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miércoles, 29 de agosto de 2018

Reflexión de vital importancia

Sí, lo he encontrado. Por fin. Siempre he perseguido escribir ese artículo que pudiera clarificar situaciones vitales, actitudes personales que enmarcaran la urdimbre necesaria para enfocar la vida presente y pasada con el objetivo de “simplemente” vivir los días en pos de un futuro pleno. Ese artículo que se sintiera desde las tripas para desenmarañar los pesares que nos acechan por negarnos a vivir nuestra propia vida fuera de la de los demás, como individualidades propias y con necesidades propias.

Nada puede cambiar si nosotros no queremos cambiar y ese mensaje es el que intento dar cada vez que escribo porque está en nuestro interior el cómo, el porqué y el para qué de nuestro existir, sin necesidad de culpar hacia fuera lo que somos incapaces hacer desde dentro. Pero era difícil juntar las palabras adecuadas porque ya fueron dichas y de qué manera por un gran plasmador de situaciones del alma. Con él y con otros aprendí que problemas vienen por nuestros propios miedos y porque ansiamos lo que no tenemos haciéndonos perder un tiempo precioso para disfrutar de lo que realmente poseemos, perdiéndonos el aprendizaje de que a veces la solución no pasa por cambiar las cosas, sino aprender y reaprender a mirar con nuevos ojos aquello que tan delante de nosotros tenemos.

He querido enviaros reflexiones sobre la perfección y la imperfección, sobre las actitudes positivas necesarias para conquistar nuestros espacios de felicidad relativa; la necesidad de aprender de nuestra vida vivida porque si no aprendemos de lo que nos pasa tendremos años de vida y tal vez muchos, pero no experiencia. He querido comunicar todo esto y alguien sublime lo refleja justamente como deseo, para una extraordinaria reflexión: Jorge Luis Borges. (O por lo menos a él se le atribuye) Muchos lo conoceréis y me disculpo ante vosotros, pero el descubrimiento para la ayuda reflexiva para otros me parece de gran necesidad.

El aquí y el ahora, saber pedir, la actitud mental positiva, el buen autoconcepto, la aceptación, la tolerancia, el amor, la fidelidad, el respeto, la vida…Lo comparto con vosotros con todo el cariño, como lo han hecho conmigo. Esta es una gran base para la Orientación familiar y el Coaching.


“De tanto perder aprendí a ganar; de tanto llorar se me dibujó la sonrisa que tengo. Conozco tanto el piso que sólo miro el cielo. Toqué tantas veces fondo que, cada vez que bajo, ya sé que mañana subiré. Me asombro tanto como es el ser humano, que aprendí a ser yo mismo. Tuve que sentir la soledad para aprender a estar conmigo mismo y saber que soy buena compañía. Intenté ayudar tantas veces a los demás, que aprendí a que me pidieran ayuda. Trate siempre que todo fuese perfecto y comprendí que realmente todo es tan imperfecto como debe ser (incluyéndome). Hago solo lo que debo, de la mejor forma que puedo y los demás que hagan lo que quieran. Vi tantos perros correr sin sentido, que aprendí a ser tortuga y apreciar el recorrido. Aprendí que en esta vida nada es seguro, solo la muerte… por eso disfruto el momento y lo que tengo. Aprendí que nadie me pertenece, y aprendí que estarán conmigo el tiempo que quieran y deban estar, y quien realmente está interesado en mi me lo hará saber a cada momento y contra lo que sea. Que la verdadera amistad si existe, pero no es fácil encontrarla. Que quien te ama te lo demostrará siempre sin necesidad de que se lo pidas. Que ser fiel no es una obligación sino un verdadero placer cuando el amor es el dueño de ti. Eso es vivir…La vida es bella con su ir y venir, con sus sabores y sin sabores… aprendí a vivir y disfrutar cada detalle, aprendí de los errores pero no vivo pensando en ellos, pues siempre suelen ser un recuerdo amargo que te impide seguir adelante, pues, hay errores irremediables. Las heridas fuertes nunca se borran de tu corazón pero siempre hay alguien realmente a dispuesto a sanarlas con la ayuda de Dios. Camina de la mano de Dios, todo mejora siempre. Y no te esfuerces demasiado que las mejores cosas de la vida suceden cuando menos te las esperas. No las busques, ellas te buscan. Lo mejor está por venir”

lunes, 13 de agosto de 2018

Crianza vs. Trabajo


Viendo el otro día el programa de televisión “Planeta Calleja” y a su invitada, en esta ocasión, Elsa Pataky, me llamó la atención una de sus respuestas a las preguntas de Calleja, hasta tal punto que ha sido inspiradora para presentaros el artículo que ahora me ocupa.

