Nadie debe ser una proyección de nadie.
Se recomienda hacer un listado con lo que es importante de su pareja para cada uno, qué le entrega ésta y qué no. Al analizar esta lista, encontrarán “fallos” en algunos aspectos, ya que la otra persona no puede llenar múltiples necesidades emocionales. Sin embargo, hay que aceptarlo y tratar de suplirlas de otra manera que no sea exigiéndole al otro algo que no puede dar. Esto nos ayudará a lograr un equilibrio en la relación.


Pero cuando los problemas son inminentes, existen herramientas para negociar o intentar resolverlo de la manera más exitosa posible. Lo primero es hacer una distinción entre lo que verdaderamente merece discusión y lo que no. Sin embargo, tampoco es bueno cuando uno de los dos siempre cede para evitar los conflictos, porque después de un tiempo esta persona estará cansada y la relación se puede colapsar.


El cómo abordar la manera de discutir, influye de forma determinante en la resolución del conflicto. Siempre sugerimos expresarse centrándose en el uso del “yo” más que del “tú”. Por ejemplo, conviene más decir “es que yo me sentí de tal manera...” a “que tú me trataste muy mal...”, ya que de la última forma el otro se sentirá inmediatamente atacado, mientras que de la primera se está hablando de los propios sentimientos.


El problema no está en discutir los puntos de vista, si no en no hacerlo con madurez ni poniéndose en el lugar del otro para llegar a un acuerdo. La idea es aprender a negociar para que ambos sientan que salieron victoriosos del conflicto, ya que cuando decidimos vivir en pareja son muchos los cambios a los que nos tenemos que enfrentar y, a menudo, estos cambios suponen motivo de conflicto entre la pareja.


Hace años eran nuestras madres y abuelas las que se veían completamente dependientes del marido, pasaban de ser dependientes de un padre para ser dependientes de una pareja. Hoy en día cada vez se da menos, ya que la mujer se ha independizado y trabaja fuera de casa igual que el hombre: ocupa puestos importantes y puede llevar la economía familiar en igualdad con su pareja. Muchas veces nos encontramos hombres que tienen muy asumido el rol de marido que aporta en la casa un nivel económico, pero que se desentiende de otras tareas dejando a su mujer la carga de casi todo lo que se hace necesario para llevar el peso de la pareja, la relación y los asuntos educacionales.


Cuando ella está en casa y no trabaja parecería algo más lógico, pero si ambos trabajan, lo normal sería repartirse las tareas. Muchas de nuestras madres son las responsables de que esto ocurra; han inculcado en sus hijos valores materialistas y machistas; el valor del hombre está en su trabajo y el de la mujer en su casa con los hijos. Cuando iniciamos una vida con un hombre que tienen estos ideales, y además su madre se ocupa de reforzarlos cada día nos vamos a encontrar ante una tarea ardua y difícil, ya que los cambios que necesitamos costaran trabajo y discusiones diarias. Consultar con un especialista en familia que os dé pautas y pistas para la reflexión, es, en la mayoría de ocasiones, la única solución para salvar una pareja que aunque es cierto que se ama, no es sólo el amor lo que puede dar los elementos válidos para llevar adelante las vicisitudes tan variadas que se dan en la convivencia diaria de la pareja.


Es importante la Teoría de las tres “P” (Persona, Pareja, Padres). No podemos evolucionar a lo largo de nuestra vida de pareja si no hemos aprendido a madurar y llevar a cabo los cambios emocionales en nuestra vida como persona individual. Si tengo carencias (del tipo que sean) como persona, esas mismas carencias las llevo a mi relación de pareja y además con el tiempo se van ampliando y siendo mas obstructivas en el ámbito de las relaciones con los demás. Pero con el cambio de los ciclos evolutivos, cuando llego a ser Padre, inciden mis carencias en la educación hacia mis hijos, lo que no desarrollará adecuadamente el ciclo ni la transmisión adecuada de enseñanzas hacia ellos porque yo mismo/a no he aprendido en primera instancia a formarme como persona madura, coherente y sincera. Esto es la base para incidir en la idea de que es importante formar al ser humano desde su más tierna infancia con los valores adecuados para que vaya evolucionando su persona en todas las etapas que le toque vivir. Si no lo hacemos así, castraremos a nuestros hijos y le transmitiremos las deficiencias, los miedos, las renuncias, etc. que nosotros mismos hemos padecido impidiéndoles desarrollarse en los valores que tanto buscamos y anhelamos todos: La libertad, el respeto, la tolerancia...y, sobre todo, como base necesaria, EL AMOR


JUAN JOSE LOPEZ NICOLAS. Orientador familiar.

miércoles, 29 de agosto de 2007

PAREJA Y AMOR CONYUGAL

"No es bueno que el hombre esté solo..." Sí, todos conocemos estas palabras y de ahí nace la pura y simple necesidad de encontrar una pareja para complementarnos; es otro comportamiento humano que, como todo, ha de estar regulado por una ética que ofrezca camino a las costumbres, las culturas y las leyes.


El matrimonio, la familia, la pareja, probablemente la institución más estable y duradera de las que componen el entramado social, reducto al que todos vuelven sus miradas y sus pasos y sin embargo, está siendo sometido - el matrimonio - a una fuerte revisión y crítica. Estamos viendo que con los cambios históricos, culturales y de nuevas formas de vivir o concebir la vida, tanto el entramado social como esa ética que pone conciencia y lucidez al comportamiento humano, se mueve, se desestabiliza y puede entrar en las "crisis del cambio". La pareja, el matrimonio, el amor conyugal, en definitiva, no es menos, y lo hace por una serie de cambios que, al contrario de lo que preconiza la moral cristiana, se convierte en algo patológico por tres causas fundamentales: la poligamia, el adulterio y el divorcio.



