así somos

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lunes, 27 de febrero de 2012

Conflicto, ¿individual o de pareja?


Si partimos de la base de que el conflicto en la pareja es la suma de los asuntos que traemos cada uno por resolver (de nuestro inconsciente, de nuestras experiencias anteriores…), tal vez deberíamos escucharnos, oírnos desde dentro y observar que “nuestros puntos débiles” son precisamente lo más urgente que hemos de solucionar, ya que si nos permitiéramos tiempo y trabajo, nos daríamos cuenta que es lo que, incongruentemente, rechazamos y evitamos. Nos molestan esas cosas pero no actuamos sobre ellas, perpetuándolas así en el tiempo con el consabido agravamiento de las situaciones.

Sí, rechazamos, negamos, proyectamos en otros nuestras propias impotencias sin ser capaces de hacer una introspección profunda de los propios miedos, inseguridades… No llevamos a nuestra conciencia ese entramado vital que necesita de nuestra actitud activa por vivir de la forma que la propia Naturaleza nos indica; y pretendemos conocer a los otros, juzgarlos, condenarlos, cuando no elevamos a la propia escala de prioridad que el factor más importante para ser uno mismo es el autoconocimiento.

Todos, o muchos de nosotros, hemos leído: “No te resignes ni esperes que el otro cambie para ser feliz. Ser consciente de lo que te pasa y asumir la responsabilidad de tu propia vida, te ayudará a encontrar la verdadera razón que te mantiene insatisfecho y te dará la fuerza para cambiarlo.” Pero lo hemos leído y leemos tanto que a veces, pienso, que solo se coleccionan cantidades ingentes de información básica que dice lo mismo, y únicamente soluciona por unos minutos nuestra ansiedad de búsqueda de “algo” porque nos hace vislumbrar nuestras posibilidades de cambio, porque hay herramientas, porque esa teoría válida nos puede llevar a un estado diferente de conciencia y actitud donde nuestro bienestar entrará en un remanso de sabiduría para bien vivir. Pero no empezamos. Almacenamos conocimientos que, si no utilizamos, son inútiles.

¡Empecemos a actuar! ¿Cuándo?, ¡hoy mismo! ¡Ahora! ¡Ya, es el momento!

Estas teorías que hemos ido amasando durante tantos años, ya es hora de que las pongamos en práctica, porque funcionan, y el caso es que lo sabemos o por lo menos lo intuimos por una razón bien sencilla: sigo haciendo lo mismo que hacía y no dejo de estar mal, ¿por qué?...

Grandes pensadores y terapeutas que se han dedicado a activar el comportamiento y la psique humanos y que han llevado a las personas a dirigirse y dirigir su conciencia y conocimiento hacia sí mismos, han dicho hasta la saciedad que es preciso integrar un proceso por el cual se logre que lo desagradable que percibimos en nosotros y en los demás, y a veces, “eso” que nos hace actuar y parece desconocido para nosotros, se pueda convertir en algo maravilloso de la conciencia normal.


Hablo de integrar y no de reprimir, porque si reprimimos este nivel psicológico sólo decidimos que algo es desagradable y lo apartamos de nuestra conciencia para no sentir lo que provoca; y si no sentimos y observamos ese sentimiento, no podemos abordarlo para solucionar nuestro malestar.

Cuando “estamos mal”, es un aviso que nos mueve todo nuestro bosque con el objetivo de que hemos de buscar, tratar y “curar” el árbol que está dañado o que presenta alguna deficiencia; y necesitamos crearnos, reinventarnos, renacer a través de un pensamiento creativo que no discrepe de nuestro yo. Una gran compañera y profesional de la orientación familiar, Gloria S. Conesa, dice que cuando observamos que algo dentro de nosotros chirría hemos de buscar el aceite, el bálsamo que vaya a poner en buen funcionamiento nuestra maquinaria del alma, porque el propósito debería ser el equilibrio que haga que, de forma consciente, podamos cambiar el sistema de creencias que nos hace mal por otro que nos beneficie para ayudarnos a vivir como realmente queremos desde nuestro interior: pensamientos positivos producen resultados positivos y pensamientos negativos producen resultados negativos.

Juan José López Nicolás

lunes, 20 de febrero de 2012

Mascotas y terapia para la vida

Hace bastante tiempo, en nuestra consulta, surgieron varias cuestiones por parte de nuestros clientes, preguntas, ideas, relacionadas con las mascotas y la tercera edad: idoneidad de esta terapia, importancia de las mascotas en la vida de los ancianos, relación afectiva e importancia de la expresión de las emociones para seguir sintiendo la vida en el cuerpo, cargado de años, sí, pero no exento de la necesidad de seguir expresando y sintiendo las cargas afectivas que oxigenan el alma y motivan a la vida, etc.

Como cada vez eran más numerosas las preguntas a través, incluso, de nuestro blog, me puse en contacto con un enamorado de los animales, un veterinario vocacional y un enamorado asimismo de la vida y las relaciones personales en el mundo animal, y le pedí que me escribiera un pequeño artículo sobre este tema, lo que le agradezco profundamente a Francisco Pérez Sánchez, Veterinario de La Fundación Veterinaria Clínica de la Universidad de Murcia, por su celeridad y profesionalidad. Aquí os dejo con este apunte que tantos de vosotros me habíais consultado.

En la actualidad la esperanza de vida es, en general, la más elevada de la historia del hombre. Nuestros mayores se enfrentan cada vez en mejor condición física y emocional a la llamada “tercera edad” y aunque algunas personas continúan trabajando, por ejemplo, cuidando de sus nietos, la gran mayoría empieza a disfrutar de su vida de jubilado. Hay personas mayores que durante esta época aprovechan el tiempo para poder hacer todo aquello que no han podido hacer antes, como viajar, descansar, estudiar o simplemente disfrutar. No obstante son cada día más los mayores que afrontan esta etapa con desilusión, con incertidumbre o con desequilibrios emocionales que, a sus ojos, son barreras infranqueables para llevar una vida feliz y normal. El sentimiento de soledad patente en muchas personas ancianas a pesar de convivir en residencias o de recibir las visitas de familiares y amigos, la sensación de no ser una persona útil y el aislamiento social o emocional que sufren, merma su calidad de vida, cambia su comportamiento y su carácter hasta el punto de llegar a entrar en un círculo vicioso del que es muy difícil escapar.

Pero, ¿cómo podemos ayudar o impedir que esto suceda? Desde luego hay muchas alternativas: programas de viajes organizados, obras sociales de centros lúdicos u ONG’s… mi propuesta: pon un perro o un gato en tu vida. Desde luego no debe ser una decisión baladí; es una responsabilidad. Un animal necesita tiempo, cuidados y dedicación pero puede hacer muchas cosas por nosotros y por nuestros mayores.

