así somos

Bienvenidos, espero que disfrutéis con la utilidad de este blog.

lunes, 25 de enero de 2010

PROPÓSITOS

Este artículo nos lo ha enviado, a modo de reflexión, sobre el cambio y cómo cambiar, una lectora de nuestra página: Mª Carmen González Rivas, Psicóloga de Badajoz. Sabéis que somos muy dados a compartir con vosotros estos escritos para que la labor de reflexión y el trabajo lo hagáis vosotros, que es lo interesante.


Cada año que pasa en nuestras vidas, como decía la canción de Mecano, nos ponemos de acuerdo para celebrar que un año acaba y otro empieza. Cuando estaba a punto de comenzar el 2010 lancé mis deseos al aire, pensando que estos tienen que convertirse en propósitos, es decir, que yo ponga de mi parte para que se puedan conseguir. Y no me refiero a esos tradicionalistas: perder peso, dejar de fumar, etc. Sino a aquellos que nos implican un cambio para nuestra vida.


Es tal el valor de la vida, que ya va siendo hora de despertar la esperanza, de alimentar nuestros corazones con savia nueva, porque si algo es nuevo es porque no se ha estrenado, no ha comenzado. Quizás sea este momento para estrenar, para cambiar, para abrir puertas, para saber que se puede si dejamos atrás nuestros miedos, nuestras preocupaciones y fomentamos nuestra autoconfianza. Más allá de las circunstancias que nos rodean aprendamos a liberarnos de nuestras eternas quejas, de echarle la culpa al vecino de lo mal que va este mundo nuestro o de lo que nos sucede. Incurrimos en esto último cuando nos dejamos llevar por la inercia y la rutina.


Así les comento que en unos de sus viajes a España, el psiquiatra español Luis Rojas Marcos comenta la siguiente anécdota: sentado al lado de una señora en el avión, esta le comento que a dónde viajaba; el psiquiatra le respondió que a España, esta le dijo que España estaba fatal, que había mucho terrorismo, mucho maltratador, etc. A lo que el psiquiatra le replico: ¿señora conoce a algún terrorista o maltratador? ¿Alguien de su entorno lo es?... y así la señora tomó conciencia de que solo estaba hablando por hablar pues no conocía a nadie con estas características.
Es cierto que lo negativo se cuela en nuestras vidas de la manera más sutil que a modo de voz interna nos intenta convencer que somos insignificantes para poder cambiar las cosas. Pero ¿por qué no empezar por nosotros?


Quizá sea también la hora de mirarnos con una mayor benevolencia, de marcarnos nuestros pequeños objetivos. De mirar lo que quiero cambiar de mi mismo, lo que quiero dejar y conservar y lo que tengo que aprender a aceptar y así pensar ¿Qué puedo hacer para mejorar? Desde luego lo importante es no amontonarse, y al menos detenerme en un principio en algo que me cueste un poquito menos, dedicar un ratito a saber cómo llevarlo a cabo para que no permanezca en nuestra cabeza a modo de preocupación tal que de esa manera en vez de ayudarnos nos produzca el efecto contrario. Y por supuesto lo fundamental marcarse un plazo para llevarlo a la práctica.


Si es cierto que año nuevo es vida nueva, vamos a vivirla como un autentico regalo que quizá esos Magos de Oriente dejaron en nuestras casas confiando en que nosotros nos alegraríamos al recibirla, porque “No importa que no esperemos nada de la vida, sino que la vida espere algo de nosotros”. Mucho ánimo, pues tenemos un año con mucho trabajo por delante. ¡Feliz 2010!


viernes, 16 de octubre de 2009

PASOS PARA EL CAMBIO

Sigo pensando que el CAMBIO es el único modo de poder llevar a cabo la estructura de nuestra vida y que para ello tenemos que ser conscientes de su necesidad. Nada acontece sin que haya cambios y cuando un problema se presenta, aquí y ahora, hemos de actuar con la necesaria celeridad, inteligencia y sentido de la supervivencia para adoptar y adaptar las soluciones más positivas al hecho que acontece.
Os dejo a continuación con un árticulo, gentileza de Fabiana Porracin, Psicóloga y Antropóloga argentina. Analizadlo y estudiadlo con la suficiente exactitud para aprehender los más sutiles mensajes del hecho del cambio y los problemas que se nos presentan.

Muchas veces se escucha en el consultorio comentarios como estos:. “…no sé si voy a poder cambiar...” o “cómo voy a hacer para cambiar...” Por ellos es que surgió la necesidad de escribir este artículo, que de una manera sencilla y coloquial explica algunos de los pasos, de los momentos que se enfrentan en el proceso de cambiar:
· El cambio da miedo, por la incertidumbre que produce lo desconocido. Lo conocido da seguridades: lo seguro de lo conocido, que no es poco. Este miedo no es patrimonio individual, dichos populares expresan: “más vale malo por conocido que bueno por conocer”, “más vale pájaro en mano que cien volando”. Pero quedarse con lo conocido hace perder mucho. Hipoteca la vida, si no es más bien una muerte en vida. Arriesgarse a cambiar, a transitar hacia lo desconocido implica costos: “el que quiere celeste que le cueste.”
· El proceso del cambio es similar a aprender a andar en bicicleta: antes de empezar uno tiene dudas, no sabe que va a poder hacerlo, ni cómo lo va a lograr. Se enfrenta al desafío de lograrlo, se equivoca, sea cae, y, sin saber cómo, aprende para siempre a andar...
· Se comienza el proceso terapéutico con aspectos similares a los de una moneda, que presenta dos caras: hay un aspecto que quiere cambiar y otro que no, por supuesto que es éste último el que genera los “boicots” al cambio.
· En el consultorio se observa reiteradamente cómo la maleta de viaje de expectativas, esperas, deseos, necesidades de los padres abren prospectivamente caminos de vida invisibles. Cuando esas expectativas, esperas, deseos, necesidades paternas no son constructivas propulsan a caminos de vida coartados, oscuros, cerrados, detenidos en el único movimiento de más de lo mismo. Revisar esas expectativas, esperas, deseos, necesidades paternas permite reconocer ciertos por qué del aquí y ahora, para modificar y enfrentarse a las reales expectativas, esperas, deseos, necesidades propias.

· Suele producirse primero el reconocimiento intelectual de aquello que se desea modificar. Luego dicha intelectualización o racionalización empieza a “vivenciarse internamente” como necesidad afectiva de cambiar eso que se pensó, comienza a hacerse más visceralmente profunda, emocionalmente propia, para luego pasar a la transformación conductual. Posteriormente en hechos concretos surge, se actúa, se concreta lo que originariamente se racionalizó.

· En todo proceso de cambio hay altibajos, similares al ascenso a una montaña: para seguir, se baja, pero nunca tanto como al inicio. La diferencia es que nunca se llega a una cima, a un final, se trata de un continuo andar...

· Es natural volver a “repetirse a uno mismo”, encontrarse haciendo de nuevo lo mismo ante situaciones nuevas, se saca del “arcón” propio las formas por las que se aprendió a hacer las cosas, a enfrentarlas, a resolverlas. Para ello es necesario conocer estas características para rectificar. Y avanzar así en el encuentro del propio actuar, consonante con el deseo de uno, no con el deseo de otro.

· Uno nace, se hace, y se modifica. Uno nace con determinadas características personales, otras se van haciendo, adquiriendo y modelando a lo largo del proceso de crecimiento. Algunas características se modelan de acuerdo a deseos, esperas, expectativas, necesidades, mandatos de personas significativas, que determinan con su impronta. Estos pueden entrar en conflicto con las características más propias cuando hay mucha discrepancia entre lo de uno y lo de ese otro. Este proceso puede ser muy complejo. En las familias altamente patológicas se produce un desdibujamiento nocivo -cuantitativa y cualitativamente- de ese que verdaderamente se es. El proceso del cambio conlleva el conocimiento y reconocimiento de cuáles son las verdaderas características propias, y cuáles son las que se terminó aceptando, imitando, asimilando, incorporando identificatoriamente. El encuentro con el sí mismo se da en el interjuego de ambos descubrimientos, hasta llegar a niveles de mayor coherencia intelectual-afectivo-conductual con lo que uno es, con quien uno es.

· Cambiar implica necesariamente reconocer “lugares”, roles, formas de ser querido, formas de reaccionar, estilos de resolver problemas, de satisfacer deseos propios que se ha ido ocupando, resultado en parte de la vulnerabilidad del niño a necesariamente tener que tomar lo que “ofrecen” sus mayores. Es necesario conocer esas formas, lugares, roles que uno ocupó y que se repiten, para poder transformar.

· Es recurrentemente observable en la práctica clínica que la cara de la moneda del no cambio es tributaria de identificaciones con modelos de hacer, de vivir paternos. Esta cara de la moneda -con el modelado particular que le imprime cada uno- tiene también el sello de lo que se repite familiarmente, incluso en varias generaciones, de la cultura e idiosincrasia familiar, de estilos de vida y modos de hacer, de formas de reaccionar y afrontar, de capacidades de lucha y actitudes para la defensa propia, de formas de propiciar el autocuidado y cuidado del otro, y mucho más... Y ahí se está, en las puertas de elegir o no el estilo de vida personal.

· Cambiar implica riegos: los de enfrentarse con las cosas desconocidas, incluso oscuras de uno: ambiguas, inciertas, ambivalentes, contradictorias, complejas. Y los del cambio que uno empieza a generar alrededor. En ese proceso se pueden perder, se suelen perder relaciones. Pero se abren las puertas hacia otras...

· El cambio produce cierto efecto dominó. Se van cambiando ciertas características y se producen modificaciones internas nuevas, y alrededor.

· Se produce de repente como en saltos. Se anda, se anda, se anda, pareciendo a veces que no se anduviera. Hasta que, sin que uno lo sepa -como en la bicicleta- transformó muchas cosas...

· Se pueden producir “latencias”, como las del “desensillar hasta que aclare”, es que “caminante, no hay camino, se hace camino al andar”, y el andar tiene sus ritmos y procesos internos.

· El terapeuta -en este proceso- es como un remero que te ayuda a que lleves tu barco a tu propia orilla, cuando hay momentos en los que no sabes cómo hacer. Es como una llave que buscaste para que actives internamente, para que te abras y abras las puertas de lo que eres, de quien eres y de lo que quieres ser y hacer.
· Porque a veces no se sabe cómo hacerlo, ni se puede hacer...