¿Por qué falla el amor conyugal? ¿Por qué parece que desaparece su ética ancestral que tan "puro" lo mantenía?



La lógica evolución de los tiempos y los cambios suelen hacer surgir las crisis, aunque, para mí, una de las principales razones es carecer de un sincero y coherente proyecto de vida en común, desde el principio, por lo que si se forma la pareja careciendo de esta raíz, se darán situaciones viciadas desde su base. Ya es normal encontrar dificultades por factores socioculturales (egoísmo, mercantilismo, individualismo, etc.), ideologías, consumismo, mayor apertura de la mujer fuera del hogar, etc., aún habiendo formado la pareja con buenos cimientos, qué no sucederá si no reorientamos la comprensión de la pareja hacia esos principios básicos, éticos, para asegurar que su futuro sea el deseado.



Obviamente hay unos cambios que traen consecuencias tras las que, siendo lo humanos que presumimos, urgen unos replanteamientos para defender los valores básicos del amor conyugal que sirvan de orientación y pistas para el futuro, tan cercano, como que mañana ya es hoy. ¿Es que desde el amor conyugal no se puede propiciar hasta la revolución femenina mediante la igualdad de y en la pareja?, o ¿ es que no se puede apoyar la igualdad social mediante la armonía en complementariedad?



Desde la ética creo que sólo hay una posible respuesta ante ese 75 % de rupturas matrimoniales; respuesta que pasa por iniciarse en el amor de verdad; el amor que espera ser definitivo porque es auténtico, que no limita, que no divide, que no renuncia porque se complementa con otro ser, el tú que hará del yo algo grande ( y viceversa). Una comunión que, por sincera, ya no se va a ver retirada por esos altibajos y caprichos ocasionales que se detienen en la vida de toda pareja. Las crisis se afrontan, se viven, se discuten, se comparten y se maduran las soluciones. Todo esto se dará si el cimentado es de la calidad requerida para funcionar el "resto de la vida". Está claro que habrá cambios en el "yo" que va aprendiendo; pero aprender es madurar y el "yo" madura con el "tú". ¿Soluciones?, donde las haya, antes que decisiones traumatizantes que impregnan de culpa moral nuestras personas y, por extensión, a toda la sociedad.



La ética no postula una reglamentación, unas normas para algo que se pueda soslayar y no vivirlo como parte integrante de la esencia del ser humano; la moral no aporta su bien hacer a algo intrascendente, banal, a algo que ni siquiera entra en la atmósfera de la esencia vital, pero ambas, - ética y moral - reiteran su razón de ser, puesto que desde siempre se ha dicho que "no es bueno que el hombre [como género humano] esté solo...". Necesita al otro y sobre todo, sentir que la unión interpersonal esencial está cimentada en el amor conyugal como núcleo configurador de la pareja humana. Ahora la ética sí aparece y es necesitada para dotarlo de la normativa que entreteja la urdimbre solidificadora de la cimentación adecuada. Porque el amor conyugal ha de ser libre, totalizador, fecundo, basado en la promesa y, sobre todo, racional; impulsivamente nacedor de las primeras sensaciones, pero estabilizador de las futuras emociones. Queda como rescoldo, siempre vivo, del encuentro primero entre enamorados.



Todo esto os puede parecer simplista y hasta utópico, pero si miramos en el fondo de nuestro ser, con sinceridad, más de una crisis se iría por el alcantarillado al darnos cuenta que lo que sentimos, o deberíamos sentir, por nuestra pareja, es más fuerte que todos los problemas que puedan venir. Y si vienen se solucionan mejor en compañía que en la soledad.


JUAN JOSÉ LÓPEZ NICOLÁS. Orientador Familiar. Articulista de la Asociación Convivencia Familiar para la página Terapia y Familia.

lunes, 27 de agosto de 2007

PARA ORIENTADORES FAMILIARES Y TERAPEUTAS

"Cada día más hombres y mujeres que se sienten desalentados, angustiados o confundidos buscan ayuda en la terapia. La misión de los terapeutas es, primero, incitarles a desahogarse de sus miedos o preocupaciones y, seguidamente, movilizar en ellos las fuerzas emocionales reparadoras. El paso siguiente es ayudarles a encontrar una explicación a lo que les aqueja y animarles a considerar posibles soluciones. Dejarnos ayudar en estos tiempos de inseguridad es particularmente importante cuando tenemos que defendernos de la depresión, el ladrón de la felicidad más peligroso, pues lo primero que nos arrebata es la esperanza y la ilusión de vivir."


(L. Rojas Marcos, de su libro Nuestra incierta vida normal, 2004)


Este sencillo libro es altamente recomendado por su alto nivel docente para la nueva clase de vida que nos ha tocado vivir.

viernes, 24 de agosto de 2007

SOBRE LA FELICIDAD


yer tuve una conversación con una persona muy importante en mi vida y que me ha hecho reflexionar sobre lo esencial, lo básico para encontrarse a sí mismo y para abordar, dentro del mundo exterior, el mundo interior de cada ser humano. Es importante esta persona porque la quiero. Es importante porque me hace recordar todos los días que la vida se basa en hechos interiores y que la puesta en práctica de ellos es la diferencia de buscar la felicidad y la negación que de ella hacemos en multitud de ocasiones.

Una de las cosas que me dijo es: "Yo ya no podré ser nunca feliz." Me lo comentó de pasada y en el contexto de una conversación, pero me impactó esa negación tan subjetiva y terrible.