El presentador le preguntó algo así como que qué expectativas de futuro tenía y ella contestó: Ser madre. Me pareció sincero y hermoso, teniendo en cuenta que en la sociedad actual se ve raro el hecho de quedarte en casa criando a tus hijos.

La mayoría de los estudios se centran en demostrar que es mejor que la madre se incorpore al mundo laboral lo antes posible tras ser madre. Los hijos son más sociables (al ir a la guardería), más independientes,...Y claro me hace mucha gracia observar en foros y en las conversaciones cotidianas que la mayoría de las madres preferirían quedarse en casa y criar a sus retoños que tener que volver al trabajo. Por supuesto, en el otro lado se encuentran aquellas madres que desean volver al trabajo.

La clara diferencia entre ambos extremos reside en dos verbos: querer y tener. No es lo mismo querer volver al trabajo que tener que volver al trabajo, en la mayoría de los casos por circunstancias económicas. 

Educar a los hijos parece hoy más complicado que nunca. "El compromiso que exigen las empresas impide que muchos trabajadores sean dueños de su tiempo", señalan los expertos en conciliación. "Y lo lamentable, -añaden- es que en el nombre del estatus y del dinero cada vez más personas viven como si su ocupación fuera el centro de su existencia, descuidando las necesidades emocionales de sus familias". Una de las consecuencias es la falta de dedicación hacia los hijos, que desarrollan "conductas violentas e hiperactivas para llamar la atención".

El humanismo en la empresa empieza a contar con datos que avalan la reclamación que los expertos en psicología y filosofía del trabajo llevan haciendo desde hace años: "La conciliación entre vida laboral y personal no puede ser un privilegio, sino un derecho universal para todas las personas que trabajan para poder vivir digna y equilibradamente".

Se estima que el 38% de los asalariados padece algún síntoma nocivo derivado del exceso de trabajo (estrés y burnout) o que es víctima de las relaciones agresivas que a veces se generan dentro de las empresas (mobbing), según el informe Cisneros VI, del Instituto de Innovación Educativa y Desarrollo Directivo (IIEDDI), especializado en prevención de riesgos psicosociales. Más allá de estos malestares psicológicos, que parecen ir aumentando entre la población activa, el actual modelo de desarrollo empieza a generar otro importante daño colateral: “la soledad afectiva y emocional de muchos hijos, que carecen del cariño y de la orientación de sus padres, demasiado ocupados en cumplir con las exigencias de sus respectivas ocupaciones profesionales”, señala Araceli Oñate, directora general del IIEDDI.

Con la progresiva incorporación de la mujer a la actividad productiva "la educación de los hijos se está delegando cada vez más a los centros escolares". Sin el apoyo directo de los padres y de las madres, está más que demostrado que los hijos no pueden desarrollarse sanamente. No se trata de culpabilizar a nadie, pero si la manera en la que hemos organizado la actividad laboral impide que los padres tengan tiempo para jugar cada día con sus hijos es porque algo no estamos haciendo bien.

Lo cierto es que según las conclusiones de otro estudio -el Cisneros X, centrado en la violencia y el acoso escolar en España y elaborado en colaboración con la consultora Mobbing Research-, cerca del 80% de los niños mayores de siete años muestran conductas agresivas hacia sí mismos, hacia sus compañeros y, sobre todo, hacia sus profesores. Entre éstas, destacan el hostigamiento verbal (60% de los casos); la intimidación y las amenazas (24%) y el chantaje emocional, una forma de agresión que representa el 6% de los conflictos registrados en las aulas, según el informe. Pero detrás de esta fachada tan amenazadora y conflictiva, el niño agresor esconde una "profunda falta de autoestima, de cariño y de confianza".

El problema no radica en la incapacidad de los padres para querer a sus hijos, sino en su inhabilidad para hacer que se sientan queridos. Los niños perciben rápidamente si sus padres les están dedicando un “tiempo de calidad”, y éste tan sólo existe cuando se produce una entrega amorosa e incondicional.