Lic. Fabiana Porracin
Psicóloga (UBA) – Antropóloga (UBA)

miércoles, 19 de agosto de 2009

REFLEXION SOBRE LAS CARICIAS POSITIVAS

"Un pescador dominguero estaba mirando por la borda de su barca, y vio una serpiente que llevaba una rana entre los dientes. Al pescador le dio pena la rana y alargó la mano, libró a la rana de las mandíbulas de la serpiente sin hacerle daño a ésta, y dejó a la rana en libertad. Pero entonces le dio lástima la serpiente, que también tendría hambre, y como no llevaba nada de comer, sacó una botella de aguardiente y derramó unas gotas en la boca de la serpiente. Ésta se largó muy satisfecha, la rana también estaba contenta y el hombre quedó muy satisfecho de sus buenas acciones. Pero al rato, cuando más tranquilo estaba, oyó golpes en el costado de su barca y se asomó otra vez a mirar, y cuál no sería su asombro al ver que era la misma serpiente... con dos ranas entre los dientes."

miércoles, 15 de abril de 2009

MEJORES ACTITUDES PARA UN MEJOR DESARROLLO

Todos, en algún momento de nuestra vida, tenemos la necesidad de trabajar en nuestro desarrollo, y por lo general deseamos resultados inmediatos cuando en realidad se requiere esfuerzo y compromiso personal de largo plazo antes de cosechar beneficios.

Esta diferencia entre nuestras expectativas y lo que realmente logramos, despierta en nosotros una serie de respuestas-actitudes que van desde la indiferencia, hasta la frustración. Por ello, resulta evidente que las actitudes elegidas ante nuestro propio desarrollo pueden alentar o inhibir su avance. De ahí la importancia de desarrollar conciencia para detectarlas y encauzarlas.

Las actitudes reflejan cómo se siente uno acerca de algo: son enunciados o juicios de evaluación respecto de personas, eventos u objetos determinados. Por ello, cuando Pedro dice “José tiene algo que me desagrada”, está evidenciando una actitud. Veamos por separado sus componentes:
Cognoscitivo: Segmento de opinión o de creencia detrás de una actitud. Pedro cree que la crítica a otras personas es válida cuando está bien argumentada. Afectivo: Segmento emocional o sentimental de la actitud. Pedro siente que José no le cae bien porque discrimina a cierto tipo de personas. Comportamental: Intención de comportarse de cierta manera hacia alguien o hacia algo. Pedro evita a José debido a lo que expresa de sus compañeros.
¿Podemos cambiar actitudes desfavorables? ¡A veces! Depende de quiénes somos, la fuerza de nuestra actitud, la magnitud del cambio requerido y la técnica que seleccionemos para tratar de cambiar la actitud.
Las personas responden más a los esfuerzos de cambio impulsados por alguien que les simpatiza, que tiene credibilidad y convence. Además, una actitud de cambio exitosa se magnifica cuando en torno a ella presentamos argumentos en forma clara y persuasiva. Las actitudes que se expresan en público son más difíciles de cambiar, ya que se requiere que la persona admita que ha cometido un error, lo cual en ocasiones va contra su autoimagen. Por otro lado, es más fácil modificar actitudes cuando el cambio que demandan no es muy significativo. Por ejemplo: Es más fácil hacernos puntuales en nuestras citas de trabajo, que organizarnos en todas las esferas y asuntos de nuestra vida. Es más probable que la gente acepte el cambio cuando puede experimentarlo. Establecer sesiones de entrenamiento donde la gente pueda personalizar y compartir experiencias, al mismo tiempo que se practican nuevos comportamientos, puede ser un poderoso estimulante del cambio.
Los cambios en los comportamientos pueden llevar a cambios en las actitudes y viceversa.

Inteligencia Emocional: Motor que impulsa actitudes para nuestro desarrollo.

En los últimos años, afortunadamente, han surgido modelos y enfoques prácticos para identificar, ajustar y mejorar actitudes que limitan el desarrollo personal, interpersonal y grupal. Uno de las que podemos emplear para este fin es el modelo de Inteligencia Emocional de Daniel Goleman. Goleman define inteligencia emocional como: la capacidad de motivarse y persistir frente a las decepciones; controlar el impulso y demorar la gratificación; regular el humor y evitar que los trastornos disminuyan la capacidad de pensar; mostrar empatía y abrigar esperanzas. Por otro lado, nos invita a evitar cualquiera de las cuatro actitudes paralizadoras: culpa, preocupación, temor al fracaso, y enojo, ya que pueden detener o limitar nuestro proyecto de desarrollo. Las personas de cociente emocional alto se comprometen con sus causas. Además, no se dejan llevar por el medio ambiente, ni hacen depender su motivación de la que proviene de otras personas. Autogeneran su propia energía con actitudes positivas y buenos hábitos de vida y psicológicos.
En conclusión, el desarrollo personal es un proyecto de vida y vital. Conlleva la aplicación de nuestra energía mental concentrada, la autogestión en términos de crear y desarrollar actitudes positivas y constructivas hacia nosotros mismos, el diseño de patrones de interacción adecuados para nuestra superación en tiempo, forma y calidad, así como la activación de la motivación apropiada.

(Autor: Patricio Pimentel, profesor de IDESAA desde 1995 y consultor en el área de aprendizaje organizacional, procesos humano-sociales, calidad y competitividad. El artículo apareció publicado en el boletín No. 60 de Forma en diciembre de 2003.
Derechos reservados IDESAA. Se autoriza la reproducción de este artículo, mencionando la fuente y su autor.)

viernes, 27 de marzo de 2009

CÓMO NACE UN PARADIGMA

Me han enviado un powerpoint muy interesante para reflexionar sobre el cómo y el por qué seguimos muchas veces las pautas de un comportamiento o actitud sin un análisis crítico de la situación. Sé que las costumbres hacen leyes, pero sería interesante y hasta apropiado que si hay situaciones que no soportamos y nos inquietan, nos preguntáramos y analizáramos las consecuencias de ese comportamiento que se perpetúa en el tiempo y que no está haciendo ningún bien.

No estamos precisamente en una época en la que nos dediquemos mucho a pensar sobre nosotros mismos y a ser críticos con nuestras actitudes basadas en la costumbre, en nuestras creencias dadas a lo largo del tiempo, sin haber analizado por lo menos los frutos deseables o indeseables que esos hechos de nuestra conducta nos acarrean. Hemos aceptado todo como esquemas formales y como guía perfecta de la conducta a seguir sin plantearnos la posibilidad de cambiar lo que no nos lleva a mantener el equilibrio que cada uno necesitamos.

Reflexionemos pues con este powerpoint que creo muy gráfico.

Cómo nace un "paradigma"

miércoles, 11 de marzo de 2009

LA ACTITUD DEL ENFADO PERMANENTE

En diversos artículos de este blog, hemos mencionado la serie de mensajes inadecuados que nosotros, los padres, damos a nuestros hijos de forma inconsciente, provocando la desorientación en ellos. Pero nunca referenciamos el hecho de que nuestro propio “enfado” puede ser un arma de doble filo para conseguir o no nuestros objetivos en las relaciones tanto con nuestros hijos como con nuestra pareja.

En los últimos casos de Orientación Familiar que han acudido a nosotros, hemos observado que la relación familiar estaba sumida constantemente en un estado de “enfado crónico” que por sí mismo llevaba a todo el sistema familiar a un estado de nerviosismo que desembocaba en un tipo de transacción claramente disfuncional.

Os expongo a continuación una reflexión a través de un artículo que nos ofrece, como siempre, con muchísimo acierto, en la sección de Orientación Familiar, el Instituto de Formación y Recursos en Red para el Profesorado (ISFTIC)

“Suele ocurrir que los padres que recurren con frecuencia al enfado hacen propósitos para no llegar a él y aguantan una situación problemática pero no logran su objetivo y terminan por caer en lo más fácil y casi lo único que saben hacer que es aplicar la fuerza, gritar, las malas maneras, etc. Esto supone una frustración más porque han caído como siempre en la misma situación y les crea malestar interno. Todo esto porque ven que si no recurren al enfado los demás no la toman en serio, los hijos no le obedecen y es una forma de autoafirmarse, adquirir autoridad ante los demás.

En lugar de distanciarse o afrontar las cuestiones y los conflictos en su etapa inicial y aguantar a que el hijo sepa reaccionar y así evitar la reprimenda, recurren a enfadarse para exigir una respuesta. El resultado es el constante enfado.

Lo peor viene cuando deben incrementar constantemente el nivel de enfado para seguir obteniendo autoridad y los resultados deseados. Esto es un peligro porque en algún momento está el límite y por otro lado también es difícil discernir en qué medida hay que enfadarse ante un problema presentado por un hijo.

Lo que ocurre es que el enfado en sí no es malo, al contrario, los hijos deben aprender a reaccionar ante un enfado y asumir el malestar que causa en el otro una situación problemática generada por ellos. En algunas ocasiones, el enfado es la única respuesta razonable ante determinadas situaciones como por ejemplo poner en peligro la integridad física de un hermano; cuando se es desconsiderado con los sentimientos de los demás; o cuando el hijo se niega a atenerse a las decisiones de la familia respecto a cuestiones importantes.

En su día se llegó a decir que era negativo enfadarse y podía herir la sensibilidad del menor. Esta idea provocó que hoy día haya muchos padres teman mostrar enfado. Esta actitud se da en situaciones en que el padre o madre está muy nervioso, “explotaría” de buena gana y no lo hace y ofrecen como respuesta al niño una sonrisa que en muchas ocasiones resulta irónica o burlona con lo que confunde aún más al niño y puede que el resultado obtenido sea más negativo todavía. Si por el contrario los padres no consiguen controlar sus instintos y llegan a mostrar su ira el “terremoto” que se produce es nefasto.

En las situaciones descritas anteriormente, el hijo va controlando su comportamiento y mide o pone a prueba el nivel de tolerancia de los padres. Los padres sensatos se reservan el enfado para cuestiones y comportamientos que realmente lo merecen.
Como en toda reacción humana, si se abusa del enfado llega a perder efectividad. Es como esa alabanza constante que hacemos hacia el hijo cuando realmente no se la merece..., en realidad, no se consigue el efecto esperado de aliviar y reforzar al niño. Con el enfado ocurre algo parecido. El enfado habitual se convierte en rutinario y deja de ser eficaz para conseguir propósitos.

Cuando los padres caen en el enfado habitual y quieren cambiar deben empezar por preguntarse en cada situación vivida si merece la pena que se enfaden. Hubo una vez alguien que nos dijo que para controlar los comportamientos irascibles de los padres es mejor contar hasta 10 antes de responder ante una situación problemática generada por un hijo. Así que ya saben, podría ser una buena forma de comenzar.
El enfado consume una gran cantidad de energía que es mejor utilizar para establecer comportamientos aceptables y evitar los conflictos y así se evita la situación de enfado.
Y es que el enfado se puede predecir. Ocurre frecuentemente que los padres sometidos a una situación en que tienen que estar largos ratos con los hijos, satisfaciendo sus necesidades, cediendo ante sus peticiones, aguantando (mirando hacia otro lado) sus discusiones... llegan a acumular resentimiento en su interior hasta que por algo trivial, sin importancia, que supone la gota que rebosa el vaso y reaccionan de forma enérgica y por tanto negativa. Y realmente lo que colma el vaso puede ser cualquier respuesta, acto, actitud del niño que no requiere un enfado tan contundente por parte de los padres. La reacción resulta desproporcionada.