Somos mente, biología y nos vemos modelados o intervenidos emocionalmente por lo puramente social, hecho que me hace pensar que hemos de ser tratados por nosotros mismos, cultivándonos, intentando trabajarnos en todos los aspectos que nos hacen vivir en este ecosistema del que nada más se sale con la muerte.(Aunque uno puede sentirse muerto en vida por la carencia de motivaciones) Por esto es por lo que pienso que gran parte de nuestra felicidad depende de nuestros genes, de nuestras vivencias anteriores a lo que nos lleva a ser adultos, no sólo cronológicamente hablando, sino a la clara demostración de nuestro nivel mental. En esta madurez que todos anhelamos y como he escrito en varios artículos de nuestra página TERAPIA Y FAMILIA, la felicidad que deseamos igualmente la buscamos fuera cuando en realidad la tenemos dentro de nosotros mismos y creemos que la lograríamos si no tuviéramos problemas cuando la realidad palpable es que se puede conseguir si sabemos y podemos enfrentarnos a ellos. Norman V. Peal decía que quería tener problemas porque era señal de que estaba vivo.


Mi pensamiento se manifiesta claramente en la resolución de los problemas en vez de batirse en retirada o lo que muchas personas hacen para no enfrentarse y creer que siguen hacia adelante: dar media vuelta y seguir avanzando. En ocasiones esto es dar la espalda a la realidad, tal vez por falta de medios y fuerzas psicológicas que nos den las capacidades que todos tenemos para luchar en esta vida. Por lo tanto es "fácil" pensar que la felicidad o la desgracia del género humano depende no menos de sus cualidades que de su fortuna o de su suerte. Cualidades que dependiendo de la vida vivida están más o menos desarrolladas y por lo tanto nos pueden servir como recursos para salir adelante o como lastre para negarme mi autenticidad como esa persona que soy.


Parafraseando a Unamuno, "una de las desventajas de no ser feliz es que no se puede desear la felicidad." Uno mismo es capaz de negarse este anhelo ancestral que muchos basan en gozar de buena salud, en dormir sin miedo y despertarse sin angustia para enfrentarse a las vicisitudes de un nuevo gran día. Son las incapacidades del ser humano que ahora, al cabo de los años, voy entendiendo y poniendo en práctica tanto en mi vida profesional como en la personal. Pongo en práctica lo positivo de lo que veo en los demás que son de los que aprendo y, dicho sea de paso, suelen ser mujeres las que me enseñan. Lo voy comprendiendo porque analizando el comportamiento uno se da cuenta de que el ser humano en muchas ocasiones es inerte y rutinario y lo que más teme es el gran esfuerzo personal e individual que se requiere para poder salir de uno mismo hacia los demás; de uno mismo hacia uno mismo para conocerse básicamente.


Sí, voy aprendiendo, y no me niego a abrirme a todos los estímulos para respirar la vida porque "la propia esperanza deja de ser felicidad cuando va acompañada de la impaciencia." (John Ruskin)


Pero sin querer idealizar el tema de la felicidad he de reconocer que cada uno tiene una concepción distinta y respetable de este concepto. Por poner un ejemplo, la soledad puede ser un infierno para los que pretenden salir de ella, en cambio, es cierto que puede convertirse en una felicidad grandiosa para los ermitaños que quieren esconderse en ella, aunque mi intención es insistir en que la felicidad es en muchas ocasiones, yo diría que en la mayoría, una condición de la mente y no una condición de las circunstancias. Si analizáis vuestras propias situaciones, vuestra historia personal veréis que depende cómo hayáis actuado ante una situación el resultado ha podido ser distinto aunque, creo sinceramente, que nadie debería tener la intención de negarse a ser feliz y perderse las pequeñas alegrías mientras intentan encontrar la grandiosa felicidad. Aunque, es cierto, como decía John Stuart Mill que es posible pasarse sin la felicidad porque así lo hacen el 90% del género humano. Muchos buscan la felicidad como otros buscan el sombrero: lo llevan encima y no se dan cuenta; intentan buscar la riqueza exterior, que no está mal, por supuesto, pero abandonan la interior siendo víctimas de ellos mismos.


La razón, según mi opinión, se basa en la propia negación, en la pobreza, que tanto la de espíritu como la económica "son un gran enemigo de la felicidad humana. Destruye la libertad y hace impracticables algunas virtudes y sumamente difíciles otras." Pero la vida continúa, espero, para todos y va a depender de nosotros mismos que seamos capaces de dar alas a lo que realmente queremos dejando de victimizarnos ante la propia vida. Si soy víctima recibo castigo; si soy ganador y mis sueños y ganas,aunque con los tropiezos de los ciclos evolutivos, siguen en alza, ganaré. Dependo de mí. Luchar para ganar y lograr de algún modo conseguir la manera de sembrar la felicidad que es compartirla con alguien. Al final todo es cuestión de expectativas. Si quiero ser feliz he de poner en mi vida los medios y las personas que me hagan vivir los momentos de felicidad que deseo, pero primero he de saber qué es lo que quiero realmente. Si ya lo sé, adelante; si en algún momento he de volver a recomponer mi vida, lo haré y cogeré lo que me haga sentir bien de atrás, del pasado y del presente, aunque cada cosa en su sitio. Si quiero ser feliz, lo seré.


La verdad es que no todo depende muchas veces de nosotros, y, como dice nuestro admirado Prof. Rojas Marcos, es evidente que los seres humanos no controlamos nuestros genes, ni la familia en la que nacemos, ni la cultura en la que crecemos, ni muchas de las experiencias infantiles que, en conjunto, contribuyen al desarrollo de nuestra capacidad de adaptación. Pero también es cierto que, con motivación y esfuerzo, todos podemos aprender a moldear nuestra manera de ser con el fin de hacernos más resistentes a las circunstancias adversas que se cruzan en nuestro camino.