Debemos tener cuidado a la hora de elegir a nuestra mascota, la edad, sexo, raza y especie son determinantes para lograr los objetivos beneficiosos de la terapia con animales. La especie es el primer dilema, los gatos presentan la gran ventaja de no necesitar salir a pasear al exterior de nuestra casa y son más independientes que los perros; requieren pocos cuidados en cuanto a higiene, estas características pueden ser muy atractivas para alguien que presente movilidad reducida o incapacidades físicas de importancia. La raza es también un punto a tener en cuenta, determina el tamaño del animal, como es lógico no es igual un caniche que un pastor alemán, además cada raza presenta unas características específicas que determinan las atenciones y cuidados necesarios (cepillado del pelo, nutrición, ejercicio…). El siguiente aspecto a considerar es la edad del animal. Los animales jóvenes son más activos que los animales mayores, pueden ser más difíciles de controlar durante el paseo y desde luego son más juguetones. Cada persona necesita a su animal concreto, deben ser compatibles a nivel físico y emocional. En EEUU hay programas de adopción de perros específicos para personas mayores, los perros son también animales mayores que a menudo comparten rasgos con sus propietarios: movilidad reducida, nivel de actividad, etc.

Son ya muchos los programas de terapia que incluyen parcial o totalmente animales para desarrollarlas, no solo con ancianos sino también con niños, personas discapacitadas, etc. Si centramos nuestra atención en las personas mayores y nos paramos a pensar en qué puede hacer un animal por ellas, no son pocas las ideas que nos pueden venir a la mente y nos puede hacer reflexionar en cuanto a la salud física y emocional: ¿mejoran al convivir con una mascota?

Son diversos y numerosos los estudios publicados que así lo afirman, como ejemplo sirva mencionar los estudios de Granger y Kogan (2003), donde argumentan que los ancianos que se relacionan con perros tienen una mayor satisfacción con la propia vida y un menor índice de depresión; o el estudio de Beck (2003), donde se demostró una mejora de la autoestima y de la sensación de seguridad en el mismo supuesto anterior. Otros estudios relacionados han demostrado: descenso de la presión arterial, colesterol y triglicéridos en personas hipertensas (Katcher, 1987), incremento de supervivencia en afecciones coronarias (Bustad, 1996), disminución de problemas de salud de tipo menor (Serpell, 1991), así como beneficios en el tratamiento de la ansiedad (Holcomb, 1989).

Muchos ancianos tienen problemas emocionales derivados de factores propios de su edad como la pérdida de la salud, el deterioro funcional que predispone a la dependencia física, enfermedades crónicas, la pérdida de seres queridos o del rol que se representaba dentro de la familia, pérdida de objetivos en la vida, ansiedad por la muerte o la carga negativa que implica el ingreso en un centro o residencia.


¿Cómo ayuda aquí convivir con una mascota? Por un lado la necesidad de sacar a pasear a tu mascota es un estímulo para realizar ejercicio, por otro lado es también una fuente de relaciones interpersonales y de socialización. Nuestra mascota necesita unos cuidados y atenciones, esa necesidad de atención precisamente es la que promueve un sentimiento de “utilidad” en las personas mayores. Un perro o un gato no es un mueble, no es algo inerte, tiene vida, hábitos y comportamientos propios, necesitan de un contacto físico y emocional con su propietario, necesitan ser queridos y querer a su dueño, desarrollan dependencia por su dueño, lo “necesitan”. Los perros son animales muy expresivos, capaces de mostrar reacciones faciales y corporales que a nosotros nos despiertan sentimientos propios. Son capaces de mostrar afecto, miedo, alegría, nos reímos con ellos y lloramos cuando ya no están, compartimos emociones y hasta parece que muestran empatía con nosotros. Son capaces de crear un vínculo único entre animal y hombre que puede ser muy beneficioso.

Como conclusión final os comento que las mascotas son una fuente de compañía y afecto, un apoyo ante el aislamiento y la soledad, dan ilusión, te animan, independientemente del problema que tengas, no te reprochan nada y pueden llegar a ser, desde luego, un motivo por y para levantarse a diario y seguir adelante. No se pueden ustedes imaginar cuanto.
Francisco Pérez Sánchez.
Veterinario HCV UM.

lunes, 13 de febrero de 2012

Búsqueda interna y camino

“La muerte de Whitney Houston me recuerda lo que sucede cuando una persona se pierde en la búsqueda de sí misma. Cada uno de nosotros bajamos a los infiernos de lo que consideramos nuestros propios fracasos, o ascendemos al Olimpo de aciertos y éxitos, queriendo encontrar respuestas.”

Así comienza Graciela Large un artículo nuevo esta semana en su página y a mí me hace reflexionar al mismo tiempo sobre el tema de la autoexploración, la crisis, los problemas, el yo y los demás…en definitiva, la eterna búsqueda hacia fuera de lo que irremediablemente somos desde dentro.

Solemos decir que no nos encontramos a nosotros mismo (¿pero somos conscientes de ello en realidad?) cuando estamos más perdidos que nunca en nuestro caminar ante la vida, ante sucesos que nos están hiriendo, ante vivencias naturales, que corresponden a nuestro natural ciclo de vida,…pero jamás hacemos lo que nos aconsejan profesionales, la misma vida con sus lecciones y aprendizajes (que casi no vemos por no prestar atención), lo que sabemos que hemos de hacer, porque nuestra inercia de pérdida sigue anclada en nosotros y estamos en un círculo de búsqueda sin ver la otra cara de la moneda, la otra cara del espejo, la otra parte de nuestra sombra que nos pertenece y nos hace ser nosotros mismos en nuestra realidad.

Pero lo bueno es que a veces tenemos consciencia de este estado y nos disponemos a luchar por tocar el cielo dentro de la misma tierra porque esta sombra interna de nuestro mismo yo nos puede dar luz para que nuestro propio proceso lo podamos traer hacia nuestro consciente humano y así, si logramos ser honestos con nosotros mismos y no nos autosaboteamos (en esto somos grandes especialistas, siempre tenemos una excusa para no hacer) logramos ver el principio del hilo cuando hemos decidido cortar ese círculo vicioso que nos aprisiona hasta ahogarnos y decidir, a veces, hacer cosas que a nadie se le ocurrirían, a priori.

Siempre tenemos la opción de seguir como estamos o la de optar por un cambio adecuado a las circunstancias y no exento de poner toda la conciencia en que los hechos que nos acontecen son totalmente nuestros, tanto los positivos como los negativos, y no hacen otra cosa que enseñarnos, mostrarnos caminos que nos empecinamos en retorcer, cuando si vemos con distintos ojos, los problemas, las crisis, pueden ser oportunidades de aprendizaje que solo va a depender su solución de la disposición personal y de la evolución que llevemos aparejada como seres que tienden hacia un equilibrio propio.