Para evitar situaciones como las descritas en el párrafo anterior es necesario que los padres se planteen desde el principio expresar sus sentimientos en cuanto empiezan a observar que las cosas no salen como ellos esperan. De esta forma están evitando llenar innecesariamente el vaso de frustraciones y por tanto previenen la explosión desproporcionada en la que, por norma general, se pierden los papeles y no se sabe lo que se dice. Ni que decir tiene que el malestar posterior que se genera en el adulto le llena de congoja y remordimiento que se transmite sin querer a todos los miembros de la familia.

Hay que tener cuidado con los mensajes que transmitimos a los niños en un estado de cólera y enfado grave. Estos malos tratos verbales llegar a crear sentimientos duraderos y profundamente enraizados de inseguridad y falta de confianza en uno mismo, e incluso de odio contra uno mismo y autodesprecio por pensar que son ellos mismos los culpables de haber generado la situación que ha llevado al enfado irascible del adulto. Los padres deben plantear los límites a sus enfados. Esto es posible. Ya hemos afirmado que es adecuado que un padre muestre su enfado pero hay una serie de reglas que hay que conocer y cumplir.

En primer lugar hay que saber que atacar al niño en lugar de al comportamiento es destructivo.

En casa se le ha repetido hasta la saciedad a Eva que coloque su habitación. La niña, un día más ha hecho caso omiso a la norma y la madre cansada de tanta despreocupación y desobediencia se ensaña con la niña: “eres insoportable, estoy cansada de repetirte las cosas”, “te estás malcriando porque eres una consentida”, “no vas a conseguir nada con esta actitud de desprecio a los demás”...

La consecuencia es que la niña termina llorando, dolida, la casa se llena de silencio tenso y Eva no comprende esa reacción tan desproporcionada por parte de su madre cuando encima otros días ha hecho lo mismo y la madre no le ha hablado de esa manera para terminar como en otras ocasiones que además la madre coloca la habitación lo que le supone un gasto de energía innecesario.
Realmente, la madre ha utilizado su enfado de una manera inadecuada porque ha atacado a Eva en lugar de a su comportamiento. Por eso una respuesta más eficaz y adecuada hubiera sido centrarse en la conducta y actitud en lugar de atacar a la niña: “hoy no quedas con tus amigas”, “esta situación no debe repetirse”, “puede que mañana consigas cumplir la norma”

Otra regla a tener en cuenta y que surte efecto es limitar la cantidad de tiempo utilizado para tratar un comportamiento específico.

Todas aquellas regañinas que duren más de un minuto pierden efectividad y son contraproducentes, porque los niños desconectan a partir de ese tiempo y empiezan a acumular resentimiento. Para colmo los padres no terminan con la regañina sino que siguen refunfuñando en voz alta con lo que la transmisión de malestar y enfado perdura en el tiempo casi de forma inmemorial.

En ocasiones, hemos podido escuchar a un niño comentar que no le hacía caso, por ejemplo, a su madre porque siempre estaba enfadada, y sin embargo su padre se enfada muy pocas veces por lo que cuando lo hace hay que tener mucho cuidado y además lo hace de una forma controlada, sin alzar la voz.
Por otro lado ya sabemos que los niños aprenden fundamentalmente por imitación de lo que ven en los que le rodean, los adultos, sus padres. Quiero decir que debemos tener en cuenta que el enfado de los padres genera enfado en los niños. Y si conocemos el principio de que a un enfado se reacciona con otro enfado, es preciso limitar el mismo a las cuestiones que realmente lo merecen.

Muchas investigaciones han llegado a la conclusión de que el carácter agresivo y violento que aparece en los niños y adolescentes se debe a diversas causas conocidas -la mayoría de ellas relacionadas con la familia- como son, entre otras:
Exposición a la violencia en el hogar.
Factores genéticos (hereditarios de la familia)
Exposición a la violencia en los medios de comunicación (televisión, internet, etc.)
Combinación de factores de estrés socioeconómicos de la familia (pobreza, carencia de medios, etc.)
Separación matrimonial, divorcio, desempleo, falta de apoyo por parte de la familia, etc.
De entre las causas citadas encontramos una que destaca y que tiene estrecha relación con lo que venimos describiendo en este artículo y es la exposición a la violencia en el hogar que se manifiesta a través de esas inadecuadas maneras en la familia que denunciamos desde aquí.
Por esta razón debemos defender la siguiente conclusión: no se debe reaccionar de forma enérgica ante problemas de escasa importancia. Si esta máxima no la cumplimos corremos el riesgo (según lo que venimos comentando) de que los hijos terminen siendo agresivos habitualmente en la familia y expresen esa actitud y manera de ser con sus amigos y en definitiva fuera del hogar. Esta situación evidentemente recaería sobre nuestra responsabilidad y conciencia y nos pesaría si realmente somos padres responsables.

Por último hay que decir que en este tipo de familias el enfado se convierte en la forma habitual de comunicarse. Cualquier mensaje por trivial que sea se transmite con malas maneras y no son conscientes de que existen otras formas alternativas de comunicación que seguro potencian el bienestar y las buenas relaciones. Y llama la atención en estas familias que sean educados con personas fuera del núcleo familiar y sin embargo no son capaces de comprender que también tienen una obligación con los suyos. No olvidemos que vivir en una situación constante de enfado genera mucho desgaste emocional.”

jueves, 19 de febrero de 2009

NECESIDADES BÁSICAS DE LA PERSONA ( La Pirámide de Maslow)

Se me ha consultado en múltiples ocasiones sobre qué hacer a la hora de decidir en qué área trabajar a nivel terapéutico para intentar ser felices en la vida. Mi contestación suele ser que si no tenemos cubiertas nuestras necesidades básicas es imposible pasar a otras parcelas en las cuales nos motive el insistir elaborar los procesos para cambiar nuestro pensamiento y decidir ser felices con lo que tenemos, luchando por lo que queremos conservar para obtener nuestro equilibrio particular.

Esta respuesta parece a priori un poco enrevesada, pero la voy a aclarar ofreciendo la información que ya escribió A. Maslow y que está basada en la motivación humana.

LA PIRÁMIDE DE MASLOW
El psicólogo Abraham Maslow (EUA. 1908-1970), desarrolló dentro de su Teoría de la Motivación (1943), una jerarquía de las necesidades que el ser humano busca satisfacer. Estas necesidades se representan en forma de La Pirámide de Maslow :


La interpretación de la pirámide nos proporciona la clave de su teoría: Un ser humano tiende a satisfacer sus necesidades primarias (más bajas en la pirámide), antes de buscar las de más alto nivel.
Por ejemplo, una persona no busca tener satisfechas de seguridad (por ejemplo, evitar los peligros del ambiente) si no tiene cubiertas sus necesidades fisiológicas, como comida, bebida, aire, etc.
Los escalones de la pirámide (extraído de wikipedia) son:

Necesidades fisiológicas
Las necesidades fisiológicas son satisfechas mediante comida, bebidas, sueño, refugio, aire fresco, una temperatura apropiada, etc... Si todas las necesidades humanas dejan de ser satisfechas entonces las necesidades fisiológicas se convierten en la prioridad más alta. Si se le ofrecen a un humano soluciónes para dos necesidades como la necesidad de amor y el hambre, es más probable que el humano escoja primero la segunda necesidad, (la de hambre). Como resultado todos los otros deseos y capacidades pasan a un plano secundario.

Necesidades de seguridad
Cuando las necesidades fisiológicas son satisfechas entonces el ser humano se vuelve hacia las necesidades de seguridad. La seguridad se convierte en el objetivo de principal prioridad sobre otros. Una sociedad tiende a proporcionar esta seguridad a sus miembros. Ejemplos recientes de esa pérdida de seguridad incluyen Somalia y Afganistán. A veces, la necesidad de seguridad sobrepasa a la necesidad de satisfacción fácil de las necesidades fisiológicas, como pasó por ejemplo en los residentes de Kosovo, que eligieron dejar un área insegura para buscar un área segura, contando con el riesgo de tener mayores dificultades para obtener comida. En caso de peligro agudo la seguridad pasa delante de las necesidades fisiológicas.

Necesidades de amor, Necesidades sociales
Debemos resaltar en este apartado que no se puede hacer equivalente el sexo con el amor. Aunque el amor puede expresarse a menudo sexualmente, la sexualidad puede en momentos ser considerada sólo en su base fisiológica.

Necesidades de estima, Necesidad de Ego
Esto se refiere a la valoración de uno mismo otorgada por otras personas.
Necesidades del ser, Necesidades de Autoestima
Es la necesidad instintiva de un ser humano de hacer lo máximo que pueden dar de sí sus habilidades únicas. Maslow lo describe de esta forma: "Un músico deba hacer música, un pintor, pintar, un poeta, escribir, si quiere estar en paz consigo mismo. Un hombre, (o mujer) debe ser lo que puede llegar a ser. Mientras las anteriores necesidades pueden ser completamente satisfechas, ésta necesidad es una fuerza impelente continua.

Motivación
Maslow nos ofrece varias claves en el ámbito de la motivación. Si queremos motivar a las personas que tenemos a nuestro alrededor debemos buscar que necesidades tienen satisfechas e intentar facilitar la consecución del escalón inmediatamente superior.

(Consultas en wikipedia y en www.gueb.org/motivacion/La-Piramide-de-Maslow

jueves, 5 de febrero de 2009

ESPACIOS PERSONALES EN LA PAREJA (comentario a una consulta)

La vida en pareja lleva consigo también la necesidad de espacios personales para cada uno de sus miembros. Esto significa que es conveniente y si me apuran, necesario, que cada uno tenga espacios de tiempo, de actividades, para desarrollarse como persona y aportar así elementos nuevos para poder enriquecer la relación. Pero a pesar de pensar muchos que lo antedicho es sano, no es raro ver cómo esta situación genera muchas veces temor de perder al otro cada vez que éste intenta buscar tiempos para sí mismo. Sólo cuando la pareja es capaz de establecer relaciones más profundas y significativas, de forma más sana, el miedo inicial desaparece.

Esto será así si los miembros de la pareja deciden trabajar cada uno por separado, por sí mismos, este aspecto que cohíbe la plena vivencia de la relación tal como generalmente se había planteado en el principio. Cada uno debería considerar trabajar para él mismo el nivel terapéutico de la carencia propia sin otorgar la necesidad de intentar que sea el otro el que “trabaje” para que la forma de concebir la pareja sea común y para que se haga lo que en consenso se decida y no para que “yo” siga haciendo lo que realmente quiero. Este aspecto es ese que tanto reconocemos del “cambia tú”.