JUAN JOSÉ LÓPEZ NICOLÁS. Orientador familiar

lunes, 20 de agosto de 2007

FIGURA PATERNA Y ADOLESCENCIA


odos somos conscientes de que el mundo, la sociedad, el modo de vivir, han cambiado de una forma muy, muy rápida. Nuestros estilos de vida, por distintas razones, se han visto obligados a adaptarse a los nuevos tiempos, a la globalización, pero hay áreas en nuestra persona que no somos conscientes que hemos de actualizar para seguir desempeñando de forma adecuada el rol de ser padres.


Proteger, alimentar, poner límites, defender, educar, dar seguridad, autoridad. Estos elementos le suelen venir atribuidos al padre, pero en nuestra experiencia clínica nos vamos dando cuenta que se están viendo igualmente afectados por la falta de actualización a los nuevos tiempos. Cuando se piensa en el rol materno se le identifica más con la contención, el consuelo, también con la protección pero tal vez más íntima de las necesidades primero biológicas y poco a poco las otras. En cambio, como decía antes, el rol del padre parece estar enfocado más a la seguridad de la vida familiar frente al mundo externo, elementos más racionales que puramente afectivos. Pero, repito, todo ha cambiado muy deprisa y parece que no nos ha dado tiempo, como padres, a evolucionar en el tratamiento en cuanto al tema relacional con nuestros hijos, o por lo menos llegar a una flexibilidad en nuestra escala de valores respecto a la de ellos.


Al igual que en la relación de pareja, en la de padre-hijo también pueden aparecer unas áreas de conflicto que es interesante y conveniente tener en cuenta para poderlas trabajar e incidir en la que más esté haciendo que la relación sea totalmente desequilibrante. Son un patrón que suele repetirse constantemente y nos sumerge en un mar de contradicciones que convierte la relación en una verdadera batalla claramente desigual e injusta. Las áreas de divergencia más comunes son:


- Filosofía de vida (diferentes escala de valores)


- Demostraciones de cariño y afecto


- Comunicación


- Tiempo de ocio


- Amistades


La sintomatología de los niños, cuando comenzamos con nuestra Terapia Relacional, suele emerger de algo disfuncional en el grupo familiar y esto atañe a los padres aunque no siempre éstos están dispuestos a clarificar y enfrentarse directamente a las situaciones que los provocan y en consecuencia a la búsqueda de las soluciones. Como dicen M. Alvarez y E. Maggio, tanto el niño como la niña necesitan al padre porque formará la idea de qué es un hombre, traspasando sentimientos provenientes de la relación con su padre a la relación con su esposo y ella, la hija, necesita que el padre establezca activamente normas en su vida. Esto es así pero hay maneras de hacerlo que resultarán positivas o negativas dependiendo del estilo de paternidad que elijamos para hacerlo.


Hay autores que señalan tres estilos básicos de ser padre:


- Autoritario.


- Permisivo.


- Democrático o con autoridad


Según nuestra experiencia, el más destructivo, aunque no el único, el que más caos aporta a la vida incipiente de un niño o una niña que necesita vivir cada etapa hacia su madurez de forma conveniente, es el primero: el padre autoritario. También nos damos cuenta de que en la mayoría de ocasiones el padre actúa así de forma inconsciente llevado por una serie de "inconvenientes" de su propia vida que le hacen repetir modelos educativos pasados, con toda su buena intención, pero que desgraciadamente hoy no son operativos ni válidos. Son responsables del futuro de un ser humano y no son capaces de reciclar su "discos duros mentales" y les cuesta muchísimo cambiar el chip para captar las nuevas realidades que se nos han echado encima sin estar preparados y casi sin darnos cuenta. A veces observamos que se puede dar una proyección de nuestra identidad hacia la de nuestro hijo o hija como si de una prolongación nuestra se tratara, sin observar que es una persona diferente a mí y con su propia identidad y escala de valores a la que he de ayudar a que se forme, pero según unos criterios nuevos y más amplios llenos de refuerzos positivos. Tal vez nuestros objetivos, los de nuestros padres y los de nuestros abuelos, en esencia, tengan muchos parecidos y no tengamos que alejarnos de ellos, pero, y la experiencia lo demuestra, lo que nos falla es el método, la forma de poner en práctica el conjunto de actitudes y aptitudes para lograr esos objetivos formadores y educativos tan necesarios para elevar a adulto responsable y sano a esta personita que queremos casi con toda seguridad con toda nuestra alma.


En nuestra ansia desmedida de que nuestra hija, por ejemplo, "sea una mujer de provecho", tratamos de controlar su comportamiento sin pensar que soy autoritario, sino todo lo contrario: quiero lo mejor para ella y que aprenda que la vida está llena de peligros para que se sepa cuidar. La única forma, pues, ya que ella "no sabe nada", es como decía, tratar de controlar el comportamiento y actitudes y hacerlos ajustarse a un estándar de conducta. "Autoritarismo significa imposición inflexible de normas y disciplina sin tener en cuenta la edad de nuestro vástago, sus características y circunstancias personales, propias e individuales. El padre autoritario valora y exige la obediencia incondicional y suele castigar enérgicamente a sus hijos por actuar de forma contraria a su propia y particular escala de valores que es la única válida. El padre que emplea este estilo se suele caracterizar por ser absorbente y centrar la atención de la hija en sí mismo produciendo, a veces sin darse cuenta, individuos dominados por la ley, la autoridad y el orden, reprimiendo en los niños la capacidad de iniciativa y creación y todo aquello que implique modificar o atente contra estos principios básicos que él cree que son los que deben respetarse a toda costa." (E. Maggio)


Estamos hablando de personas que suelen tener unos patrones de conducta rígidos y el efecto más negativo es que no son capaces de tener en cuenta las necesidades de sus hijos o sus semejantes, llegando incluso al castigo físico sin dar ninguna explicación dando por justificación que no se han respetado tal o cual cosa.