A través de conversaciones con los niños más conflictivos, se constata que la mayoría de sus padres regresan a sus hogares a la hora de cenar, "normalmente demasiado cansados para atender a sus hijos como estos necesitan y se merecen". Así, los niños se acostumbran a ser educados por abuelos, niñeras y, en la gran mayoría de los casos, por la televisión y los videojuegos, que los entretienen, pero también los convierten en adictos potenciales a la evasión constante de sí mismos. Además, para compensar esta ausencia, los padres suelen decirles que sí a todo, bombardeándolos con obsequios materiales que no refuerzan una adecuada educación.

Pese a todo, “algunos de estos padres reconocen sentirse culpables por no poder estar más tiempo en casa y estas inquietudes y preocupaciones suelen distraerles cuando están trabajando", explica el psicólogo y ex defensor del menor en la comunidad de Madrid, Javier Urra, socio director de Urrainfancia, consultora especializada en educación infantil.

En su opinión, una cosa es trabajar para ganar el dinero que necesitamos para vivir y otra perder la perspectiva y convertirnos en esclavos de nuestro empleo.

Personalmente creo que cada una de las dos opciones (trabajar o quedarse en casa), tiene beneficios y desventajas tanto para los padres como para los niños. 

Respecto al 'tiempo de calidad', me quedan dudas con respecto a lo que los estudios consideran que debe ser lo indicado o lo "mínimo".
Aunque sé que este tipo de estudios pretenden dar una visión general de la situación de las familias, creo que es muy complicado generalizar y dar una conclusión tajante como 'lo mejor para un niño es que su madre trabaje fuera de casa': no se tiene en cuenta si en efecto la mujer lo hace por su satisfacción personal o por que es la única opción que tiene (económicamente hablando), ya que el desarrollo personal de una mujer puede ser muy diverso: para unas puede ser dedicar su vida a su familia y para otras poder compaginar el hogar con su carrera profesional.

Muchos profesionales de la materia dicen que lo importante no es la cantidad de tiempo, sino la calidad, y yo sigo diciendo que el tiempo no debería medirse en términos de calidad.

Tiempo de calidad se considera ese en el que estás con tu hijo, jugando, contando cuentos, hablando, cantando canciones, comunicándote, etc. y tiempo de no calidad sería si estás haciendo la comida, si estás limpiando, si sales a comprar, si estás viendo la tele mientras tu hijo juega o si estás hablando por teléfono y no le atiendes.

A mí me parece que el teórico tiempo de no calidad también es un tiempo muy válido y con mucho valor. Hay estudios en los que se demuestra que a la hora de valorar el tiempo real que pasan los padres con los hijos no hay demasiadas diferencias entre las madres que trabajan y las madres que no trabajan, porque el tiempo destinado en exclusiva a los hijos es prácticamente el mismo. Pero yo creo que todo lo que entra en el saco de los minutos de la paja también son minutos de calidad: llevarte al niño de compras es tiempo de calidad, ayudarte a poner la lavadora es tiempo de calidad, llenar la casa de agua porque te quiere ayudar a fregar es tiempo de calidad, ver a mamá hacer la comida tocando y cortando ingredientes es tiempo de calidad, tener que esperar unos segundos a que mamá acabe de hablar por teléfono es tiempo de calidad… ¿o acaso no se aprende algo haciendo todo ello?

Lo único que tengo claro es que para un niño todo el tiempo que puede pasar con sus padres es enriquecedor, y que eso es imposible medirlo. 

Lo importante es conectarse con uno mismo para descubrir su propia verdad sobre la maternidad. Osho dice que la diferencia entre la verdad científica y la verdaderamente espiritual, es que la primera es social y la segunda individual. Esto significa que una vez que hay un descubrimiento científico que es tomado como válido, todos lo aceptan, lo incorporan y las siguientes generaciones construyen conocimiento a partir de esa verdad. Pero la verdad espiritual es única, cada persona debe descubrirla por sí misma a través de un proceso profundo que no termina nunca y que es imposible transmitir en forma absoluta. 

Y creo que con la maternidad sucede más o menos lo mismo. No hay una única forma de ser madre, no es mejor quedarse en la casa y posponer el desarrollo profesional ni es mejor trabajar afuera. Hay una forma que funciona para cada uno y para cada familia. Encontrarla es un desafío. Pero es en las soluciones individuales donde se manifiesta la diversidad humana y ese es el complejo secreto de la existencia.

La conclusión es corta y breve: No sé de quién es la culpa. Quizás sea del trabajo, de los políticos, de los horarios o del sistema capitalista. Al final me da igual de quién es la culpa. Lo que me importa es que nuestros hijos, esos niños que preferirían estar con nosotros, no pueden estarlo y que encima, que parece recochineo, salgan los “entendidos” a decirnos que eso es algo que no les afecta en nada y que al final es hasta positivo.