Es fundamental que esto pueda darse en ambos integrantes de la pareja para que no surjan sentimientos de desigualdad e injusticia y abandono ante la posibilidad de contar con estos espacios personales.

Existen algunas parejas que establecen relaciones simbióticas (en las que ambos son como uno solo) que generalmente determinan un estilo de vida solitario, con pocas amistades, y en las que cada uno depende del otro. El riesgo de estas relaciones es la soledad de la pareja frente al mundo externo y la rigidez en este estilo de vivir hacia el interior de la familia y la pareja. Esto también puede ser vivido por algún miembro como una pérdida de su identidad personal, provocando sentimientos de rabia y frustración difíciles de enfrentar para ambos.

Es importante que la pareja entienda que cada uno va a poder aportar a la pareja, en la medida que cada uno pueda tener espacios y tiempos para realizar sus proyectos personales y desarrollarse como persona. Así la pareja podrá complementarse, aportando cada uno sus talentos y virtudes. En la medida que cada uno se sienta contento con su propio proceso de desarrollo podrá colaborar con su mirada optimista de la vida y aportarla a la relación. Esto es de ayuda en el clima afectivo al interior de la pareja. Si esto se suma a una buena comunicación afectiva y a la posibilidad de tener espacios para compartir, los sentimientos de abandono no estarán presentes. En cambio si la comunicación afectiva está poco fluida y existe distancia y poca disponibilidad de ambos para comunicarse, los espacios de cada uno serán vividos como una deslealtad y como un abandono por parte del otro.

Seremos libres y felices en la medida en que seamos capaces de ser auténticos y esto también implica límites y espacio para el compromiso real. La Psicóloga Pilar Sordo enfatiza: “Lo importante es que las libertades no se transformen en el desarrollo de los egoísmos."

Tal vez sea necesario recordar que Amar es otra cosa muy distinta a lo que muchos creen. ¡Si nos diéramos cuenta de las cosas disparatadas que se hacen en nombre del amor!

lunes, 19 de enero de 2009

CONDUCTAS Y ACTITUDES

Un buen amigo, el Profesor F. Román, me ha enviado una presentación breve que nos sirve de reflexión sobre la necesidad de tener una serie de actitudes distintas a las que realmente tenemos ante las diversas situaciones que nos depara la vida. Como siempre, quiero compartir con todos vosotros esta reflexión porque estoy seguro que a alguien ayudará en algún momento. Es digno de observar cómo nuestro propio cerebro va a reaccionar de una manera o de otra según el pensamiento que estemos dispuestos a trabajar.

CONDUCTAS Y ACTITUDES

miércoles, 17 de diciembre de 2008

EL PRINCIPIO 90/10

Mi hijo mayor, sabedor de qué principios e ideas sigo intentando proyectar en mi vida, me ha enviado un powerpoint cargado de una auténtica filosofía que emana del principio que intento comunicar: que los acontecimientos en sí mismos no son los que "amargan" nuestra existencia sino que lo hacen nuestra postura y los pensamientos irracionales que esos acontecimientos o sucesos nos suscitan.
Quiero compartirlo con vosotros porque creo básico este principio 90/10. Deseo que os sea fructífero y os digo que funciona si nuestra voluntad es esa. Está muy relacionado con la Terapia racional Emotiva Conductual y creo que es un buen regalo de Navidad (o por lo menos eso deseo y espero).

EL PRINCIPIO 90/10

jueves, 4 de diciembre de 2008

ARTICULO SOBRE LAS ETAPAS DEL AMOR A TRAVES DE CUATRO PREGUNTAS GUIA.

PREGUNTAS GUIA

1.DEFINICION DEL AMOR Y DEL ENAMORAMIENTO CON SUS CARACTERISTICAS.
2.INGREDIENTES DEL AMOR CONYUGAL. ENUMERACION DE LOS QUE SE DAN EN LA PAREJA ACTUAL.
3.¿QUE ES UNA CRISIS? DEFINIR LAS MAS IMPORTANTES.
4.REMEDIOS PARA NO CAER EN EL DESAMOR.

1.DEFINICION DEL AMOR Y DEL ENAMORAMIENTO CON SUS CARACTERISTICAS.
Descartes define el amor como emoción del alma causada por el movimiento de los espíritus animales, que invita a juntarse de voluntad a los objetos que le parecen convenientes.
Cuando uno se enamora entra en un estado emocional surcado por la alegría y la satisfacción de encontrar a otra persona que es capaz de comprender y compartir tantas cosas como trae consigo la vida. El amor es la expresión más sublime que puede tener un ser humano.

Una de las características del enamoramiento es la ATENCIÓN. Esta es la capacidad de dirigirnos hacia las personas, las situaciones. Es una forma concreta de centrar nuestro pensamiento en algo, desatendiendo todo lo que en ese momento circula alrededor de nosotros. En el libro “Estudio sobre el amor”, Ortega dice que los enamorados padecen alteraciones de la atención, ya que no pueden dejar de dirigirse hacia la persona que amen. Cuando uno está enamorado el mundo se para y el Universo circula alrededor del ser amado.
El segundo síntoma es la CRISTALIZACIÓN. Es un concepto de Stendhal que significa: atribuir a la persona amada todo un conjunto de cosas buenas, positivas y nobles que pueden existir. Cuando uno está enamorado se hace lógico, como digo, atribuir todo lo mejor, las mejores características y virtudes a la persona amada.Pero si uno no es capaz de bajarse de esa nube y buscar distancia, se corre el riesgo de obtener consecuencias negativas que pudieran llevarnos a sufrir más de lo imaginado.

Tanto la Atención como la Cristalización viene a desembocar en un lugar común: El Entusiasmo, que se compone a su vez de una serie de ingredientes como son la alegría, la pasión, la exaltación, la afectividad, etc. No olvidemos que en el periodo de enamoramiento se desatan procesos químicos importantes a nivel cerebral, a nivel hormonal, lo que hace que entremos en un “descontrol emocional”.

Otro síntoma del enamoramiento es la ADMIRACIÓN, aspecto a tener muy en cuenta ya que si no se da este fundamental ingrediente, no hay esa intensidad en el amor. Para los enamorados el tiempo vuela cuando están juntos. Como decía el poeta “la dolencia del amor sólo se cura con la presencia y la figura”. Cuando aparece Cupido el enamorado expande todo su ser hacia la figura de su amado o amada. El cielo dibuja montañas y paisajes insospechados anteriormente. El tiempo deja de existir, se para el mundo para que sólo dos personas sean sus protagonistas. La comunicación se hace más rica e intensa y se desarrolla en cuatro vertientes:

-Física
-Psíquica
-Espiritual
-Cultural

Lógicamente este cúmulo de situaciones y sentimientos no pueden ser eternos y de forma natural la pareja irá secuencialmente pasando a otro estadío de la relación, yendo de la embriaguez del enamoramiento a la vida más sosegada y habitual de ese amor, que termina por institucionalizarse. Si se dice que bajamos a la realidad no queremos decir que esa realidad sea negativa, sino que pasamos de nivel eufórico y de exaltación de las fases iniciales a otro orden de hechos más calmados y permanentes. Todo se vuelve más tranquilo y se aterriza en la verdad de ese amor que no es otra que la aceptación de virtudes y defectos de uno y de otro, siendo capaces de verlos de una forma positiva sin exagerar estas dimensiones.

Si no se lleva a cabo estos niveles de enamoramiento de forma adecuada se puede sufrir en demasía, como ya mencionamos anteriormente, aunque también es verdad que si no se pasa necesariamente por estos estadíos mencionados, no se establecerán con la suficiente fuerza los vínculos apropiados y básicos para llegar a un amor tranquilo, sosegado y maduro.

2.INGREDIENTES DEL AMOR CONYUGAL. ENUMERACION DE LOS QUE SE DAN EN LA PAREJA ACTUAL.

El amor es una forma excelente de conocimiento que hace que la búsqueda culmine en encuentro. Es la satisfacción de haber dado con una persona que ilumina el panorama personal presente y futuro. Según Rojas, el amor es el sentimiento gratificante por excelencia, que cautiva positivamente y se acompaña de una fuerte atracción, de una tendencia a estar y a compartir la vida. Es el mejor estimulante para vivir; es una conducta de atracción recíproca, rica y compleja. No hay amor maduro y perseverante sin renuncia ni sacrificio escondido.
Los dos componentes iniciales del amor son: EL SENTIMIENTO Y LA TENDENCIA.

El amor conyugal es un sentimiento gratificante, una tendencia hacia la persona que se ama, un acto que debe apoyarse en la voluntad y en la inteligencia para que entre los dos se llegue al compromiso que conduzca a caminar juntos compartiendo las vicisitudes y las alegrías. Cuando se vive intensamente el amor, hasta el sacrificio engrandece nuestro ser, nos hace más libres, más entregados a esa persona. Es como ir entretejiendo eslabones que con el tiempo irán formando toda una cadena de experiencias que darán lugar a un orden y que tendrá el sentido para que se desarrolle toda una trayectoria psicológica. No en vano, el mismo Erich Fromm, decía que el amor requiere conocimiento y esfuerzo.

La calidad del amor conyugal solo se alcanza cuando, tras repetidos esfuerzos, sus distintos componentes viven en un equilibrio proporcionado. Es claro que el amor conyugal se aprende, es necesario un adiestramiento y acoplamiento en la relación. Se consigue el objetivo deseado cuando tras el conocimiento que vas adquiriendo del otro y del trabajo diario que resulta de toda la relación, sus distintos componentes consiguen así ese equilibrio proporcionado.
El amor conyugal podría ser como un abanico o un arco iris lleno de matices en donde el sentimiento corrobora y ayuda a la realización de sí mismo.

Otro de los ingredientes del amor conyugal es la SEXUALIDAD. Este ingrediente básico revela la intimidad de ese encuentro en el cual dos personas se desnudan física y psicológicamente y dejan al descubierto la realidad de cada uno. Aquí sería uno capaz de percibir la generosidad o la tendencia a amarse a uno mismo. La sexualidad nunca debe ser puramente utilitaria, sino la aproximación de dos personas, la unión en profundidad.

El amor auténtico perfecciona al hombre y a la mujer; amplía su horizonte existencial y se caracteriza por la entrega. Obsérvese que hago hincapié en el aspecto “sexualidad” como un TODO y no la limitación exclusiva de genitalidad solamente o coitocentrismo exclusivamente. Por eso este concepto, sexualidad, en su más amplio sentido, en el integral, ayuda a esta entrega y relación de un ser a otro. El amor auténtico tiene siempre un valor moral.