En nuestras sesiones de Orientación Familiar tratamos de trabajar con estas personas los sentimientos y las emociones, pero cuesta mucho sacar a la superficie en esta forma de ejercer la paternidad, estos aspectos, no porque no los posean o carezcan de ellos y no sientan, sino porque tienen una incapacidad, generalmente inconsciente, y no pueden conectarse con "su corazoncito", y por tanto no son capaces de conectar con sus hijos desde otro lugar que no sea el del castigo, el grito, las malas miradas, creando todo un mundo rico en comunicación no verbal que genera un malestar general por los mensajes que se perciben. ¿Resultado de esta situación a veces, más de lo que desearíamos, mantenida en el tiempo durante muchos años? Se provoca un bloqueo de la individualidad, la creatividad y del ser interior rico y fresco que todo niño lleva dentro. Si el amor está ausente y la actitud es constantemente crítica, ese ser que está intentando madurar recibe mensajes de que no hace nada bien y su estima propia baja muchos enteros. La presión que se ejerce sobre ellos puede causar inseguridad, temor, odio, bajo rendimiento escolar, y una reacción de hiperactividad y desobediencia. Pueden aislarse, volverse agresivos, hostiles y, sobre todo en las niñas, pasivas, introvertidas, irritables, inseguras e inadaptadas sociales.


Intentamos constatar que todo lo que es comportamiento de cada uno de los integrantes del sistema familiar, afecta al resto y las actitudes de los niños son el resultado de lo que viven en el seno intrafamiliar nuclear y extenso.


Una de las posibles soluciones pasa por eliminar las conductas en las que está comprobado que la comunicación no es posible y crear espacios idóneos que permitan establecer una forma de comunicarse honesta y abierta, amigable, para que nazcan unas líneas conductuales basadas en el entendimiento responsable, de lo correcto a lo incorrecto y no en el miedo y la desesperación por evitar el castigo o humillación. También ocurre en muchas ocasiones que el propio padre sufre y cae irremisiblemente de igual manera en esa situación que ni él mismo recuerda cómo ni por qué se ha creado, pero lo que sí sabe es que no encuentra la fórmula de salir de "este infierno". Es conveniente ver en terapia a todo el sistema familiar y trabajar la actividad basada en aprender cómo expresar y controlar las emociones.


Así que, anda, intentemos actualizar y aprender a ser padres, el oficio o uno de los oficios más difíciles del mundo que roza la categoría de arte y por tanto es difícil y duro. Somos humanos y nos equivocamos porque nadie es perfecto, pero nunca nada está perdido si uno tiene la voluntad para efectuar los cambios que sabemos que se necesitan para que logremos el equilibrio que se desea. Buscar culpables no nos lleva a ningún sitio y si entramos en esta dinámica nos disipamos y no llegamos a donde realmente queremos.¡Ánimo, merece la pena todo el esfuerzo que estéis todos dispuestos a hacer! En Ocasiones se gastan más energías en enfadarse y entrar en el mundo de los silencios que la que necesitaríamos si nos dedicáramos a analizar la situación y poner toda la carne en el asador.



JUAN JOSÉ LÓPEZ NICOLÁS. Orientador Familiar.


Articulista de la página TERAPIA Y FAMILIA de la Asociación Convivencia Familiar

viernes, 10 de agosto de 2007

MI YO IMPORTANTE: EGOISMO SANO


uando en las sesiones de Orientación Familiar les digo a los clientes que han de mirar por ellos, que son lo más importante, me responden generalmente que no están acostumbrados a eso y que les cuesta trabajo; que eso es puro egoismo y que siempre se les han enseñado a entregarse y a ser abnegados. Estas palabras están muy bien, pero hay unos momentos en la vida en que uno tiene que mirar hacia sí mismo. No estoy hablando de un egoismo como el que todos tenemos en nuestra cabeza al oir esta palabra totalmente cargada de un mal significado. Me refiero al egoismo sano que describen en su libro (altamente recomendado) el Dr. y la Dra. Heller.


El egoismo sano es la llave que abre la puerta a una vida de libertad. Estamos encontrando entre 40 a 50 años, sobre todo mujeres, que no se dan cuenta que el ser tal altamente abnegadas sacrifican sus necesidades, preferencias y deseos con el fin de satisfacer las de los otros. Según los doctores antes citados, esta actitud suele nacer del miedo, del sentimiento de culpa o indignidad no resueltos o de creer que se carece de fuerza de voluntad.

"La abnegación es el sello de una infancia en la que el niño se ha sentido temeroso, impotente, desvalorizado, en la que se han descuidado o pasado por alto sus verdaderas necesidades, deseos y preferencias; en la que se la ha juzgado injustamente y en la que sus esfuerzos, capacidades y logros rara vez se han valorado o apreciado"


Aunque una persona haya cambiado su propia felicidad por la de los otros y a la larga sea su mayor error, no por esta decisión ha de sentirse culpable, ya que lleva funcionando en la vida así demasiado tiempo como para poder cambiar en un ahora tan cercano. No es defecto suyo directamente, aunque como humanos que somos los sentimientos de sacrificio personal y falta de reciprocidad nos encogen el corazón de tal manera que nos hace sentirnos totalmente anulados y francamente mal a todos los niveles. Siempre haciendo referencia al libro "EGOISMO SANO", la abnegación continuada puede llevar a periodos de depresión, inquietud o ansiedad, a impaciencia, a ataques de rabia o a deseos de llorar inexplicables. Suelen ser los síntomas clásicos que indican que en realidad, aunque no sabemos verlo, estamos hambrientos de ternura y reconocimiento. En el gran ámbito del sacrificio por los demás, estas señales de aviso suelen pasar inadvertidas.