Y es que, como dijo el científico Albert Einstein, "la palabra progreso no tiene ningún sentido mientras haya niños infelices".


P.D: Una imagen vale más que mil palabras. Espero que nuestras sombras no acaben nunca con el mundo de color de nuestros pequeños.


 Mª Esmeralda Ruiz Pina

viernes, 1 de junio de 2018

El Orientador Familiar cercano en las crisis

Por muchos años que pasen, por muchas vicisitudes que sucedan, tipos de sociedad que nos acojan, del concepto pareja y de sus crisis jamás se dejará de hablar; siempre preocupará porque de la pareja se nace, o bien biológicamente o bien a la cultura de la vida por ser precisamente en pareja y en su seno donde el amor hace florecer la educación, la ayuda entre sus componentes y la manifestación de cooperación necesaria para que nadie pueda sentir aquello de que “el hombre, sólo, sin familia, tiembla de frío.”

Y es precisamente por estos vínculos de y en pareja que en infinidad de ocasiones el orientador familiar no enfoca ninguna necesidad de cambio, ni en la mayoría de ocasiones es quién para dar recetas mágicas (nunca las hay), ni actúa como aquel que ostenta el poder y la razón en un estante superior e inalcanzable, casi perfecto. Su concurso principal, su prioridad, es ser cercano, llano. Aquel que comprensiva y respetuosamente acompaña e infunde tranquilidad devolviendo como en un espejo las imágenes verbales y preguntas que surgen, dándoles una nueva dimensión que les sitúe ante ellas en una nueva posición más idónea, con distinta perspectiva, donde su comprensión se aclare y sume, logrando que el proceso de crecimiento que se busca se vaya acercando en su objetivo.

Todas estas maniobras orquestales las he venido poniendo en práctica cada vez que ha procedido, que es casi siempre porque lo que he visto es que muchas parejas se hunden en problemas, en desconfianzas, en recelos, en rupturas, a pesar de que existan elementos de unión, y parece un contrasentido. Pero lo que casi siempre sucede es que han perdido la fe en sí mismos y la crisis, a pesar de aparecer como una oportunidad de cambio, los sume en sus más negras y oscuras controversias y contrariedades en las que pierden toda expectativa adecuada y, por supuesto, todo el valor constructivo que en la observación positiva se debería dar como principal ingrediente. La clave es relativamente fácil aunque no se ve tan pronto: situarse en una perspectiva diferente.

No nos solemos plantear que la vida plana no es real, no existe, no se da. No nos preparamos para las crisis de pareja ni individuales, y nos vienen muy grandes no viendo que precisamente el esfuerzo que hacemos para favorecer la unión es la urdimbre, el pegamento que sella el futuro y el amor de la pareja.

Muchos y grandes profesionales son los que han escrito sobre los problemas que nos surgen en la vida y también mi experiencia personal me ha enseñado (sigo aprendiendo) que en la vida de pareja, si deseamos que dure, tendremos que aprender a aceptar momentos de sufrimiento y de esfuerzo. (C. Panadés. 2007) Porque en realidad, si la naturaleza nos permitiese vivir sin obstáculos, se reduciría en gran medida la capacidad de desarrollar nuestro potencial. Y es ese potencial el que nos va modelando, a medida de nuestro esfuerzo y aprendizaje, enseñándonos a vadear el río de las crisis y los problemas que se nos presentan, dotándonos de unas cajas de herramientas (recursos) para utilizar la que corresponda en cada momento según la reparación a emprender, pero necesitamos experiencia y no huir de los problemas y de la vida en sí. “Las parejas que duran pasan necesariamente por crisis, las afrontan y aprenden de ellas. Cuando se decide huir de las crisis rompiendo la relación, tarde o temprano, probablemente en la siguiente relación de pareja, se va a tener que afrontar el mismo reto y se encontrarán en el mismo punto en el que se emprendió la huida.”

Claramente he intentado en mi quehacer como Orientador devolver las preguntas, las cuestiones a mi interlocutor de una manera que creara conciencia de la realidad, no ya latente, sino manifiesta dentro del problema real que se me exponía. No hemos aprendido  a vivir con nuestras emociones y menos a ser conscientes de las mismas, de ahí que ante la más mínima, algunas personas emprenden una huida sin retorno, hacia un lugar que ni ellos mismo saben.