Dice G. Large, abundando más en esta reflexión que “Ser consecuente con esa realidad nos permite sentir el dolor, y no obstante, dejar de sufrir. Este último enmaraña la búsqueda, desbordando las emociones y entrampando la consciencia para creernos que somos impotentes ante lo que sucede. Salir de ese círculo pasa por admitir que estás donde quieres estar, y sólo tu ignorancia o la valoración negativa que haces de lo que pasa te llevan a reprimir la alegría, esa que es necesaria para tomar decisiones que tomen el pulso a los retos y podamos dejar de ignorar las consecuencias que tiene un proceso. Sobre todo que deje de ser algo ajeno a nosotros. Arrojar luz a un proceso depende de querer mirar lo que llevamos en nuestra propia maleta…” y no querer justificarnos observando las miserias que llevan otros en las suyas, pretextando esta observación para no hacer, no andar, no dar el primer paso y cambiar lo que es necesario cambiar, -aporto yo- para llegar a nuestra homeostasis deseada. No puedo dejar de recordar lo que en este blog no hemos parado de decir muchas veces: "Cuando cambio yo, cambia mi universo."

Y al final, si somos capaces de enfrentarnos con nuestra propia evolución, nuestra propia sombra frente al espejo, nuestros aprendizajes, sucede lo que termina por decir en su artículo la Dra. Large: "La tristeza nos supera a falta de preguntas que nos ayuden a encontrar el sentido y a ver las consecuencias inmediatas de un estado de parálisis emocional. La búsqueda de sí mismo pasa por tirar de ese hilo que permite dejar de engañarnos con la desesperación."

Juan José López Nicolás

viernes, 10 de febrero de 2012

Revisando la crisis desde el interior

Repasando y actualizando unas revistas antiguas (me gusta hacerlo de vez en cuando), he descubierto, o mejor, redescubierto un artículo de Esperanza Borús que viene a cubrir una duda que llevaba semanas en mi cabeza. Me sonrío porque parece que cuando estás buscando algo y lo haces por la vía adecuada, te llega de alguna manera y se pone en tu camino para servirte de instrumento en tu quehacer vital. Sigo teniendo asombro al ver que las cosas tienen una razón para que pasen, aunque a veces no lo entendamos; tal vez sea porque hemos de aprender o aprender, y si nos negamos a hacerlo nos siguen pasando, como el recorrido de una noria...hasta que aprendamos.

Por esto necesitaba, buscaba ideas para ver cómo enfocar a un paciente la orientación sobre el desencanto del alma en estos tiempos de crisis profundas, no sólo económicas, laborales, etc., sino crisis internas, del interior del ser humano que amenaza con destruirlo hasta en su propia escala de valores éticos y morales. Y ahí estaba,…abierto, para que lo releyera y lo reflexionara en mi intención de dar pistas para la reflexión a mi cliente desorientado.

Ante mis ojos, Esperanza Borús, comenzaba a desparramar sus comentarios,…suaves, en cascada y sonido tranquilizador, musicales, con una tremenda ternura para que empaparan en lo más hondo de mi ser…O tal vez fuera yo que los sentía así porque mi ánimo estaba así:

”No te entregues a imaginaciones, sino entrégate al momento siendo práctico…El vagabundeo mental, las asociaciones mecánicas, el ir y venir sin rumbo de los pensamientos, la distracción constante, la inclinación mórbida de la mente a quedar fija en acontecimientos pasados, repitiendo los recuerdos como en una moviola, la tendencia a proyectarse hacia el futuro…nunca ofrecen una solución práctica a los problemas reales, sino que por el contrario son un escape del momento presente, nublando la razón y convierten la vida del hombre en una vida imaginada.

No permitas, pues, que tu mente, que es un instrumento precioso cuando se sabe usar, te aleje del Presente Sagrado y te impida vivir. Ten en cuenta que quien no conoce el presente no vive la vida, únicamente la sueña…

…No te entregues a la queja, a la autocompasión ni a las emociones negativas, por el contrario admira la vida y agradece su generosidad…Ya te habrás dado cuenta de que los consejos que te doy van contra tus viejos hábitos, bien se traten de hábitos mentales, emocionales o de conducta. Y sé que solamente seguirás mis sugerencias cuando llegues a comprender que todo ello (tus viejos hábitos) te acarrea muchas desdichas…

…Abandona el vicio tan común de la queja constante y no te hagas cómplice de las emociones negativas desgastantes. Aunque no lo creas así, ellas no son tu fuerza sino tu debilidad. No te atormentes por nimiedades pasajeras ni ofensas a tu ego. Guarda toda tu energía para resolver problemas reales, no imaginarios…

…La bondad y la nobleza de tu corazón harán de tí un ser humano libre. Si en tu bondad hay debilidad, te convertirás en un animal de carga. No pienses en la bondad como un estado de constante concesión a las necesidades o caprichos del prójimo. No llames bondad a lo que no es más que temor o debilidad. Ayuda siempre que te sea posible, pues ese es el ritmo del amor, ser feliz y hacer felices a los demás, pero no permitas que la carga que pertenece al otro sea cargada a tus espaldas.

…Ábrete al instante, permanece tranquilo. Recuerda que la prisa es un tóxico de la vida interior.”
Nos toca reflexionar, ¿vale?...pues a ello, amigos.

Extraido de la revista AVIVIR Año XXX. nº 206

martes, 31 de enero de 2012

Pareja, distintos y responsables

“El cariño se siente, no se enseña; se transmite, no se ordena;
se regala, no se pide.”

Cada pareja va a estar determinada por las características de cada persona y este es el motivo por el que cada una de las parejas cuenta con una peculiaridad única. Con esta premisa podemos deducir, y la experiencia de la vida así lo indica, lo que comentan al respecto Gadoni y Musso, en su libro “Vivir feliz en pareja”: “…cualquier amor es ganador en sí mismo y no puede ceñirse a unas instrucciones, ni tampoco puede tener modalidades y mecanismos comunes; si un mismo individuo vive dos historias de amor en épocas distintas, no deberá intentar seguir el mismo camino en las dos historias.” Simplemente porque el sentimiento no se desarrolla de la misma manera en cada uno de nosotros y las diferencias se deben a la personalidad de cada cual.
Tampoco estamos constantemente en la misma época en el tiempo y todos hemos cambiado, somos otros y en teoría hemos de ser distintos, hecho que nos hará observar con mayor inteligencia la necesidad de saber si la persona que tengo enfrente, la que he elegido como pareja, va a tener los ingredientes que en otros artículos hemos comentado (y que os recomiendo leer), para poder desarrollarnos en igualdad y con el énfasis de ser felices la mayor cantidad de tiempo posible en nuestra vida.