Estas situaciones nos crean una gran cantidad de estrés,y se suele romper, creyendo que se están tomando las decisiones adecuadas, con lo que realmente significa la propia felicidad de uno, ya que no nos sentimos comprendidos, aunque mentalmente no es sano, y vivimos con ese estrés que produce la abnegación, pudiéndose producir,como todos hemos experimentado tal vez en nosotros mismos o en algún familiar cercano, somatizaciones de dolencias físicas, agudas o crónicas. De todos es sabido que este estrés hace liberar al cuerpo de unas hormonas que nos pueden hacer pasar factura porque aumentan el riesgo de hipertensión, asma, obesidad, cardiopatías, depresiones y tal vez incluso cáncer. Nunca recibimos la recompensa de todo lo que hemos dado y hemos renunciado a nuestro propio yo por los demás como necesidad, que ese es el problema. Yo he de sentirme bien y mirar por mi felicidad, mi vida, que no ha de ser la de los otros. Es curioso cómo en los aviones las primera personas que se ponen las mascarillas, los chalecos, son las que posiblemente sean más importantes para el resultado final del conjunto.


"Se dice que el cuerpo es la representación física de la mente y el alma. Añadiríamos que ahí está su salvación. Sacrificar tus necesidades básicas, pero las tuyas, no empecemos ya en pensar en los demás, puede hacer que enferme tu corazón y tu mente y finalmente desarrolles una enfermedad física. Del mismo modo, la confianza, la alegría y el placer que provienen del egoismo sano contribuyen a sanar y fortalecer tu cuerpo. Ya sin la atadura de promesas no cumplidas, miedos o sentimientos de culpa, puedes tener la libertad de experimentar un amor por la vida, por tu pareja y vivir plenamente la pareja como trampolín para satisfacer tus sueños estando como apoyo al que quiera pedirte ayuda pero no ser por los demás; realmente creo que mirando por tí podrás experimentar el amor que en realidad no has perdido, sino que sólo lo habías dejado de momento. Con este renacimiento redescubrirás sentimientos de juventud y salud que tal vez suponías perdidos para siempre. Analiza tus puntos básicos y mira con quien quieres vivirlos, pero que tú seas la primera en recibir lo que tú anhelas de la vida para poder realizarte y vivir los sueños que de una vez te mereces"


El egoismo sano no quiere decir interés propio, ni complacencia personal ni egocentrismo, es todo lo contrario. Si eres capaz de estabilizarte teniendo lo que necesitas, siendo tú feliz con capacidades para realizar los sueños que te has propuesto, eres mejor donante de respuestas positivas hacia los demás. Dejarlo todo por alguien, dedicarte en cuerpo y alma a los hijos...Realmente la recompensa no viene nunca y tu desasosiego se hará eterno. Si tú estás completamente bien, lo que te rodea estará bien.

lunes, 6 de agosto de 2007

CAMBIO Y PENSAMIENTO


odos vivimos muy deprisa; nos queremos hacer adultos, tener trabajo, dinero, una vida holgada, reímos, pero fingimos hacia el exterior, ya que ¿por qué cuando logramos aparentemente todo esto no somos lo felices que creíamos?



La razón puede ser que todos tenemos nuestra idea real puesta, basada en que nos amen, gustar y las emociones nos pueden. Vivimos, queramos o no, en el mundo de las emociones y los sentimientos. Queremos cambiar el mundo y somos incapaces de hacerlo porque en lo que no “caemos”, lo que no somos capaces de interiorizar es que nuestro mundo real interno es el que está sin cultivar, sin trabajar. Somos lo que somos y no lo que tenemos. Somos lo que queremos ser, en el fondo, aunque nuestro rechazo a esforzarnos a cambiar (resistencia al cambio) lo interno viene precedido del clásico “es que no puedo”. Se suele “utilizar” a alguien del que finalmente se depende para que nos haga felices, nos haga fácil la vida, nos haga sentir, nos haga volar, nos haga…



Todos intentamos que venga desde fuera hacia dentro, hacia nosotros y cuando nos hemos imbuido en esta dinámica lo que gritamos desde nuestro interior es que queremos ser independientes, autosuficientes, autónomos, lo que, queramos o no, pasará, ocurrirá porque todo lo que deseamos lo tenemos nosotros, cada uno, dentro; por eso la felicidad, la libertad en su concepto bien entendido, el placer, los sueños, la sexualidad, todo, parte desde dentro de uno hacia fuera. Por todo esto (analízalo sinceramente y lo entenderás) puedo ser yo con otra persona si no depende mi vida exclusivamente de ella. Lo que realmente necesitamos es valor para ser uno mismo, situación que no está reñida de ninguna manera con el compromiso, la fidelidad, la libertad y el bienestar para vivir en pareja, ostentando como estandarte la comunicación adecuada y eficaz.



El objetivo, pues, es lograr la capacidad del individuo para ser el protagonista de su propia vida, lo que no es sinónimo de tener que estar solo/a para conseguirlo. Los que hemos decidido querer ayudar a educar al ser humano en sus, digamos, “imperfecciones emocionales”, tenemos la obligación, cuando se nos pide ayuda, de crear líneas, cauces de comunicación que supriman los “ruidos” y eliminen la rutina del silencio que es, a veces, lo que encubre nuestros miedos y así sólo se consigue nutrir nuestras mutuas inseguridades.