La verdad es que siempre he visto necesario poner encima de la mesa, abriendo conciencias para que emerja a la realidad visual del cliente, que queramos o no, pasamos todos por una serie de escalones difíciles de evitar y lo que se necesita proponer es que veamos cuál es la mejor forma de enfrentarnos a esas situaciones (a cada uno le valdrá una distinta) y empezar a reflexionar sobre el camino (indica marcha y no estancamiento) que vamos a tomar y que nos lo creamos de forma sincera y coherente. Y es ese creer lo que va a hacer moverse, afianzarse a objetivos posibles, porque hay más allá de este problemático, de momento, más acá que necesita de un trabajo continuo, inteligente, y no exento de esfuerzo que tiene que hacer el cliente, no el orientador.

No podemos evitar que los demás tengan problemas y a veces lo peor que existe es proteger tanto que les evitamos hasta el mismo aprendizaje necesario, como estamos viendo. Haciendo tú, aprendes tú. Si te evito el trabajo y el sufrimiento que te pertenece puede ser que te esté dando una ayuda que te debilite. Este relato puede ayudarnos a reflexionar este aspecto:

“Un hombre encontró el capullo de una mariposa y se lo llevó a casa para poder verla cuando saliera de él. Un día, vio que había un pequeño orificio, y entonces se sentó a observar por varias horas, viendo que la mariposa luchaba por poder salir del capullo.
El hombre observó que forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño orificio en el capullo, hasta que llegó un momento en el que pareció haber cesado la lucha, pues aparentemente no progresaba en su intento. Semejaba que se había atascado.

Entonces el hombre, en su bondad, decidió ayudar a la mariposa y con una pequeña tijera cortó al lado del orificio del capullo para hacerlo más grande y de esta manera por fin la mariposa pudo salir.
Sin embargo, al salir, tenía el cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas.

El hombre continuó observando, pues esperaba que en cualquier instante las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente para soportar al cuerpo, el cual se contraería al reducir lo hinchado que estaba. Ninguna de las dos situaciones sucedieron y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas… 

Nunca pudo llegar a volar.

Lo que el hombre, en su bondad y apuro no entendió, fue que la restricción de la apertura del capullo, y la lucha requerida por la mariposa para salir por el diminuto agujero, era la forma en que la naturaleza forzaba fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que estuviesen grandes y fuertes y luego pudiese volar.”  Extraído del libro: "Aplícate el cuento" de Jaume Soler y M. Mercé Conangla.

¿Os ayuda en algo? Me alegro…Los problemas pueden hacernos crecer… ¿Huida? Mejor enfrentarnos a ellos, pero sabed que hay personas que saben ayudar.

Yo pedí fuerza...Y encontré  dificultades para hacerme fuerte.

Yo pedí sabiduría...Y tuve problemas para solucionar.


miércoles, 13 de enero de 2016

Escribo...

Escribo para oírme, para que me reflejen las palabras y las ideas de mi propio libro sirviendo de ayuda a mi alma de mortal imperfecto.  Escribo para leer en el exterior conjuntos básicos de soluciones que necesito en el caminar perecedero de la vida, porque necesito el espejo, ver desde fuera lo que mi consciente a veces no acepta desde las palabras del sabio coach que la experiencia ha creado.

Pero también escribo para los demás, con el propósito de compartir lo que en parcelas de mi vida ha funcionado, pretendiendo alcanzar el objetivo de elevar a la maduración los pretextos que todos tenemos para no hacer algo que debemos realizar. Sí, escribo para vosotros, para aportar algo que creo que debo decir de una manera que la vida me ha dado, pero que creo que no es mío solo. 

Por esto necesito vuestra retroalimentación, vuestra opinión, vuestro modo de hacerme crecer como escritor tratando escaleras emocionales y recursos que un albañil crearía, para ayudar a subir los peldaños que ayudaran a llegar a donde verdaderamente queramos o estemos dispuestos. Yo sigo en el camino, y caigo, pero me levanto para volver a leerme y experimentar las palabras de ayuda que tantas personas han confeccionado para que las escuche.

Creo que lo mejor que tiene un libro es leerlo en el momento adecuado.

En parte, amigos, por eso escribo, y si logro ser mejor es porque os lo debo a todos los que hacéis una crítica de mi libro. Gracias, gracias, gracias.

jueves, 10 de noviembre de 2011

No podemos ir de salvadores.