Seamos, pues, conscientes de que buscar en nosotros y en el otro estos elementos básicos, nos puede afianzar más en que mi pareja es esa por todo lo que es, por lo que me da y por lo que refleja.

“La pareja sigue enamorada cuando es activa, es decir,
cuando por ella fluye la energía del cambio y se revitaliza.”

Una pregunta importante surge en medio de este discurso. Hemos mencionado en muchas ocasiones y muy especialmente en nuestro programa de radio, que la libertad es un ingrediente importante para confeccionar el menú de la relación que alimente la vida y la existencia de la pareja, pero –cabe preguntarnos- ¿la libertad tiene límites cuando decidimos vivir en pareja?

La libertad es inherente a la persona, no se da, no se otorga, sino que se posee por sí misma; aún así, el concepto libertad en la pareja va seguido de otra palabra que la complementa y la completa, dando sentido a la responsabilidad del compromiso que se ha adquirido de forma voluntaria. Así podemos hablar de la libertad responsable.

La Real Academia Española de la lengua, al definir la palabra libertad dice que es un estado o condición de quien no es esclavo y también que es una facultad natural que posee el ser humano de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos. Precisamente el hecho de que por el amor y otras cuestiones no menos importantes hayamos decidido vivir en pareja, nos dota de una decisión libre y al mismo tiempo decisión que se adopta porque compensa vivir de esa forma elegida y no vivir solo. Estos dos estados son diferentes y la responsabilidad es de cada uno ante lo que suceda y acontezca en el desarrollo de la vida en común. Pero no hablamos de situaciones estáticas, sino de que todo va cambiando en la vida y nuestro poder de adaptación va a colaborar en que la felicidad y no la desdicha, surja de los conflictos que sobrevienen en toda interrelación humana, y más sabiendo que todo cambio viene precedido de algún tipo de crisis, más o menos importante.

Sinceramente pienso que en la vida real, en lo que vemos y observamos cada día respecto a las relaciones, no hay unas reglas fijas, ya que existen muchos tipos de parejas y tantos tipos de razones diferentes para unirse y haber elegido a esa persona, por lo que a cada una le funcionará o no unas cosas distintas a otras. Pero lo que sí veo claro ahora es que el límite de tu libertad lo pone el no transgredir, el no faltar al pacto inicial por el que se formó la pareja.

Tan es así que los elementos COMPROMISO, RESPETO Y FIDELIDAD, ponen en sí mismos los límites al concepto libertad o por lo menos al concepto que cada uno puede tener. Y no debemos olvidar que no sólo el amor es suficiente para mantener un hogar, ya que hace falta una gran cantidad de energía interior para afrontar los cambios que ocurren a la persona y, por consiguiente, a la pareja.

Juan José López Nicolás

viernes, 20 de enero de 2012

Tomar decisiones


Tomar decisiones. Más fácil decirlo que hacerlo, lo sé, pero la mayoría de veces es cuestión de supervivencia para poder mantener nuestro equilibrio personal.
Todos los días tomamos pequeñas y grandes decisiones, unas más importantes o con mayores consecuencias que otras, pero decisiones al fin yal cabo… Las decisiones son parte de nuestra vida y la forma en que las tomemos y las razones que utilicemos de base para tomarlas serán determinantes para nuestro éxito o fracaso en lo personal y en lo profesional.
La vida que llevas hoy es el resultado de las decisiones que has tomado en el pasado. De igual forma, la vida que llevarás en el futuro será el resultado de las decisiones que tomes en el presente. Nada tiene un mayor impacto en tu destino que las decisiones que tomas en la base del día a día.
Quiero compartir contigo un ejercicio para aprender a tomar decisiones de forma más o menos rápida y fácil.
Paso 1: Define tu decisión: Tómate unos minutos para escribir la decisión que estás a punto de tomar. Escribir tus pensamientos en papel puede permitirte ver las cosas desde un punto de vista diferente. Recuerda que un problema bien definido es un problema medianamente solucionado.
Paso 2: Identifica tu objetivo real: Siempre que nos enfrentamos a una decisión, existe un interés sobre algo que queremos obtener. Por ejemplo, si quieres salirte del trabajo y volver a la universidad para estudiar más, tu objetivo real podría ser: Mejorar tu perfil profesional. Hazte tu mismo la pregunta ¿Que es lo que realmente quiero obtener cuando tome ésta decisión?
Paso 3: Escribe en papel tus opciones: Identifica cada una de tus opciones y escríbelas.
Paso 4: Realiza un análisis de pros y contras: Para cada opción, lista tantas pros y contras como sea posible.
Paso 5: Identifica la persona correcta de la cual tomar consejo: ¿Conoces a alguien que haya pasado por la situación que vives en este momento? Lo correcto es encontrar a alguien que haya logrado el objetivo que te propones y pedirle un consejo sobre la decisión que vayas a tomar.
Paso 6: Reflexiona y medita tu decisión: Reflexionar y meditar a solas es una gran herramienta que permite eliminar el estrés que conlleva la toma de una decisión difícil. Busca un lugar calmado donde no puedas ser interrumpido, cierra tus ojos y enfócate en tu respiración. Mientras más relajado te encuentres mejor, imagínate lo que estás a punto de decidir e intenta pensar con cabeza fría acerca de ello.
Paso 7: Selecciona la mejor opción: Escoge la opción que tiene la mejor oportunidad de atraer a tu vida tu objetivo real.
Paso 8: Toma acción: Especifica para tu decisión una fecha real e identifica cual será tu primera acción a realizar.

Extraido de la página web DESARROLLO PERSONAL

viernes, 13 de enero de 2012

El concepto Resiliencia

“La Resiliencia es la poderosa capacidad humana
de encajar, resistir y superar la adversidad.”
L. Rojas Marcos.

Hay quien afirma que los problemas son “la sal de la vida”, y no sé si estaréis se acuerdo con esta afirmación. Lo cierto y verdad es que a nadie le gustan los problemas como tal, aunque el punto está en saber diferenciar un verdadero problema de un simple inconveniente o contratiempo en el devenir de la vida. Sea como fuere, lo verdaderamente demostrable es que se ha observado que algunos seres humanos consiguen solucionar condiciones muy adversas en su vida, logrando convertirlas en experiencias ventajosas para su crecimiento personal. El enfrentamiento, con sus potencialidades, ante estas adversidades y salir fortalecido a pesar de estar expuesto a factores de riesgo, es lo que llamamos RESILIENCIA (Michael Rutter, 1972 fue quien primero lo usa para las ciencias sociales) Es decir, que un individuo, según sea su nivel de resiliencia, podrá enfrentarse a un problema con mayor o menor éxito y su estado emocional se resentirá o se fortalecerá según el nivel del concepto que hoy estamos tratando.