Otra dimensión del amor es lo ESPIRITUAL, que se hace trascendente; ya que la espiritualidad engrandece la relación entre esas dos personas; liga los valores sexuales con los de la persona; de esta forma el amor no se dirige solo al cuerpo, sino al conjunto y se manifiesta en la capacidad para dar y recibir afecto. Así ordenamos la vida en su cómputo dándole un sentido positivo.

Todos estos ingredientes mencionados hasta ahora vienen a sumar elementos para conseguir la base fundamental de la pareja, o lo que es lo mismo, conseguir tener y consensuar un proyecto de vida en común.
Viendo la evolución de la vida de la pareja actual hay un cuarto ingrediente que brilla por su ausencia, que siendo fundamental y básico es el más impopular. Este cuarto elemento es de la VOLUNTAD.

No se puede descartar este elemento si queremos sinceramente alcanzar en nuestra relación la estabilidad emocional. La voluntad está muy olvidada en la formación de la pareja que sólo basa su relación inmadura de los sentimientos y en la atracción física como elemento básico. Esta creencia hace que se rompan las parejas cuando hay cambios, precisamente en aspecto físico. Por lo que el amor no llega a ser nunca sólido. El elemento de la Voluntad conlleva un efectuar una elección, implica una inteligencia viva, una fuerza de carácter para resistir el influjo de las pasiones momentáneas. Sigo pensando que hoy, por el modo de vida, el ritmo, el estrés, el poco tiempo para llegar a conocerse, la carencia o adormecimiento de valores, llevan a que los prejuicios, la rutina, la tradición, y en definitiva, la posición social, rompan la relación de pareja, el amor. O no la rompa y se siga manteniendo sólo por niveles exclusivamente protocolarios y de imagen social.

No creo que haya hoy, en la pareja actual, en general, un amor inteligente. Toda obra bien hecha necesita esfuerzos constantes de la voluntad regidos por la cabeza; y podemos definir como “cabeza, inteligencia, la capacidad de distinguir lo accesorio de lo fundamental; facultad para resumir la situación propia y la ajena, comprensión lógica de lo que sucede para obrar en consecuencia."

Sin querer ser negativos y con el deseo de que con el esfuerzo y con la formación adecuada cambie, pienso, que de forma general, no hay hoy en día demasiado acto de voluntad ni la inteligencia adecuada para hacer sobrevivir a la pareja en la vorágine en la que se ve sumida. No olvidemos que de cada cuatro matrimonios que se casan, tres llegan a algún tipo de ruptura. Lo que mata en la actualidad a la pareja es la limitación del amor sólo a sentimientos sin voluntad y sin inteligencia, estando así expuesta sólo a los movimientos y fluctuaciones de la vida.
Hoy viven las relaciones un amor de movimiento espontáneo y no, como debería ser el amor, como un movimiento reflexivo.
Está claro que nos referimos a “amar con el corazón y con la cabeza”.

3.¿QUÉ ES UNA CRISIS? DEFINICIÓN DE LAS MÁS IMPORTANTES.

Las relaciones humanas no son nada fáciles, ya que cada persona forma un mundo diferente. Sus vivencias y su manera de procesar estas experiencias van a influir en la forma de llevar a cabo la adecuada comunicación y entendimiento.

En toda relación de pareja sobrevienen momentos difíciles que son completamente normales y que se inscriben dentro del proceso de maduración de la vida conyugal. Cuando surgen estas crisis hace falta un mínimo espíritu de lucha y un poco de orden en las ideas de cada uno. En la vida de pareja hay diversas etapas en las cuales uno madura y para conseguir la maduración del nosotros se habrá de ejercitar el control, el entendimiento, la aceptación y cómo no, la ayuda que podemos adquirir del mundo exterior; información, terapias, atención, etc. Estas crisis nos pueden inmunizar en casos y con esfuerzo y trabajo podremos salir de ellas. Una vez que esto se ha conseguido salimos más reforzados y ese amor se engrandece y se hace más profundo, más auténtico y duradero.

Al final se afianza esa compaginación que ha de ser recíproca. También ocurre, a veces, que no se logra salir de estas crisis porque se hace de ellas un mal planteamiento y dentro de esa vorágine en la que uno está envuelto no adquiere las herramientas adecuadas para acabar con ese estado que hará que la relación termine en mal puerto.
Es así cuando no hay unas circunstancias que ayuden a salir adelante a esta pareja con pocos recursos psicológicos, ya que se encuentran desbordados por los primeros conflictos de entendimiento.

Según Enrique Rojas, el matrimonio no es un estado fijo, sino un proceso en movimiento. Habrá que adaptarse a esas mareas naturales y lógicas. Hemos de ser conscientes que en estas y cualquier otro tipo de relación profunda en la que los sentimientos humanos se vean envueltos, podemos distinguir etapas diferentes que es necesario pasar. Citémoslas a continuación:

A) Etapa de formación de la estabilidad de la pareja: Corresponde a los primeros años en los que uno busca la identidad del nosotros y descubre las posibilidades y los límites y en los que se va a desenvolver esta pareja. Cada uno alcanza con su esfuerzo pequeñas conquistas y estas a su vez dan lugar a un asentamiento mediante una sucesiva compenetración. Uno ya no está solo; tiene que compartir y adaptarse a la realidad del otro. Se trata de compartir la vida con una persona diferente a ti y se tiene que establecer esa comunicación y el empeño necesario para que de ese amor salga su fruto. Es un trabajo diario que va desde lo psicológico a lo sexual, desde lo cultural al establecimiento de relaciones sociales positivas y duraderas.

B) Etapa de afirmación: La pareja ya está consolidada. Esto surge en los primeros años de matrimonio. Es un periodo en el que ambas personalidades se van haciendo más maduras a través de los cambios que van experimentando. Se tiene que trabajar diariamente si queremos gratificar y ser gratificados, ya que es una tares de dos. Se trata de buscar un equilibrio inteligente en el que el papel de cada uno esté bien dibujado, con sueños que compartir y con formas en las que se tendrá que dar lo mejor de uno mismo. La lucha por el poder conyugal suele ser uno de los peligros que más seriamente amenaza a la pareja.

C) Etapa de la mitad de la vida: Es este un periodo de balances, en los que uno piensa retrospectivamente y examina el camino recorrido. No hay que olvidar que todo análisis minucioso de la vida es siempre doloroso, por esta razón habrá que analizar reposadamente todo el bagaje del que hemos sido protagonistas. Aquí se recoge lo que se ha sembrado. “La siembra es voluntaria, la recogida es obligatoria”. Si la siembra, lo que se ha hecho, no ha sido óptima, es probable que los acontecimientos se precipiten negativamente. La aceptación de la otra persona es decisiva, porque si en alguna de estas etapas suceden situaciones que dan lugar a relaciones extraconyugales, el matrimonio peligrará. Estas relaciones, las extraconyugales, pueden servir de escapatoria a la rutina, a las frustraciones; ocurre que uno se siente valorado por alguien y se despierta aquella ilusión de las primeras etapas; la vida es como si de pronto tuviese más sentido y en tu ser se dispara toda la fuerza que creía estar dormida. Esto podría ser un “alerta” en la relación marital si en esa pareja aún hay cosas que darse y que decirse.

Personalmente pienso que cuando esto ocurre es porque se han olvidado de ese NOSOTROS y cada uno ya estaba separado del otro antes de que nadie irrumpiera en la pareja. Lo importante y renovador sería no cesar en el empeño de luchar para que la relación siguiera manteniendo los niveles adecuados y óptimos, pensando y trabajando individualmente a favor de ese nosotros. Creo que si no hay una comunión entre pareja y amor, esta estará a merced de lo que pueda surgir del exterior. Cuando en la relación sólo existen objetivos materiales, de confort y hedonismo, el camino hacia el aburrimiento está servido y es por esto por lo que surge la falta de motivación, los objetivos culturales, espirituales, sexuales, etc.

D) Etapa de la vejez: La pareja es cosa de dos; conlleva amor, respeto, entrega, pasión, entendimiento y mucha ternura para poder llegar a la etapa de la vejez, en la que uno examina su vida y explora qué ha sido del amor y cómo ha circulado éste por uno mismo. Cuando la pareja se ha mantenido estrechamente ligada, en la etapa de la vejez se estrechan todavía más estos vínculos; es como una planta en la cual el tallo no puede ir sin la raíz. Cuando han existido rupturas, tu recuerdo experimenta otros sentimientos: frustración, culpa o desencanto, que dan una visión negativa y triste de la vida.

He querido hablar primero de las etapas antes de abordar en sí el concepto de crisis y voy a tratarlo de una forma somera a continuación. Solemos huir de la crisis, aunque como he mencionado, lo importante es enfrentarse a ella con recursos tanto internos como externos. Asimismo y aportando una clasificación, citaré las más usuales y normales que se dan.

3.TIPOS DE CRISIS MÁS USUALES.

I. Crisis por desgaste de la convivencia: El tiempo transforma los caracteres aunque se mantengan los principales rasgos psicológicos. Una condición básica de la pareja madura es amar al otro con sus cosas negativas y positivas, pero después de haber intentado suprimir los ingredientes negativos que más afectan a la armonía conyugal.
II. Crisis de identidad: Suelen ser dolorosas; dejan al descubierto flancos demasiado negativos, proyectos que quedaron a medio camino. Brota como una especie de balance existencial. Se trata de volver sobre uno mismo y encontrarse, dar de nuevo con el modelo personal que se ha ido perdiendo o extraviando.

III. Crisis por infidelidad: Por regla general, este tipo de crisis son graves y suelen deslizarse hacia la ruptura; están teñidas de fuertes tensiones emocionales y de un acentuado deterioro de la vida en común.

IV. Crisis por intromisión de la familia política: Lo que suele suceder en estos casos es que la actuación desacertada e inoportuna de alguna parte de la familia política provoca una situación difícil y cargada de situaciones psicológicas.

V. Crisis conyugales por hipertrofia profesional: Aquí la clave va a residir en una vida profesional agrandada, sin tiempo para nada, tan sólo para trabajar.

VI. Crisis sin salida: Cuando los dos cónyuges son inmaduros. Sus raíces son muy variadas pero tienen unas connotaciones marcadamente culturales. El hombre actual está bastante desorientado, no sabe a qué atenerse, no tiene las ideas claras sobre sí mismo y la realidad circundante.

4.REMEDIOS PARA EL DESAMOR.

Adelantándonos a este epígrafe, ya hemos citado anteriormente algunas de las soluciones prácticas para evitar llegar a este estado lamentable en el que el amor del principio empieza a perder su urdimbre primitiva. Este momento es eminentemente práctico. No valen las elucubraciones sobre bases ficticias, sino el pragmatismo de la voluntad, de querer solucionar el problema y llegar a acuerdos que salven, si se puede, el momento fatídico de cualquier ruptura.
Sólo vale, en este caso, descubrir dónde está el verdadero problema de base, y llegar, con ayuda interna, nosotros mismos, y ayuda externa, el terapeuta, el Orientador Familiar, a acuerdos y a negociaciones que pongan los límites adecuados, consensuados y basados en la libertad y el respeto mutuo.