Tras una consulta de una lectora de nuestro blog, se me ha ocurrido hacer unas reflexiones sobre la necesidad que algunas personas tienen de encargarse de la vida de los demás y de proteger y ayudar hasta el punto de llegar a olvidarse de la vida de uno mismo. Y eso no es tener en absoluto espíritu de sacrificio.

El ir de salvador, de ayudador de causas, de amigos, aunque no te lo pidan, tan sólo porque tú mismo ves la necesidad, no es una excesiva buena manera de actuar. El preocuparse de los otros dejando de ver tu propia necesidad, no es una buena manera de actuar. Y esta manera de actuar inapropiada hace que los demás dejen de esforzarse por crecer, dejen en manos de uno la propia necesidad que se tiene de desarrollarse en todos los ámbitos de la vida, y hasta, si me apuráis, ponen en nuestras manos la solución a sus vidas y la consecución de su propia felicidad…¡Pero a qué precio!

He encontrado un mini relato que puede ilustrar de una forma clara y concisa el tema que os traigo a reflexión. Es de un autor anónimo y aquí os lo dejo para que después me comentéis.

El hombre y la mariposa

Un hombre encontró el capullo de una mariposa y se lo llevó a casa para poder verla cuando saliera de él. Un día, vio que había un pequeño orificio, y entonces se sentó a observar por varias horas, viendo que la mariposa luchaba por poder salir del capullo.

El hombre observó que forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño orificio en el capullo, hasta que llegó un momento en el que pareció haber cesado la lucha, pues aparentemente no progresaba en su intento. Parecía que se había atascado. Entonces el hombre, en su bondad, decidió ayudar a la mariposa y con una pequeña tijera cortó al lado del orificio del capullo para hacerlo más grande y de esta manera por fin la mariposa pudo salir.

Sin embargo, al salir, tenía el cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas.

El hombre continuó observando, pues esperaba que en cualquier instante las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente para soportar al cuerpo, el cual se contraería al reducir lo hinchado que estaba. Ninguna de las dos situaciones sucedieron y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas... Nunca pudo llegar a volar.

Lo que el hombre, en su bondad y apuro no entendió, fue que la restricción de la apertura del capullo, y la lucha requerida por la mariposa para salir por el diminuto agujero, era la forma en que la naturaleza forzaba fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que estuviesen grandes y fuertes y luego pudiese volar.