En nuestro vivir diario encontramos personas que pasan por vivencias estresantes, por situaciones que suponen por sí mismas un punto de inflexión y ruptura en el equilibrio biopsicosocial del individuo, porque duelen, enfadan, entristecen, angustian, te desmoronan, y uno cree, en ese momento, que son difíciles o imposibles de superar. En cambio, la realidad demuestra que no sólo son capaces de vivir estas situaciones, transitarlas, sino que salen renovados y como si fueran otras personas, de hecho lo son, son creativos y cambian para salir, “vacunados”, de esa situación perturbadora.

Ya en 1989, Lösel, Blieneser y Koferl, decían que Resiliencia es el enfrentamiento efectivo de circunstancias estresantes y acumulativas. Por su lado Grotberg (1995) opinaba que es la capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas e, inclusive, ser transformado por ellas.

Como vemos, a la hora de conceptuar este término, introducimos en él conceptos como “enfrentamiento” y, por lógica, para lograr variar las situaciones y que hayan transformaciones, “cambio”. Creo que hasta aquí queda claro qué es y qué significa esta palabreja que a muchos os habrá resultado rarísima al oírla e incluso os preguntaréis que cuando se enseña o aprende a tener la capacidad de la Resiliencia.
Sinceramente no creo que estas habilidades deban postergarse mucho en el tiempo porque la vida, los sucesos y acontecimientos que nos trae, comienzan desde el nacimiento, siendo por esto por lo que se debe enseñar desde niño, desde bebé y los adultos tenemos esa misión. Porque, como dijo Pitágoras, si enseñamos a los niños no tendremos que castigar a los hombres. Además, si desde pequeños se nos inculcara este valor, se nos dotaría de recursos para afrontar la frustración que tiene y tendrá la vida.

Aún así hay personas que desde el nacimiento traen en su carga genética una predisposición resiliente porque a pesar de desarrollarse en un ambiente adverso y estar “condenadas a presentar problemas en el futuro”, logran establecer su equilibrio adecuado y exitoso para conseguir constituir familias estables y contribuir positivamente con la sociedad. El único secreto de esta conducta es la “capacidad de afrontar” y como “conducta”, se puede aprender y modificar con esfuerzo, voluntad y una gran dosis de energía interior. Es cuestión de elegir la actitud adecuada para vivir la vida y sus circunstancias.



“La persona resiliente no es diferente a los demás, no es un mago ni superhombre o supermujer; es un ser que mira, piensa, reconstruye y vive para ser feliz, y sabe que el futuro se ha de conquistar.”

Para conformar un poco mejor y llegar a entender el concepto resiliencia, con el propósito de introducirnos más en su significado y su conveniencia para traerlo a nuestra vida, podemos decir que se empleó originariamente en física, en ingeniería y metalurgia, para describir la capacidad de algunos materiales de recobrar su forma original tras haber sido sometidos a presiones que los deforman. Curioso, ¿verdad? Apliquémoslo, pues, a nuestro actuar y conseguiremos volver a nuestro ansiado equilibrio tras cualquier tipo de situación (unas son más duras que otras, ya lo sé) a la que nos veamos sometidos.
Nada mejor, tal vez, que un esquema para que os hagáis una idea mucho más clara de lo que hasta ahora estamos hablando:



Nos encontramos LOS FACTORES ADVERSOS, que enfrentan a la persona contra el entorno, debiendo aparecer unas HABILIDADES, que pueden ser INNATAS O ADQUIRIDAS, para llevar a cabo la CAPACIDAD DE RECONSTRUCCIÓN (nueva dimensión de la persona ante los problemas) si queremos que nuestra RESISTENCIA A LA DESTRUCCIÓN nos vaya encaminando a forjar las posibles soluciones, vehiculizando nuestra ACTITUD POSITIVA en la consecución de la puesta en marcha del camino de nuestro equilibrio óptimo.

Juan José López Nicolás

lunes, 26 de diciembre de 2011

"Dicen por ahí que la salida siempre está en tí."

Hay muchas personas ancladas en el pasado, en una serie de vivencias que han marcado su vida dejándolas vivir a “medio gas”, lo que hace que sus expectativas, de forma inconsciente, cree en ellas un nivel medio de exigencia y por lo tanto, la plenitud no puede anidar de forma adecuada. No se permiten disfrutar porque su ayer inunda su mente de culpa, de rencor, de rabia y de frustración. Parece, incluso, que llenar su pensamiento “vacío” seria tarea fácil, pero suele suceder que está tan lleno de nada que esa misma nada ocupa un espacio tremendo que les resulta muy difícil anular. Vivir y disfrutar, a veces son palabras vacías de conceptos porque la “obligación” anula la mera aspiración de todo individuo a ser feliz.

No hablo de faltar a la responsabilidad ante las situaciones, pero de ahí a anular nuestra vida por salvaguardar la de los otros que no quieren ellos llevar adelante, media un abismo. Para tener la posibilidad de solucionar las crisis es conveniente que no falten dos elementos fundamentales que posee todo ser humano: La inteligencia y la imaginación. Ya se menciona en mucha cantidad de literatura que todo lo que el hombre es capaz de imaginar, es capaz de realizarlo; y si esto es así, usar nuestra inteligencia para que nuestra imaginación colabore en la puesta en escena de nuestro plan de vida coherente, es el objetivo al que deberíamos aspirar. Ambos elementos citados, han de colaborar para que el hombre y la mujer se actualicen, se reinventen día a día para dotar su relación de elementos que el tiempo debilita y desgasta.

Erich Fromm decía que el amor es como una planta que si no abonamos y regamos con los tiempos adecuados que requiera, se marchita y acaba muriendo; y esto se consigue poniendo a trabajar en sentido positivo a nuestra imaginación.

La mayoría de bibliografía especializada que hemos consultado coincide en exponer una serie de pasos que favorecen situarnos en el punto adecuado para comenzar el afrontamiento, con grandes posibilidades de lograrlo. Algunos de esos puntos que os voy a indicar para conocimiento general, son también el protocolo que los orientadores a veces seguimos para ayudar a las parejas y a las familias a enfrentarse con las crisis.