Es fundamental, en este punto y siendo así las cosas, el llegar a una real y verdadera COMUNICACIÓN que plantee las peticiones de ambos y las escalas de valores con las que cada uno mide sus prioridades, pudiendo, a ser posible, llegar a ese deseado consenso.
De no ser así, también hay que tener la valentía de enfrentarse a la ruptura, siempre mejor que seguir cohabitando sin más vida que la indiferencia y la soledad personal.

Si se llega a un consenso se hace preciso establecer un programa de conducta a cumplir inexcusablemente para poder salvar lo salvable, siempre y cuando el amor, el AMOR, con mayúsculas no se haya ido y esté sólo de viaje por el Caribe. Siempre puede existir una esperanza verdadera si la base inicial de la pareja se ha fundado en los principios básicos descritos al principio de este trabajo. Tal vez la regla de oro para un comenzar a solucionar los conflictos que, a veces, ni nosotros mismos sabemos esté resumida en la siguiente frase, que para mí, se basa en dos valores fundamentales: La Libertad y el Respeto.

"Para empezar a arreglar una situación conyugal difícil es necesario esforzarse por asumir y digerir el pasado; y hacerlo cueste lo que cueste, porque la incapacidad para superarlo, aunque haya sido difícil y traumático, es la llave que abre las puertas de la neurosis."

Trabajo de Gloria S. Conesa Albaladejo a raíz de la lectura del libro "Remedios para el desamor" de E. Rojas

jueves, 23 de octubre de 2008

DIFERENCIAS EN LA PAREJA

Que bonito es vivir en pareja desde el principio y con las escalas de valores percibidas desde la perspectiva del noviazgo o desde la primera etapa de los primeros meses, en donde todo lo bonito se resalta y no existen diferencias por las cuales se discuta en exceso. Pero a pesar de ser algo hermoso, ¿por qué a veces resulta tan difícil y decepcionante?


Hay respuestas para todos los gustos, pero creo que la razón fundamental es que dentro de cada uno de nosotros existen unas creencias que se nos han imbuido a lo largo de nuestra historia personal y familiar, formando parte de nuestra piel de tal manera por haberse ido entretejiendo a partir de nuestras experiencias individuales. Por esta razón tan básica, la creencia de que uno más uno, en la vida en pareja, son dos, no llega a ser del todo cierto.


Somos dos individualidades con nuestras respectivas formas de ver la vida y experimentar nuestras reacciones a los estímulos y acontecimientos que suceden a lo largo de nuestros ciclos evolutivos. Dos individualidades únicas e irrepetibles que se acercan para convivir en pareja porque se concibe la vida de una manera en que el amor se puede compartir con el hombre o la mujer que se decida, llevando a enriquecer todas las parcelas que como individuos tenemos. Pero soy de la opinión que no sólo el amor es suficiente para hacer que una pareja, un hogar, triunfe en la batalla de conseguir la felicidad relativa que todos perseguimos; más bien hace falta una gran cantidad de energía interior para llevar a cabo los cambios y afrontar los retos que la vida nos pone delante. Es más, muchas veces uno de los integrantes de la pareja tiene una expectativa de cómo debería ser su pareja y piensa que el otro espera lo mismo. En la práctica las cosas no funcionan tan lógicamente, existen una serie de variables y procesos que influyen y hacen del hacer pareja un fenómeno complejo.


Parafraseando a Paz X. Santa Cruz, Psicóloga de la U. De Chile y Terapeuta familiar y de pareja, “partamos por el principio, cuando uno crece en una familia (familia de origen) uno incorpora una serie de formas de relacionarse o patrones de relación entre los padres y entre los adultos cercanos a la familia, que configuran una forma de vivir en pareja. Sin embargo las diversas familias, pensemos por ejemplo familias de descendencia italiana, tienen determinadas formas de relacionarse tal vez más vociferante y expresiva de las emociones y las familias de culturas más eslavas son más pudorosas en su expresión, como las familias descendientes de alemanes o ingleses”. Imaginemos, pues, una pareja formada por dos componentes de estas dos culturas.


Tendría que haber una configuración nueva de sus estructuras en común para poder adecuar que la raíz de la nueva formación familiar no se viera afectada en exceso por las grandes diferencias de las expectativas que cada uno aporta en su concepción de la relación. Asimismo no hace falta ir a diferencias de países, sino que aun viviendo en el mismo país, en el mismo pueblo, en el mismo barrio, incluso, hay diferencias de expectativas y conceptos a la hora de afrontar una situación más o menos desequilibrante.


Lo que creo yo no lo crees tú, pero podemos llegar a la concepción del nuevo nosotros para hacer de esta posibilidad de negociación un recurso válido que estabilice. No es nada bueno ni necesario romper una pareja, una relación que se basó en el amor, por lo tanto tal vez sea más adecuado llevar nuestra energía a encontrar soluciones que endulcen y nos hagan mirar con otros ojos lo que, en apariencia, se ha convertido en una auténtica monotonía, un cansancio,...un desamor. Aunque cuando llega el desamor...mala cosa.


Debido a estas situaciones que estamos tratando, es necesario que el orientador familiar tenga en cuenta siempre que la cultura y las costumbres influyen de manera determinante en la conjunción de la pareja y en el arte de formarse como tal, en la concepción que cada uno tiene de lo que es SER y de CÓMO comportarse en pareja. La diferentes expectativas ante un mismo hecho suelen ser el quid de la cuestión para que den comienzo las “batallas”.

viernes, 17 de octubre de 2008

RELACIÓN DE PAREJA: OBSERVACIONES AL TRATAMIENTO DE SUS DISFUNCIONES

A lo largo de nuestra historia en la práctica de la Orientación y la Terapia Familiar y tras poner en común los compañeros del equipo de nuestra Asociación los problemas que más se repetían en los casos tratados, llegamos a unas conclusiones que queremos compartir con vosotros.
Hemos observado como denominador común que hay tres áreas fundamentales en las que la pareja “cae” por adolecer de recursos suficientes para encontrar el camino de salida en su “desequilibrio” tanto individual como colectivo en su ciclo evolutivo. Estas áreas son: la comunicación, la expresión afectiva y la resolución de problemas.

Estas perturbaciones relacionadas crean una insatisfacción que con el tiempo y llegando a un círculo vicioso, hace aparecer una serie de emociones contradictorias a la razón, como la ira, la ansiedad, la inhibición asertiva y el catastrofismo. (Ver modelos cognitivos de A. Ellis)

Es ahora cuando el nivel de frustración de la pareja ante la expectativas diferentes de cada uno llega a regar ese jardín, en principio idílico, y que en ese momento, ante la irrupción de problemas “insolubles”, se va secando y marchitando por las diferentes perspectivas personales. Lo que antes parecía, como decíamos, idílico, perfecto, en buen funcionamiento y armonía, se ha convertido en una incompatibilidad manifiesta, ya que apareciendo el problema se reacciona justo al revés: con rigidez en las posturas y con resistencia al cambio.

Este comportamiento lleva a que cada miembro de la pareja se sitúe en una posición en la que su respuesta emocional “normal” es una conducta de castigo hacia el otro, debido a que él mismo no recibe gratificación alguna ni refuerzo positivo. Es el punto que describe Ellis como el momento en el que la conducta de cada miembro produce un feedback que es distorsionado cognitivamente por el otro en función de sus propias creencias irracionales.

Nuestros objetivos terapéuticos estaban claros pero nos hemos encontrado que en infinidad de ocasiones tratábamos de ir modelando las tres áreas conflictivas mencionadas anteriormente y no veíamos el suficiente cambio para ir mejorando la relación; pero tras comentar en sesiones de control de casos, observamos que el primer punto a tratar era que los miembros del sistema familiar tomaran conciencia de CÓMO se sentían mal emocionalmente y perturbaban su relación al mantener una serie de pensamientos disfuncionales y la necesidad de trabajar en este sentido. Este aspecto importante nos hizo actuar en los casos tomando como eje prioritario en el tratamiento la propia hostilidad del cliente y dejando para después el tema de la insatisfacción que llevaba a crear esa perturbación en la pareja.

Siendo así las cosas, la primera barrera para tratar el problema fundamental era bajar los niveles de hostilidad y rabia, si es que aparecían y trabajar Orientador y clientes juntos en su modificación. Una vez conseguido este crucial primer paso ya pasaríamos a tratas los estilos de comunicación para poder ver claramente la forma en que el individuo percibe su propia conducta y la de su pareja en cuanto a la manera de comunicarse, cómo afecta esta forma y las consecuencias emocionales y conductuales que se perciben de esa misma conducta comunicativa.


Si lográbamos esto evitábamos que otros abordajes posteriores de nuestra Orientación y Terapia se hicieran improductivos.

A. Ellis decía que el terapeuta puede realizar sesiones por separado si la hostilidad es muy alta y también mostrar a cada cónyuge la relación cognición-afecto-conducta de la ira, y el manejo de la ira personal (cambio de pensamientos automáticos, balance de ventajas/desventajas y alternativas asertivas a la petición de los deseos) y la del cónyuge (enfoque asertivo, cortar y sugerir otras oportunidades más tranquilas para exponer las diferencias, etc.) Igualmente se puede trabajar “sesiones de desahogo” con ambos cónyuges. Estas últimas consisten en seleccionar un lugar y horario para exponer diferencias, normas para no cortar al otro, y cómo cortar si se sube “el tono”.

viernes, 19 de septiembre de 2008

LA AMABILIDAD, EL AMOR Y SUS MATICES

En nuestro recorrido por acercaros a artículos interesantes y que nos hagan reflexionar, hemos encontrado uno que, bajo mi punto de vista, aporta muchos matices reales a nuestras palabras que descubren la sutilidad de sus aplicaciones y que llevan a las emociones que todos sentimos, escondemos o expresamos, a veces, sin saber por qué lo hacemos. Bucead en este escrito y pensad en vosotros mismos cuando realizais lo que aquí describe.
“Amable, afable, agradable, afectuoso, acogedor, accesible, asequible, atento, cordial, gentil, cortés, simpático, cariñoso, complaciente, obsequioso, solícito, zalamero... todos estos términos y más, forman o pueden formar parte de las tácticas de atracción. En condiciones normales, es imposible hacerse amar sin ser amable, o sin intentar parecerlo al menos. Las diecisiete formas de conducta enumeradas y otras muchas que se le pueden añadir, son otras tantas fórmulas que no persiguen otro objetivo que el de hacerse amar; tanto socialmente como en el ámbito de la pareja. La persona que demanda amor está dispuesta a poner a contribución de su objetivo todas las actitudes y actuaciones arriba enumeradas; y cuando es el caso, también el sexo.