Es curioso cómo, en ocasiones, nos paraliza frases tópicas y recurrimos a ellas para justificar nuestros actos que encubren un terror a enfrentarnos a nosotros mismos y efectuar ese cambio que en esencia necesitamos y nos escondemos en ellas como si nos hicieran conformarnos en que las opciones de la vida que hemos escogido son las adecuadas. Solemos coger solamente parte de esas frases. Una de las que más he oído es la de José Ortega y Gasset: “Yo soy yo y mi circunstancia…”, y por esto ya que esta circunstancia me marca no puedo salir de ella; es mía y así soy por eso.



No hemos seguido leyendo y no nos han enseñado que también dijo Ortega que “…si no salvo mi circunstancia no me salvo yo.” Porque debo evolucionar y la madurez y la adaptación son formas para conseguir obtener, sin salir necesariamente del ritmo social impuesto, el equilibrio que necesito para el objetivo final humano de ser feliz.



Sé que se hace muy difícil vivir nuestra vida como un todo armónico, sin estridencias, sin los problemas cotidianos y los no tan cotidianos. Cuando parece que hemos conseguido una estabilidad, algo fuerte, inesperado, nos toca vivir y nos vuelve al caos mental, a la intranquilidad, a sufrir de nuevo otra pérdida. ¿Qué hacer ahora?; ¿por qué a mí?; ¿qué he hecho yo para que tenga que sufrir tanto?



Preguntas lógicas, humanas, emocionales y por las que hay que pasar para obtener el enfoque idóneo de nuestra nueva circunstancia, por dura y cruel que ésta sea. Ya estamos de nuevo en el mundo de las emociones, de los sentimientos y tenemos las dos opciones posibles en toda crisis: destrucción (muerte) u oportunidad para enfrentarse a ella y salir renovados y más fuertes (cuando una puerta se cierra una ventana se abre) Todo, como casi siempre, va a depender de nuestra posición ante ese acontecimiento que ha surgido. Yo. Dependo de mí, de la elaboración que haga del acontecimiento, de la necesidad y voluntad de cambio o, por otra parte, la voluntad de involucionar que se va a alimentar de mis creencias, de aquello que pienso, siento y mido con mi escala de valores. Soy estático/a o dinámico/a. Yo he de decidir aunque me equivoque, pero no de forma alocada y precipitada. Ser reflexivo (sé que cuesta muchísimo en estos momentos) es la forma. Todo va a cambiar según mi pensamiento y mi capacidad de pedir ayuda si solo/a no puedo. Mi retroalimentación será positiva si mi pensamiento es positivo (o por lo menos lo intento, ya que el camino está formado por pequeños pasos) aunque cueste una gran cantidad de energía interior.



Hay quien piensa que ser dinámico en estas situaciones es estar en constante movimiento e introducirse en un ritmo frenético de actividades, de actitudes, de cambios aparentes, de un volver atrás, a tus raíces infantiles, pero no hacen un “stop” para recapacitar sobre sus esquemas mentales y sus sentimientos más profundos. No quieren tiempo para ver su propia cara ante el espejo; ver los pro y contra de la decisión que se va a tomar. Es ahora cuando vienen las clásicas “excusas” (que en la mente de uno son reales por la incapacidad no consciente que se tiene): “necesito mi espacio”; “no me siento libre”; “ya he decidido y no hay más que hablar”; “nada se puede negociar”…



Generalmente hay dos cuestiones importantes por las cuales alguien toma la decisión, por ejemplo, de separarse de su pareja: Una diferencia de expectativas ante las situaciones y/o el desamor, que puede darse por un cambio de sentimientos o por una diferencia desmesurada de desarrollo entre ambos en las distintas etapas, por lo que se produce un gran desequilibrio. Pero para ver esto hemos de ser totalmente sinceros con nosotros mismos porque si no lo somos caeremos en el problema de ser nuestro propio enemigo, siendo una irracionalidad, emocionalmente hablando, pensar que el “enemigo” es el otro. Aquí hay dos individualidades que intentan vivir y llegar a un equilibrio de conjunto sin conseguirlo, tal vez, porque inicialmente tampoco existe a nivel individual. Pero no hay culpables; hay responsables de actitudes irreparables, en ocasiones, por carecer de aptitudes adecuadas y perder la oportunidad, por otro lado, de pedir ayuda profesional que valore las circunstancias con una perspectiva terapéutica, sin implicaciones emocionales, más objetiva.



Supongo que habrán oído la frase latina “HOMO HOMINI LUPUM”, que podemos traducir como el hombre es el lobo del hombre; uno es su propio enemigo, pero hay otra más positiva de Séneca: “HOMO HOMINI SACRA RES”, que podemos traducir como el hombre es algo sagrado para el hombre. Dos frases muy distintas que suponen una posición bien diferente. Así creo que es todo ante la vida. Elige tu opción y trabaja hasta el límite de tu voluntad sobre ella pensando que si el pensamiento positivo puede tener resultados obvios, ¿qué hacemos evitando la crisis por no querer abordar el cambio que realmente se necesita?



Como siempre no pretendo otra cosa con este artículo que crear un espacio para que se piense y se analice con qué se ha de quedar uno en la vida, porque eres tú, solamente tú quien debe aprender a pensar ante cualquier situación de forma autónoma y de manera crítica. Ser feliz requiere el máximo esfuerzo y es el objetivo más difícil que el ser humano se ha propuesto; pero estamos en el camino si cada uno, cada ser individual, pone algo de su parte y cambia su gran y rico mundo interior. No huyas de tí mismo/a ni llenes tu mente de soledad por no enfrentarte a tus propios miedos no solucionados. Somos lo que pensamos y está claro que el pensamiento podemos cambiarlo, pero no me pidas que cambie el mío, cambia el tuyo ya que el mío es cosa mía y yo tendré que hacerlo por mí mismo. Si uno se siente bien consigo mismo se minimizan las imperfecciones del otro que no es perfecto por que es “simplemente” un ser humano.