1. Identificación de la fuente de estrés y detallar las causas que llevaron a la familia a la crisis.
2. Analizar la situación como un problema de toda la familia, y no de algunos miembros nada más. Si hablamos de pareja, adaptarlo a la situación de ver que ambos forman parte del problema y también de la solución.
3. Redimensionar la situación, manejando el significado y la gravedad del problema; ayudar a minimizar los efectos de la desorganización.
4. Buscar opciones para la solución del problema con los propios recursos de la familia o la pareja, alentándoles en la búsqueda de nuevas soluciones.
5. Reforzar las soluciones positivas y destacar las habilidades familiares en la solución de los problemas.
6. Tratar de que la familia integre las nuevas situaciones a los acontecimientos cotidianos de la vida familiar.
7. Ayudar a la familia a recuperar la sensación de control, disminuyendo las sensaciones de impotencia, y las creencias de la carencia de habilidades para resolver problemas.
8. Flexibilizar el sistema familiar o la pareja.
9. Guiar o regular los esfuerzos adaptativos de la familia.

La Profesora Idarmis González, especialista en psicología de la salud, asevera que la familia en crisis no es siempre una familia disfuncional; son situaciones de cambio que implican transformaciones en el sistema familiar, pero si se es capaz de asimilar unas reestructuraciones, puede ser fuente de crecimiento y desarrollo. Y para ello se hace necesario el CAMBIO. Si seguimos actuando igual, nada cambia.

También sé que la palabra "cambio" produce de momento una sensación de vértigo en el ser humano, no en balde existe el dicho de que más vale malo conocido que bueno por conocer. Si pensamos veremos que esto no tiene un sentido tan general como siempre lo aplicamos, porque lo que a las personas les cuesta es hacer el esfuerzo que necesita el cambio, ya que si una situación no es placentera lo lógico es intentar hacer que lo sea y precisamente el inmovilismo, hacer lo mismo, no nos lleva a efectuar nada nuevo que nos abra nuevas expectativas y posibilidades. De hecho cuando nombro la palabra “cambio”, muchas personas me hacen las mismas preguntas: Entonces, ¿es necesario cambiar cosas para hacer un buen abordaje de las crisis? ¿Es posible un cambio sin crisis previas?

Suelo utilizar para contestar algo que dijo ese genio reconocido internacionalmente que fue Albert Einstein, en dos párrafos: “No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado.
Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y las soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro; acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla.”

Juan José López Nicolás

viernes, 16 de diciembre de 2011

Arriesgarse a vivir o sobrevivir...that's the question.

Nos suceden cosas en el devenir de la vida, como personas, como pareja, como padres, pero a veces no somos capaces de inclinarnos por ninguna decisión de cambio porque tenemos miedo. ¿A qué? ¿A la soledad? ¿A sentirnos aislados sin esperanza de vivir por sentirnos perdedores? ¿A sentir frustración? ¿A tener miedo al miedo?

Es una sensación incapacitante, perturbadora, que nos produce hostilidad, introduciéndonos en un círculo vicioso de fatalismo, pena, insatisfacción y muchas otras sensaciones que nos sumergen en la más profunda angustia. Tal vez lo que nos hace, incluso, facilitar esta dinámica negativa es la sensación de pérdida de control sobre nuestra propia vida.

Y a pesar de sentir todo este maremágnum en nuestro interior, estamos inmóviles dejando que estas sensaciones se instalen cada vez con mayor fuerza en nuestros corazones, deshaciendo las emociones positivas que en un principio existían, y que crearon, precisamente, el deseo, la pasión, por ser pareja y por vivir de la forma que habíamos elegido.

He aprendido a ver, cuando existen estas situaciones, que la primera premisa importante es creer en la propia capacidad de hacer que las cosas cambien creyendo en uno mismo y en el poder personal para no instalarse en el fatalismo que nos dirige a la falta de compromiso con uno mismo, con los demás y con la vida, precisamente por creer erróneamente, que no son necesarios los cambios para actualizar a la persona y las relaciones que cada uno vive y que no ayudan a crecer y desarrollarse como ser humano.

Hace relativamente poco tiempo, una cliente me preguntaba sobre este tema, por estar inmersa en su vida de pareja en esta tesitura, en ese estadío en el que o haces algo, o mueves ficha, o la misma situación te arrastra al abismo de dejar cosas que quieres, pero que no quieres como actualmente están. ¡Si no quieres dejar lo que tienes y no te gusta como está, cámbialo…! Creo que este es el principio. Pero hace falta mirar con nuevos ojos…con nuevas perspectivas…con optimismo, y buscar la capacidad de encontrar sentido a lo que está sucediendo.

La solución no está, a veces, en cambiar de pareja porque se ha demostrado que vuelve a suceder lo mismo, ya que el problema está en el interior de cada uno, no en el otro, ya que todo comienza por la apreciación subjetiva de un suceso, lo que yo creo sobre lo que está aconteciendo, y por lo que creo y cómo lo creo, así me afecta y así reacciono. Aparentemente sencillo, ¿verdad?...Está claro que no lo es tanto, puesto que casi nadie elige sufrir porque sí. En este punto del ciclo evolutivo de cada persona, la guía de un profesional en terapia es crucial.

Como os decía antes, ante su “llamada y petición de auxilio” (ambos miembros de la pareja pidieron ayuda, ¡por fin un hombre comprometido con los problemas de pareja!) y tras varias sesiones para centrar el problema y elaborar el perfil con las hipótesis de trabajo necesarias, le contesté a una cuestión (que prefiero omitir), lo siguiente:

"Entiendo perfectamente cómo os encontráis, pero es necesario barajar todas las posibilidades que una persona tiene de refrendar su existencia en la vida, sin maltratarse, sin sentirse mal. La aventura de vivir pasa por elegir continuamente y si yo anoche no os hago ver todas las cartas que tenéis que jugar para ir a donde elijáis, no hubiera sido real con la situación.

Sé que os estoy enfrentando con las cosas muy reales y con la crisis verdadera (y lo que falta todavía) porque sigo la situación muy de cerca y hay que coger el toro por donde haga falta. Es necesario que ante las decisiones que tenéis que tomar, encontréis un espacio para hablarlo, para sentir juntos y para expresar las emociones que os salgan juntos. Asimismo es necesario que tengáis vuestros momentos en soledad para reflexionar sin ruidos ni interferencias, que os enfrentéis a la crudeza de la situación para saber elegir con la madurez que se necesita en estos momentos de crisis personal tan fuerte.

Pero esto trastorna, desequilibra y el coste emocional no es más que la inversión necesaria para obtener, con trabajo, elaboración y viviendo el proceso, para obtener, repito, el punto desde donde se puedan ver las situaciones con la suficiente perspectiva para valorar de forma adecuada el punto de partida del resto de vuestra vida.Estando confundido es muy difícil tomar decisiones y lo que os he sugerido es saber en qué punto real está la relación para empezar a tomarlas de una forma más coherente y real. El mero hecho de ser conscientes en qué punto estáis está provocando esta reacción emocional, necesaria para que podáis expresar los sentimientos y sentiros libres para hacerlo. De nada vale esconderse a la realidad, por eso esta situación que se ha creado es importante, crucial y necesaria para que cada uno valore su punto de partida, su vida, sus emociones, sus escala de valores y a qué acuerdos y decisiones está dispuesto a llegar.