Hay mucho sexo que no pide el cuerpo, destinado únicamente a atraer el amor; o a mantenerlo si se tiene ya; es un acto más de amabilidad, es decir un recurso más para hacerse amar. Con harta frecuencia, una conditio sine qua non, una condición sin la cual no se consolida el amor. Eso es así, y probablemente no pueda ser de otra manera. Cada uno según su propia condición ha de ofrecer a menudo algunos sacrificios en el ara de la amabilidad. Si nuestro objetivo es hacernos querer, raro es que lo consigamos siempre haciendo lo que más nos place. Todos y todas (que se dice ahora) hemos de hacer a menudo cosas que nos apetecen poco o nada, por mostrarnos amables. Desde la sonrisa arrancada al tedio, hasta las cortesías y atenciones y cumplidos que no nos salen precisamente del alma. La vida es así, y bienaventurado el que dejándose llevar por instintos y caprichos atrae hacia sí el amor de las personas con quienes convive. Esa será en todo caso la excepción, y no la regla. Tan afortunado como aquellos que se ganan bien la vida haciendo lo que les gusta, y únicamente en la medida en que les gusta. También éstos son excepción.

Todos hemos de hacer algo que no nos viene de cara para caerles bien a los demás, para ser aceptados por ellos, o al menos para no ser rechazados. Eso está claro. Lo que no lo está tanto es el límite; porque todo tiene un límite. Cuando por parecerle bien a otro entramos en el mundo del camuflaje, de la ficción y de la mentira, es que nos hemos pasado de rosca. Cuando por mantener el tipo hay que hacer sacrificios desproporcionados; cuando la amabilidad se convierte en negación y anulación de uno mismo, es que se ha ido demasiado lejos en ese camino; un camino de corto recorrido, de ir pasando, y a veces incluso de pasarlo mal. No es buen principio para una relación que alguien tenga que atraerse el amor o el interés de otra persona a cualquier precio. Una relación fundada sobre esos cimientos, tiene un mal porvenir. Ocurre más bien en estos casos que se ha perdido ya toda esperanza de hacerse amar, y lo que nació como amabilidad, degenera en servilismo. Se busca tener contenta (es decir contenida) a la otra persona no ya para atraer su amor, sino por evitar su rechazo. Cuando ocurre esto, es porque la tal persona padece un grave déficit de autoestima, que se empeña en compensar comprando a cualquier precio la estima de la persona con quien convive. En estas situaciones se ha perdido hasta la más remota referencia al amor, a la amistad, e incluso al respeto que cada uno se debe a sí mismo.

AMABILIDAD
Solemos olvidar que amable significa \"digno de ser amado\"; que amable es el que se comporta de un modo determinado, con el objeto de inducir a los demás a que le amen. Que se trata por tanto de una conducta que no se agota en sí misma, sino que tiene como finalidad mover a los demás a comportarse con nosotros proporcionalmente. Es lo que los romanos expresaban en la frase do ut des: doy para que des. Por eso, todo el que se siente objeto de amabilidades inusuales o discriminadas, se pregunta con razón qué se espera de él; con qué se pretende que corresponda a tanta amabilidad. En la mayoría de los casos, quien se muestra amable, lo único que pretende es ser amado o en caso de competencia, ser preferido.



Nuestra desinencia -ble- procede de la correspondiente latina -bilis. Para fijar su significado, no hay más que recorrer una serie de palabras que la llevan: en los ejemplos fácil, noble, probable, afable, agradable y en cuantos queramos añadir, hay un denominador común, que es su condición de pasivos. Por más que nos parezca que agradable es el que agrada, y amable es el que ama (a baja intensidad), no es así, sino que agradable es la persona que hace por que le agrademos, y amable es la que hace por que la amemos; del mismo modo que factible (en latín, fácilis, reducción de facíbilis) es lo que puede ser hecho; probable, lo que puede ser probado; afable, la persona con la que se puede hablar for, faris = hablar). Amábilis, por tanto, es aquel, aquella o aquello que se deja querer, que se hace amar, que se puede amar, que es digno de ser amado o amada. Al recorrer todos los posibles sinónimos de amable, se nos hace evidente en primer lugar que no nos referimos explícitamente al que en especial denominamos y reconocemos como el sentimiento del amor por excelencia (aunque tampoco lo excluimos), sino más bien a esas gotas de amor que procuramos diluir en todos los órdenes de la vida, para hacerla soportable cuando es dura, y añadirle algo de encanto cuando es aceptable.

El término amabílitas se forjó en latín, con el mismo significado aparente que tiene para nosotros, como sustantivación del adjetivo amábilis, amábile. Digo que la igualdad de significado es aparente, porque la amabílitas latina estaba mucho más cerca del amor y conducía a él. Nuestra amabilidad, en cambio, es un producto distinto; tiene que ver con las formas y con las normas de conducta, pero no con los sentimientos. No sólo eso, sino que sirve a menudo como encubridor de los verdaderos sentimientos y de las intenciones, porque al empeñarnos en causar buena impresión en los demás, no nos importa recurrir incluso a la mentira y a la ficción. Y eso es así porque le hemos dado del todo la vuelta a la palabra: hemos olvidado que el objetivo inicial de la amabilidad fue atraernos el amor de los demás, esforzarnos por que nos amasen; y en vez de eso nos entregamos a halagar su vanidad y a complacerles por todos los medios. En vez de atraer a los demás hacia nosotros mediante la amabilidad, la empleamos para arrastrarnos hacia ellos, a menudo con formas muy poco dignas. Como decía Dostoyevski, llegamos a asumir considerables sacrificios por querer causar buena impresión en los demás. He ahí una palabra grande y noble que, al tergiversarla, la hemos empequeñecido y envilecido”

(Extraido de la página elalmanaque.com/sexualidad/articulos/sex18.htm) Muy interesante para consultar.

lunes, 11 de agosto de 2008

VACACIONES EN LA ESCUELA

El final del mes de junio coincide con el inicio de las vacaciones estivales de nuestros hijos, pero... ¿cómo planteamos estos dos meses largos de vacaciones? Cada familia, dependiendo de sus circunstancias, optará por un planteamiento u otro, aunque si bien es cierto que existen algunas actividades o rutinas que deberían estar presentes a lo largo de este periodo.
Desde un punto de vista académico es importante no perder los hábitos de trabajo y estudio adquiridos durante el curso escolar, al mismo tiempo que se hace necesario el reforzar los nuevos aprendizajes adquiridos para que en el mes de septiembre no les pasen factura. Para ello es importante imponer una rutina de trabajo, preferiblemente por la mañana, después de almorzar y antes de empezar las actividades de tipo lúdico.

Además de los deberes escolares, es importante potenciar la lectura como fuente de placer, a través de libros que les gusten y motiven. Pero también hay tiempo para descansar y disfrutar. Ahora es momento de permitir actividades más restringidas durante el curso, tal y como puedan ser la televisión o las videoconsolas, pero siempre con moderación y supervisión por nuestra parte, tanto en el tipo de programas que se ven como en los juegos que se escojan, vigilando en ambos casos el tipo de contenido que les transmiten.
Es importante que no pasen solos todo el tiempo de ocio. Ahora es buen momento para que acudan a esplais, casales, campamentos... ya que podrán relacionarse y mejorar su socialización, continuarán teniendo unos hábitos, normas, límites... y adquirirán mayores habilidades y conocimientos.

El deporte también ha de estar presente, y debería practicarse en la medida de lo posible, ya sea de forma global en los citados esplais o campamentos, o de forma particular en clubs deportivos.
Pero sobretodo el verano es época de estar con nuestros hijos. Es importante aprovechar nuestras vacaciones laborales para hacer todas estas actividades con ellos, desde leer un rato juntos, dar un paseo en bici, ir al cine y si es necesario jugar a la videoconsola. En definitiva, aumentar los espacios de calidad y dedicación que en el día a día en ocasiones no logramos encontrar.

Estas no dejan de ser algunas ideas para pasar el verano, seguro que vosotros, padres y madres, tenéis también las vuestras. Os animamos a que las compartáis con nosotros.

Marc Giner Llenas. Psicopedagogo y Logopeda. Colaborador de la página Terapia y Familia

lunes, 23 de junio de 2008

GUIA DE INTERACCIONES ENTRE FIGURA DE AUTORIDAD Y LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES

De nuestra colega y colaboradora de esta página, Alejandra Palacios Banchero, os presento parte de una Guía práctica que está desarrollando en escuela de Padres. Es tan sumamente sencilla y buena que, como siempre, agradezco a nuestra colaboradora y articulista sus desvelos por hacer grande nuestro blog y llenarlo de contenidos de verdadera calidad y docencia. Os aconsejo su lectura sosegada, interiorizada, a todos los padres, educadores y figuras de autoridad que tengan relacion ( o no) con niños o adolescentes. Seguro que sacaréis algún aprendizaje de este trabajo.



miércoles, 30 de abril de 2008

CARTA A UN MALTRATADOR




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Ha llegado a mí, a través de una persona muy, muy especial, esta carta a un maltratador. Deseo compartirla con vosotros porque me parece cruda, real y llena de tanto sentimiento y sensibilidad que me ha impresionado. El objetivo, como siempre, es concienciar de esta lacra que padece nuestra sociedad actual. Ha sido escrita por Fernando Orden Rueda de 2º de Bachillerato, de Ciencias de la Salud. IES Bioclimático, de Badajoz. II Premio del II Concurso Nacional 'Carta a un maltratador', convocado por la Asociación 'Juntos contra la violencia doméstica' y publicada en LA GACETA EXTREMEÑA DE LA EDUCACIÓN


Para ti, cabrón: Porque lo eres, porque la has humillado, porque la has menospreciado, porque la has golpeado, abofeteado, escupido, insultado... porque la has maltratado. ¿Por qué la maltratas? Dices que es su culpa, ¿verdad? Que es ella la que te saca de tus casillas, siempre contradiciendo y exigiendo dinero para cosas innecesarias o que detestas: detergente, bayetas, verduras... Es entonces, en medio de una discusión cuando tú, con tu 'método de disciplina' intentas educarla, para que aprenda. Encima lloriquea, si además vive de tu sueldo y tiene tanta suerte contigo, un hombre de ideas claras, respetable. ¿De qué se queja?

Te lo diré: Se queja porque no vive, porque vive, pero muerta. Haces que se sienta fea, bruta, inferior, torpe... La acobardas, la empujas, le das patadas..., patadas que yo también sufría.