miércoles, 9 de abril de 2008

CARTA DE DIOS




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Es difícil decirte hasta qué punto te quiero y te perdono cada día.
Eres un ser humano, mi milagro. Mi milagro mejor porque eres fuerte pero puedes ser débil y aun valiente. Eres inteligente y, sin embargo, ciertos días te sientes tan vacío que ni te ves el alma en el espejo. Estás pleno de dones y talentos.
Te lo aseguro yo que soy tu Padre, te lo aseguro yo que soy tu amigo.
Siéntate un día a repasar la vida. Por peor que la sientas nunca será tan mala ya que aún estás allí para mirarla. Piensa en lo bueno, vamos, sin pudores. Reconoce tus puntos más brillantes, juega con ellos ahora en tu recuerdo.
Si das vuelta a la esquina de los sueños te encontrarás allí contigo mismo.
Mírate con afecto y, si es posible, descubre lo que has sido sonriendo, observa lo que eres sin reproches, planea qué serás con entusiasmo.
Y piensa que tan sólo con desearlo puedes cambiar tu vida para siempre.
Solo hacen falta ganas, muchas ganas.
Te di la voluntad, debes usarla.
Arranca con un paso el camino más largo que será menos largo al dar el paso.
No estás ciego, mis ojos son tu guía. Ni estás sordo pues me estás oyendo.
Ni estás paralizado porque a cada momento yo te siento más cerca y me conmueve.
Ni estás mudo, yo escucho tus lamentos que le hacen perder tiempo a tus acciones y yo escucho, también, tus oraciones que me llegan flotando entre la gloria.
No sé si entiendes lo que significas: mi mayor creación, mi gran milagro.
El dueño y el esclavo de tu historia.
No temas comenzar la vida nueva si esta no te conforma.
No te lamentes nunca, no te quejes, no te dejes caer, no te atormentes, no aceptes el fracaso pues no existe, no maldigas, no busques más culpables, no te culpes tampoco, no te hieras, no te rindas jamás, no te deprimas.
Más que nada, no temas. Nunca temas. ¿Cómo puedes temer si te acompaño?
Tienes muchos poderes que no usas y muchos que ni sabes que los tienes.
Te he dado lo mejor y te hice libre. Y te hice irremplazable. No hay otro como tú en el universo; gente, persona, ser humano, hijo.
Eso que buscas tanto día a día, esa felicidad que te desvela, no se encuentra en los "qué" sino en los "quienes".
No vas a hallar en cosas la alegría sino en personas como tú, que esperan.
Yo ya cumplí mi parte, hoy es tu turno.
Te di el regalo de pensar, reírte; el de amar, elegir, emocionarte; el de determinar y hasta enojarte; el don de imaginar, crear, ser libre; y el de soñar, planear, cantar un poco; hablar y hasta sentirte un poco loco. Porque los cuerdos son muy peligrosos.
Te regalé rezar desde tu alma,decidir con tu mente tus acciones y tejer tu destino de esa forma. Casi te puse más allá que un ángel para tenerte cerca si me aceptas. Todo eso yo te di, pero ¿qué hiciste?
¿Qué has hecho de esas fuerzas que impresionan?
No importa, en realidad, voy a olvidarlo.
No es tiempo de reproches, nunca es tiempo.
Desde este mismo instante yo te pido que olvides tu pasado mansamente si es que en él hay espinas que te hieren. Vas a ser alguien nuevo y para eso vas a aprender ya mismo a perdonarte. Yo ya te perdoné y ahora es tu turno, tu turno una vez más; tienes mil turnos. Después junta el perdón que es más difícil y transfórmalo en fácil con hechos y palabras llevándolo en tus manos a los que te ofendieron.
"No es sencillo", dirás. Y, sin embargo, no dijiste tal cosa hace un instante cuando tú mismo fuiste perdonado.
Devuelve unas monedas de ese pago para estrenar tu estado de alguien nuevo.
Ya que vas a elegir, que esté bien hecho: Ama en lugar de odiar.
Ríe y no llores. Crea y jamás destruyas. Inventa los colores.
Persevera en lugar de renunciar. Alaba, no critiques.Cura y no hieras nunca.
Es hora de que des, sin pedir nada.
De actuar sin postergar más cosas. De crecer en lugar de consumirte. De bendecir en lugar de blasfemar. De vivir en lugar de morir. Y siente mi presencia en cada acto de tu vida flamante.
Crece un poquito más en optimismo. y goza del perdón y la esperanza. Debes abrir tu puerta a la sonrisa. Dejar atrás los miedos y las dudas. Borrar los sentimientos de derrota.
Yo estoy aquí, a tu lado, para siempre.
Me gusta que me llames, que me busques, que te acuerdes de mí, que no me olvides.
Yo, que he vivido en ti toda tu vida, hoy te estoy esperando para amarte.
Si has de venir para abrazarme un día, yo sé esperarte pero no te atrases.
Puedo esperar pero por ti te urjo. El tiempo es muy valioso, no lo insultes creyendo que hay de sobra y para siempre. Yo sigo junto a ti pues quiero darte la paz de una serena compañía, el abrazo especial que abriga el alma, la caricia que todo lo transforma.
Vuélvete otra vez niño, simple, puro, sé inocente, sé ingenuo y generoso.
Si es que ya no lo tienes, recupera rápidamente el don divino de asombrarte y ese de conmoverte y asustarte ante la maravilla de sentirte humano.
Porque tú, mi milagro, estás lleno a tu vez de otros milagros. Como poder oír, si lo deseas, ese sonido de tu propia risa, puedes conocer el amor, puedes saber que te prefiero sobre todo lo demás, puedes sentir una lágrima abriéndose paso en tu mejilla, puedes comprender el dolor, puedes ayudar y ayudarte.
No olvides nunca que te quiero ver feliz.
Eres mi milagro, con tus bolsillos llenos de milagros. Siémbralos en el mundo.
Arroja a mano llena las semillas de la misericordia, la piedad, la paz, la esperanza, el amor, la fe, el coraje, los sueños y las ganas de vivir como si todo fuera burbuja y cascabel. Ya sé que no lo es, pero precisamente por eso hay muchos que te necesitan para que les devuelvas ilusiones.
Y tú los necesitas a esos muchos. Vamos, no pierdas tiempo, mi milagro, vamos.
Usa ya tus poderes y regala tus dones. Yo estoy al lado tuyo en cada instante. Y lo único que pido a cambio de eso es, simplemente, nada. Ni siquiera que estés al lado mío, pues esa es tu elección y no tu carga. Vamos los dos. Nos espera la vida.
Dame la mano, yo te doy la mía.
Te lo voy a mostrar, ya que es difícil, es difícil decirte hasta qué punto te quiero y te perdono cada día.

fdo.: Dios.