Sé que es complicado, pero date tiempo, paciencia, trabajo, energía suficiente para ayudarme a que os ayude. Se ha dado el primer paso, el más doloroso, el más duro, pero, casi siempre, el más rentable. El ritmo de la evolución es vuestro ritmo, no el mío, pero lo cierto y verdad es que mientras que hay amor, hay esperanza. Lo que la crisis que surge hace es avisar de que hay que efectuar cambios para actualizar la pareja. Nadie es el mismo siempre y nada nos vale de la misma forma siempre. Si realmente hay amor, hay futuro, yo lo tengo claro, porque el amor, precisamente debe ser un facilitador para tomar decisiones, para efectuar comunicaciones necesarias y para basar la vida en nuestra felicidad y en la del otro."

Una relación puede hacernos disfrutar de la vida o, como decía una compañera, ser la peor pesadilla. En las manos de cada uno está hacer de ello un proceso amoroso y útil para ambos.
Espero, estimados lectores, que este artículo, como siempre, os ayude a reflexionar.

Juan José López Nicolás

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Los 15 causantes de las distorsiones

No es la primera vez, ni será la última, que abordamos el tema de los pensamientos como base para que nuestras actuaciones ante la vida sean más o menos coherentes, y nos hagan más o menos daño. Son precisamente esos pensamientos, la forma que nuestra mente los conduce, los que nos hacen ver las situaciones de una o de otra manera, incidiendo de forma latente en nuestro bienestar o malestar mental.

Tal como pensamos sentimos y actuamos y por este razonamiento es fundamental saber, pasar a nuestro consciente, qué pensamientos son los que inciden de forma tan negativa en el resultado de nuestras actitudes, porque si no sabemos dónde estamos, en qué punto nos encontramos, qué nos pasa, es muy difícil enfocar de manera adecuada el conjunto de tareas para cambiar la forma que tenemos de situarnos ante los acontecimientos a los que nos enfrenta la vida. Esto es lo que los profesionales de la psicología llaman enfrentarnos a nuestras Distorsiones Cognitivas.

Siguiendo con nuestro objetivo prioritario de ayudar a situarnos en el punto óptimo para iniciar nuestro aprendizaje que cambie nuestras percepciones irracionales (aquellas que nos hacen daño), quiero compartir con vosotros una relación de las principales distorsiones cognitivas que nos proponen J. J. RUIZ SANCHEZ y J. J. IMBERNON GONZALES (Psicólogo Clínico y Psiquiatra, respectivamente, en un artículo en 1996), así como una escala o cuestionario, que vosotros mismos podéis baremar para conseguir unos primeros datos de qué situaciones inciden con mayor frecuencia en situaros ante ciertos acontecimientos con un malestar que a veces, no sabemos muy bien por qué, nos producen esas sensaciones tan angustiosas, y que como dicen estos autores, “son aprendidas: Son el reflejo momentáneo de actitudes y creencias que suelen aprenderse en la infancia o adolescencia, provenientes de la familia, la escuela y otras influencias sociales. Como en esos periodos aun no se ha desarrollado demasiado la capacidad racional de análisis de las personas, son asimilados con mayor facilidad y almacenados en la memoria humana "esperando" a ser disparados por situaciones con carga emocional.”


1. FILTRAJE O ABSTRACCION SELECTIVA: Consiste en seleccionar en forma de "visión de túnel" un solo aspecto de una situación, aspecto que tiñe toda la interpretación de la situación y no se percata de otros que lo contradicen. Una persona se encuentra con un amigo y hablan de muchos temas agradables, sin embargo discuten de política, y al marcharse a casa se siente irritado pensando en las críticas de aquel hacia sus ideas políticas, olvidando los otros temas agradables compartidos. Se filtra lo negativo, lo positivo se olvida. Palabras claves para detectar esta distorsión son: "No puedo soportar esto", "No aguanto que...”, "Es horrible", "Es insoportable".

2. PENSAMIENTO POLARIZADO: Consiste en valorar los acontecimientos en forma extrema sin tener en cuenta los aspectos intermedios. Las cosas se valoran como buenas o malas, blancas o negras, olvidando grados intermedios. Por ejemplo un chico que recibe un no al invitar a una chica piensa: "Solamente me pasan cosas malas". Otra persona que no encuentra trabajo piensa: "Soy un incompetente e inútil". Palabras claves para detectar esta distorsión son todas aquellas que extreman las valoraciones olvidando los grados intermedios y matices. Ejemplos: "Fracasado", "Cobarde", "Inútil", etc.

3. SOBREGENERALIZACION: Esta distorsión del pensamiento consiste en sacar una conclusión general de un solo hecho particular sin base suficiente. Por ejemplo una persona que busca trabajo y no lo encuentra y concluye: "Nunca conseguiré un empleo". Otra persona que se siente triste y piensa:"Siempre estaré así".
Palabras claves que indican que una persona está sobre generalizando son: "Todo...Nadie...Nunca...Siempre...Todos...Ninguno".

4. INTERPRETACION DEL PENSAMIENTO: Se refiere a la tendencia a interpretar sin base alguna los sentimientos e intenciones de los demás. A veces, esas interpretaciones se basan en un mecanismo llamado proyectivo que consiste en asignar a los demás los propios sentimientos y motivaciones, como si los demás fueran similares a uno mismo. Por ejemplo una persona nota como la miran unos extraños y piensa: "Se que piensan mal de mí". Otra persona está esperando a otra en una cita y esta tarda cinco minutos y sin mediar prueba alguna, se le viene a su cabeza: "Se que me está mintiendo y engañando". Palabras claves de ésta distorsión son: "Eso es porque...”, "Eso se debe a...”, "Se que eso es por...".

5. VISION CATASTROFICA: Consiste en adelantar acontecimientos de modo catastrofista para los intereses personales, en ponerse sin prueba alguna en lo peor para uno mismo. Por ejemplo una persona está viendo la estadística de accidente de tráfico por la televisión y se le pasa por la cabeza: "Y si me ocurriera a mi". Otra oye la noticia de que una persona perdió el control y se suicidó, y piensa: "¿Y si me ocurre a mi igual?".La palabra clave que suele indicar esta distorsión suele ser:" ¿Y si me ocurre a mi... tal cosa?".