Hasta aquel último día. Eran las once de la mañana y mamá estaba sentada en el sofá, la mirada dispersa, la cara pálida, con ojeras. No había dormido en toda la noche, como otras muchas, por miedo a que llegaras, por pánico a que aparecieses y te apeteciera follarla (hacer el amor dirías) o darle una paliza con la que solías esconder la impotencia de tu borrachera. Ella seguía guapa a pesar de todo y yo me había quedado tranquilo y confortable con mis piernecitas dobladas. Ya había hecho la casa, fregado el suelo y planchado tu ropa. De repente, suena la cerradura, su mirada se dirige hacia la puerta y apareces tú: la camisa por fuera, sin corbata y ebrio. Como tantas veces. Mamá temblaba. Yo también. Ocurría casi cada día, pero no nos acostumbrábamos. En ocasiones ella se había preguntado: ¿y si hoy se le va la mano y me mata? La pobre creía que tenía que aguantar, en el fondo pensaba en parte era culpa suya, que tú eras bueno, le dabas un hogar y una vida y en cambio ella no conseguía hacer siempre bien lo que tú querías. Yo intentaba que ella viera cómo eres en realidad. Se lo explicaba porque quería huir de allí, irnos los dos...Mas, desafortunadamente, no conseguí hacerme entender.

Te acercaste y sudabas, todavía tenías ganas de fiesta. Mamá dijo que no era el momento ni la situación, suplicó que te acostases, estarías cansado. Pero tu realidad era otra. Crees que siempre puedes hacer lo que quieres. La forzaste, le agarraste las muñecas, la empujaste y la empotraste contra la pared. Como siempre, al final ella terminaba cediendo. Yo, a mi manera gritaba, decía: mamá no, no lo permitas. De repente me oyó. ¡Esta vez sí que no!-dijo para adentro-, sujetó tus manos, te propinó un buen codazo y logró escapar. Recuerdo cómo cambió tu cara en ese momento. Sorprendido, confuso, claro, porque ella jamás se había negado a nada.


Me puse contento antes de tiempo.

Porque tú no lo ibas a consentir. Era necesario el castigo para educarla. Cuando una mujer hace algo mal hay que enseñarla. Y lo que funciona mejor es la fuerza: puñetazo por la boca y patada por la barriga una y otra vez...


Y sucedió.


Mamá empezó a sangrar. Con cada golpe, yo tropezaba contra sus paredes. Agarraba su útero con mis manitas tan pequeñas todavía porque quería vivir. Salía la sangre y yo me debilitaba. Me dolía todo y me dolía también el cuerpo de mamá. Creo que sufrí alguna rotura mientras ella caía desmayada en un charco de sangre.


Por ti nunca llegué a nacer. Nunca pude pronunciar la palabra mamá. Maltrataste a mi madre y me asesinaste a mí.
Y ahora me dirijo a tí. Esta carta es para tí, cabrón: por ella, por la que debió ser mi madre y nunca tuvo un hijo. También por mí que sólo fui un feto a quien negaste el derecho a la vida.
Pero en el fondo, ¿sabes?, algo me alegra. Mamá se fue. Muy triste, pero serenamente, sin violencia, te denunció y dejó que la justicia decidiera tu destino. Y otra cosa: nunca tuve que llevar tu nombre ni llamarte papá. Ni saber que otros hijos felices de padres humanos señalaban al mío porque en el barrio todos sabían que tú eres un maltratador. Y como todos ellos, un hombre débil. Una alimaña. Un cabrón.

miércoles, 9 de abril de 2008

CARTA DE DIOS




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Es difícil decirte hasta qué punto te quiero y te perdono cada día.
Eres un ser humano, mi milagro. Mi milagro mejor porque eres fuerte pero puedes ser débil y aun valiente. Eres inteligente y, sin embargo, ciertos días te sientes tan vacío que ni te ves el alma en el espejo. Estás pleno de dones y talentos.
Te lo aseguro yo que soy tu Padre, te lo aseguro yo que soy tu amigo.
Siéntate un día a repasar la vida. Por peor que la sientas nunca será tan mala ya que aún estás allí para mirarla. Piensa en lo bueno, vamos, sin pudores. Reconoce tus puntos más brillantes, juega con ellos ahora en tu recuerdo.
Si das vuelta a la esquina de los sueños te encontrarás allí contigo mismo.
Mírate con afecto y, si es posible, descubre lo que has sido sonriendo, observa lo que eres sin reproches, planea qué serás con entusiasmo.
Y piensa que tan sólo con desearlo puedes cambiar tu vida para siempre.
Solo hacen falta ganas, muchas ganas.
Te di la voluntad, debes usarla.
Arranca con un paso el camino más largo que será menos largo al dar el paso.
No estás ciego, mis ojos son tu guía. Ni estás sordo pues me estás oyendo.
Ni estás paralizado porque a cada momento yo te siento más cerca y me conmueve.
Ni estás mudo, yo escucho tus lamentos que le hacen perder tiempo a tus acciones y yo escucho, también, tus oraciones que me llegan flotando entre la gloria.
No sé si entiendes lo que significas: mi mayor creación, mi gran milagro.
El dueño y el esclavo de tu historia.
No temas comenzar la vida nueva si esta no te conforma.
No te lamentes nunca, no te quejes, no te dejes caer, no te atormentes, no aceptes el fracaso pues no existe, no maldigas, no busques más culpables, no te culpes tampoco, no te hieras, no te rindas jamás, no te deprimas.
Más que nada, no temas. Nunca temas. ¿Cómo puedes temer si te acompaño?
Tienes muchos poderes que no usas y muchos que ni sabes que los tienes.
Te he dado lo mejor y te hice libre. Y te hice irremplazable. No hay otro como tú en el universo; gente, persona, ser humano, hijo.
Eso que buscas tanto día a día, esa felicidad que te desvela, no se encuentra en los "qué" sino en los "quienes".
No vas a hallar en cosas la alegría sino en personas como tú, que esperan.
Yo ya cumplí mi parte, hoy es tu turno.
Te di el regalo de pensar, reírte; el de amar, elegir, emocionarte; el de determinar y hasta enojarte; el don de imaginar, crear, ser libre; y el de soñar, planear, cantar un poco; hablar y hasta sentirte un poco loco. Porque los cuerdos son muy peligrosos.
Te regalé rezar desde tu alma,decidir con tu mente tus acciones y tejer tu destino de esa forma. Casi te puse más allá que un ángel para tenerte cerca si me aceptas. Todo eso yo te di, pero ¿qué hiciste?
¿Qué has hecho de esas fuerzas que impresionan?
No importa, en realidad, voy a olvidarlo.
No es tiempo de reproches, nunca es tiempo.
Desde este mismo instante yo te pido que olvides tu pasado mansamente si es que en él hay espinas que te hieren. Vas a ser alguien nuevo y para eso vas a aprender ya mismo a perdonarte. Yo ya te perdoné y ahora es tu turno, tu turno una vez más; tienes mil turnos. Después junta el perdón que es más difícil y transfórmalo en fácil con hechos y palabras llevándolo en tus manos a los que te ofendieron.
"No es sencillo", dirás. Y, sin embargo, no dijiste tal cosa hace un instante cuando tú mismo fuiste perdonado.
Devuelve unas monedas de ese pago para estrenar tu estado de alguien nuevo.
Ya que vas a elegir, que esté bien hecho: Ama en lugar de odiar.
Ríe y no llores. Crea y jamás destruyas. Inventa los colores.
Persevera en lugar de renunciar. Alaba, no critiques.Cura y no hieras nunca.
Es hora de que des, sin pedir nada.
De actuar sin postergar más cosas. De crecer en lugar de consumirte. De bendecir en lugar de blasfemar. De vivir en lugar de morir. Y siente mi presencia en cada acto de tu vida flamante.
Crece un poquito más en optimismo. y goza del perdón y la esperanza. Debes abrir tu puerta a la sonrisa. Dejar atrás los miedos y las dudas. Borrar los sentimientos de derrota.
Yo estoy aquí, a tu lado, para siempre.
Me gusta que me llames, que me busques, que te acuerdes de mí, que no me olvides.
Yo, que he vivido en ti toda tu vida, hoy te estoy esperando para amarte.
Si has de venir para abrazarme un día, yo sé esperarte pero no te atrases.
Puedo esperar pero por ti te urjo. El tiempo es muy valioso, no lo insultes creyendo que hay de sobra y para siempre. Yo sigo junto a ti pues quiero darte la paz de una serena compañía, el abrazo especial que abriga el alma, la caricia que todo lo transforma.
Vuélvete otra vez niño, simple, puro, sé inocente, sé ingenuo y generoso.
Si es que ya no lo tienes, recupera rápidamente el don divino de asombrarte y ese de conmoverte y asustarte ante la maravilla de sentirte humano.
Porque tú, mi milagro, estás lleno a tu vez de otros milagros. Como poder oír, si lo deseas, ese sonido de tu propia risa, puedes conocer el amor, puedes saber que te prefiero sobre todo lo demás, puedes sentir una lágrima abriéndose paso en tu mejilla, puedes comprender el dolor, puedes ayudar y ayudarte.
No olvides nunca que te quiero ver feliz.
Eres mi milagro, con tus bolsillos llenos de milagros. Siémbralos en el mundo.
Arroja a mano llena las semillas de la misericordia, la piedad, la paz, la esperanza, el amor, la fe, el coraje, los sueños y las ganas de vivir como si todo fuera burbuja y cascabel. Ya sé que no lo es, pero precisamente por eso hay muchos que te necesitan para que les devuelvas ilusiones.
Y tú los necesitas a esos muchos. Vamos, no pierdas tiempo, mi milagro, vamos.
Usa ya tus poderes y regala tus dones. Yo estoy al lado tuyo en cada instante. Y lo único que pido a cambio de eso es, simplemente, nada. Ni siquiera que estés al lado mío, pues esa es tu elección y no tu carga. Vamos los dos. Nos espera la vida.
Dame la mano, yo te doy la mía.
Te lo voy a mostrar, ya que es difícil, es difícil decirte hasta qué punto te quiero y te perdono cada día.

fdo.: Dios.


Del libro: Líbranos del mal. Víctor Sueiro.

miércoles, 2 de abril de 2008

NUEVA ASOCIACION PROFESIONAL

Me es muy grato comunicar que el viernes, día 4 de abril, en ONDA RADIO, en el 107.2 de la FM, se va a presentar la Asociación de Terapeutas familiares, Mediadores y Expertos en Intervenciones Sistémicas de la Región de Murcia (ATFRM). Vamos a tener ante los micrófonos a su Presidenta, Ana Isabel Caparrós y a su Secretario, Gabriel González. Aprovecharemos su asistencia, como expertos, para indagar sobre la realidad de la familia en la actualidad y sus problemas en las interrelaciones más comunes.


Esta es una grata noticia porque comienza a cobrar sentido y peso la necesidad de prepararse en la especialidad de familia, célula primigenia de la sociedad, donde el ser humano vive, se socializa y aprende a ser y a convertirse en la Persona que necesita ser.