JUAN JOSÉ LÓPEZ NICOLÁS. Orientador Familiar


http://www.terapiayfamilia.blogspot.com

viernes, 13 de julio de 2007

COMPORTAMIENTO ANTE LOS TIPOS DE COMUNICACIÓN


odemos definir como COMPORTAMIENTO todo lo que se dice, se hace, se siente y se piensa . Pero hay unas diferencias en cuanto a éste, ya que unas veces podemos observarlo muy claramente, por ejemplo, cuando alguien me está contando la última película que vio, y otras no nos es fácilmente observable, por ejemplo, cuando alguien está en el mundo de sus sentimientos y está triste, compungido.


En nuestra experiencia hemos observado que más del 90% de los problemas que tiene el ser humano en su vida, tanto individual, social o de pareja, estriba en la comunicación, situación bastante incoherente ya que dicen que estamos en la era, precisamente de las comunicaciones. Cuando esto ocurre se plantean dificultades añadidas que requieren la ayuda de especialistas en terapia de pareja, ya que esa comunicación, ese tratar de decirle al otro lo que realmente uno quiere sin que hayan malos entendidos, es totalmente deficiente.


Aunque resulte para algunos totalmente obvio y muy elemental, hay una gran cantidad de personas que ni se plantean los elementos que se dan en una comunicación, a nivel básico. Existe un EMISOR que es el que envía el mensaje y un RECEPTOR, el que recibe dicho mensaje; pero no sólo están las personas protagonistas sino que la importancia también estriba en el CONTENIDO del mensaje (lo que se quiere decir) y la FORMA, punto éste de crucial importancia porque es la manera de expresarlo, el cómo se dice. Pasa con mucha frecuencia que el receptor interpreta el mensaje de manera equivocada, ya sea por la forma de comunicarlo, la forma en que a él le llega ese mensaje, o bien porque exista un error de interpretación. Podemos dar para estas situaciones y, por qué no, para entrar en la dinámica de siempre hacerlo de esta manera y conseguir que las personas entiendan lo que realmente queremos decir, unas indicaciones “bastante sencillas” pero que no suelen ponerse en práctica por múltiples variables.


Es importante, cuando actuemos como emisor, cuidar el contenido y la forma del mensaje para que no demos lugar a que se malinterprete; cuando actuemos como receptor, intentar no mostrarse demasiado suspicaz y no traducir lo que nos están diciendo, sino escuchar tan sólo lo que se emite. No obstante siempre podemos preguntar lo que no hayamos entendido sin olvidar el básico respeto entre ambas personas.


Los objetivos a primera vista tan simples y fáciles de poner en marcha suelen ser, a menudo, no tan sencillos de aplicar. Un ejercicio para subsanar estos errores podría ser el siguiente: cuando se vaya a dirigir a su cónyuge, a su pareja, intente imaginar cómo le hablaría si se tratara de alguien desconocido para usted, esto es, como si le acabaran de presentar a esa persona. Hacemos hincapié en este punto porque sabemos que el exceso de confianza entre los humanos hace descuidar bastantes elementos básicos de educación y cortesía.


Hasta aquí y de forma muy sencilla, como podéis observar, hemos tratado la comunicación verbal, pero en la no observable, en la comunicación NO VERBAL, hay conductas que destacan por su impacto en el estilo de comunicación y por su influencia en el mensaje: El contacto ocular es una de las más sutiles contraseñas del lenguaje no hablado. Puede inducirnos a sentir atención, vergüenza, rabia, odio, compasión, etc.; y eso que no estamos escuchando, en ocasiones, ni una sola palabra. Los mensajes que se emiten por medio del lenguaje no verbal son más del 70% de la información que nos llega, frente al 30% del lenguaje verbal. Se dice más con el cuerpo, con los gestos, en ocasiones, que con las palabras, por este motivo tenemos que ser muy observadores para detectar en nuestras sesiones las incoherencias entre ambos tipos de lenguaje, ya que, por ejemplo, la expresión facial, si la observamos, es importante que veamos que exista coherencia entre lo que se dice y lo que se manifiesta mediante los gestos. Si existe disonancia se generan malos entendidos.


Hemos mencionado antes también las formas y dentro de estas observamos que el tono y el timbre de nuestra voz también son moduladores de la expresión emocional. Pueden ayudar al entendimiento mutuo o, por el contrario, irritar, aburrir o sorprender, no en vano entra por nuestros sentidos, de forma consciente o inconsciente, todo tipo de visualizaciones que equilibran o desequilibran nuestra comunicación y la interpretación, si se nos da la oportunidad de subjetivar el mensaje, incluso a través de la gesticulación, la postura corporal, etc.



Con el fin de mejorar la comunicación y que esta llegue a ser fluida se debe:



1.Conocer y evaluar el estilo de comunicación y comportamiento verbal.


2.Conocer y analizar el estilo de comportamiento no verbal del compañero.


3.Saber lo que le agrada y le desagrada a la otra persona de nuestro comportamiento no verbal.


4.Intentar analizar nuestro estilo de comunicación e identificar las claves negativas implícitas en el mismo o, cuando menos, las distorsionantes.



Para que la comunicación cumpla su objetivo positivo y sea utilizada como verdadero vehículo de expresión acorde con nuestras necesidades, hay que tener en cuenta estos tres elementos:


-¿Qué se va a decir? (contenido)


-¿Por qué va a decirlo? (objetivo)


-¿Cómo va a decirlo? (forma)



Cuando estos tres elementos sean coherentes entre sí, nuestro discurso será correcto. Si por el contrario esto no es así, corremos el riesgo casi con toda seguridad, de ser malinterpretados o de no decir más que a medias lo que queremos.