Del libro: Líbranos del mal. Víctor Sueiro.

miércoles, 12 de marzo de 2008

REFLEXIONES PARA BIEN VIVIR

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miércoles, 5 de marzo de 2008

UN CUENTO PARA REFLEXIONAR

"Una mujer soñó que entraba en una tienda recién inaugurada en la plaza del mercado y, para su sorpresa, descubrió que Dios se encontraba tras el mostrador.


«¿Qué vendes aquí?», le preguntó.


«Todo lo que tu corazón desee», respondió Dios.


Sin atreverse casi a creer lo que estaba oyendo, la mujer se decidió a pedir lo mejor que un ser humano podría desear:


«Deseo paz de espíritu, amor, felicidad, sabiduría y ausencia de todo temor», dijo.


Y luego, tras un instante de vacilación, añadió:


«No sólo para mí, sino para todo el mundo».


Dios se sonrió y dijo:


«Creo que no me has comprendido, aquí no vendemos frutos, únicamente vendemos semillas».

martes, 23 de octubre de 2007

FILOSOFIA DE VIDA: REFLEXIÓN


n profesor, delante de sus alumnos de la clase de filosofía, sin decir ni una palabra, cogió un bote grande de vidrio y procedió a llenarlo con pelotas de golf.



Después preguntó a los estudiantes si el bote estaba lleno. Los estudiantes lo observaron y estuvieron de acuerdo en decir que sí: ESTABA LLENO.



El profesor cogió una caja llena de perdigones y los vació dentro del bote. Estos llenaron los espacios vacíos que quedaban entre las pelotas de golf.



El profesor volvió a preguntar de nuevo a los estudiantes si el bote estaba lleno, y ellos volvieron a contestar que sí.



Después el profesor cogió una caja con arena y la vació dentro del bote.



Por supuesto que la arena llenó todos los espacios vacíos y el profesor volvió a preguntar de nuevo si el bote estaba lleno. En esta ocasión los estudiantes le respondieron con un sí unánime.



El profesor, rápidamente añadió dos cervezas al contenido del bote y efectivamente, el líquido llenó todos los espacios vacíos entre la arena. Los estudiantes reían. Cuando la risa se fue apagando, el profesor les dijo:



"Quiero que os fijéis que este bote representa la vida. Las pelotas de golf son las cosas importantes como la familia, los hijos, la salud, los amigos, el amor, cosas que te apasionan. Son cosas que, aunque perdiéramos el resto y nada mas nos quedasen estas, vuestras vidas aún estarían llenas.



Los perdigones son las otras cosas que nos importan, como el trabajo, la casa, el coche...



La arena es el resto de las pequeñas cosas.



Si primero pusiéramos la arena en el bote, no habría espacio para los perdigones, ni para las pelotas de golf. Lo mismo sucede con la vida. Si utilizáramos todo nuestro tiempo y energía en las cosas pequeñas, no tendríamos nunca lugar para las cosas realmente importantes.



Presta atención a las cosas que son cruciales para tu felicidad.



Juega con tus hijos, concédete tiempo para ir al médico, ve con tu pareja a cenar, practica tu deporte o tu afición favorita, piensa en tí...



Siempre habrá tiempo para limpiar la casa, para reparar la llave del agua.



Ocúpate primero de las “pelotas de golf”, de las cosas que realmente te importan.



Establece tus prioridades; el resto sólo es “arena".



Uno de los estudiantes levantó la mano y preguntó: Una cosa, profesor, ¿qué representan las cervezas?.



El profesor sonrío y le dijo: "¡Me encanta que me hagas esta pregunta!.La cerveza es para demostrar que aunque tu vida te parezca llena, siempre hay un lugar para dos cañas con un amigo o una amiga."

viernes, 14 de septiembre de 2007

APRENDER, COMPRENDER...CON EL TIEMPO



Muy interesantes reflexiones sobre el texto de Borges al pie de pinturas de Van Gogh. Es un espacio para meditar sobre los aprendizajes de la vida que con el tiempo se logran. Si analizamos, reflexionamos sobre estas cuestiones, aprehenderemos ideas para el crecimiento personal.