6. PERSONALIZACION: Consiste en el habito de relacionar, sin base suficiente, los hechos del entorno con uno mismo. Por ejemplo: En el trabajo una persona tenía la impresión de que cada vez que el encargado hablaba de que había que mejorar la calidad del trabajo se referían exclusivamente a él. Esta persona pensaba: "Se que lo dice por mi". Una mujer que escuchaba a su marido quejarse de lo aburrido del fin de semana, pensaba: "Seguro que piensa que soy aburrida". Un tipo de personalización consiste en el habito de compararse con otras personas de manera frecuente: "Soy menos sociable que José", "A él le hacen caso pero no a mi". Palabras claves son: "Lo dice por mi", "Hago esto mejor (o peor) que tal".

7. FALACIA DE CONTROL: Consiste en cómo la persona se ve a sí misma de manera extrema sobre el grado de control que tiene sobre los acontecimientos de su vida. O bien la persona se suele creer muy competente y responsable de todo lo que ocurre a su alrededor, o bien en el otro extremo se ve impotente y sin que tenga ningún control sobre los acontecimientos de su vida. Ejemplos: "Si otras personas cambiaran de actitud yo me sentiría bien", "Yo soy el responsable del sufrimiento de las personas que me rodean". Palabras claves son: "No puedo hacer nada por...”, "Solo me sentiré bien si tal persona cambia tal", "Yo soy el responsable de todo...”

8. FALACIA DE JUSTICIA: Consiste en la costumbre de valorar como injusto todo aquello que no coincide con nuestros deseos. Una persona suspende un examen y sin evidencia piensa: "Es injusto que me hayan suspendido". Otra piensa sobre su pareja:"Si de verdad me apreciara no me diría eso". Palabras claves son: "¡ No hay derecho a...!”, "Es injusto que...”, "Si de verdad tal, entonces...cual".

9. RAZONAMIENTO EMOCIONAL: Consiste en creer que lo que la persona siente emocionalmente es cierto necesariamente. Si una persona se siente irritado es porque alguien ha hecho algo para alterarle, si se siente ansioso es que hay un peligro realmente... Las emociones sentidas se toman como un hecho objetivo y no como derivadas de la interpretación personal de los hechos. Las palabras claves en este caso son: "Si me siento así...es porque soy/ o ha ocurrido...”

10. FALACIA DE CAMBIO: Consiste en creer que el bienestar de uno mismo depende de manera exclusiva de los actos de los demás. La persona suele creer que para cubrir sus necesidades son los otros quienes han de cambiar primero su conducta, ya que creen que dependen solo de aquellos. Por ejemplo un hombre piensa: "La relación de mi matrimonio solo mejorará si cambia mi mujer". Las palabras claves son: "Si tal cambiara tal cosa, entonces yo podría tal cosa".

11. ETIQUETAS GLOBALES: Consiste en poner un nombre general o etiqueta globalizadora a nosotros mismos o a los demás casi siempre designándolos con el verbo "Ser". Cuando etiquetamos globalizamos de manera general todos los aspectos de una persona o acontecimiento bajo el prisma del ser, reduciéndolo a un solo elemento. Esto produce una visión del mundo y las personas estereotipada e inflexible. Por ejemplo una persona piensa de los negros:"Los negros son unos gandules”. Un paciente piensa de manera idealizada de su terapeuta: "Es una persona estupenda". En este caso las palabras clave "Es una persona estupenda". Es el efecto de englobar bajo una etiqueta hechos distintos y particulares de modo inadecuado. Por ejemplo: Una hombre cada vez que tenía ciertas dificultades para hablar con una mujer que le agradaba, se decía, "Soy tímido, por eso me pasa esto". Las palabras claves son: "Soy un", "Es un", "Son unos...”

12. CULPABILIDAD: Consiste en atribuir la responsabilidad de los acontecimientos bien totalmente a uno mismo, bien a otros, sin base suficiente y sin tener en cuenta otros factores que contribuyen a los acontecimientos. Por ejemplo una madre cada vez que sus hijos alborotaban o lloraban tendía a irritarse con ellos y consigo misma echándose la culpa de no saber educarlos mejor. Otra persona que estaba engordando culpaba a su cónyuge por ponerle alimentos demasiado grasos. Otra característica de la culpa es que a menudo no lleva a la persona a cambiar de conducta sino solo a darle vueltas a los malos actos. En este caso las palabras claves aparecen en torno a: "Mi culpa", "Su culpa", "Culpa de...”.

13. LOS DEBERIAS: Consiste en el hábito de mantener reglas rígidas y exigentes sobre como tienen que suceder las cosas. Cualquier desviación de esas reglas u normas se considera intolerable o insoportable y conlleva alteración emocional extrema. Algunos psicólogos han considerado que esta distorsión está en la base de la mayoría de los trastornos emocionales. Ejemplos de este caso son: Un medico se irritaba constantemente con los pacientes que no seguían sus prescripciones y pensaba: "Deberían de hacerme caso"; eso impedía que revisara sus actuaciones o explorara los factores que podían interferir en el seguimiento de sus indicaciones. Un hombre estaba preocupado excesivamente por los posibles errores que podría cometer en su trabajo ya que se decía "Debería ser competente y actuar como profesional, y no debería cometer errores”. Las palabras claves como puede deducirse son: "Debería de...", "No debería de...”, "Tengo que...”, "No tengo que...", "Tiene que...”. Albert Ellis, uno de los terapeutas cognitivos más eminentes, llama a este habito "Creencias Irracionales" y las contrapone a las "Creencias Racionales" caracterizadas por lo que la persona desea o prefiere respecto a sus objetivos o metas. Afirma que los deberías producen emociones extremas y trastornos y los deseos personales derivados de las creencias racionales pueden producir malestar cuando no se consiguen, pero no de manera extrema como las exigencias de los "Deberías", que además nos aleja de conseguir nuestros objetivos al marcarnos solo un camino rígido.

14. TENER RAZON: Consiste en la tendencia a probar de manera frecuente, ante un desacuerdo con otra persona, que el punto de vista de uno es el correcto y cierto. No importa los argumentos del otro, simplemente se ignoran y no se escuchan. Una pareja discutía frecuentemente por la manera de educar a los hijos, cada uno se decía:"Yo llevo razón, él/ella está equivocado", y se enredaban en continuas discusiones con gran irritación de ambos. No llegaban a ningún acuerdo tan solo era una lucha de poder, de sobresalir con su razón particular. Las palabras claves que denotan esta distorsión son: "Yo llevo razón", "Se que estoy en lo cierto él/ella está equivocado".

15. FALACIA DE RECOMPENSA DIVINA: Consiste en la tendencia a no buscar solución a problemas y dificultades actuales suponiendo que la situación mejorará "mágicamente" en el futuro, o uno tendrá una recompensa en el futuro si la deja tal cual. El efecto suele ser el acumular un gran malestar innecesario, el resentimiento y el no buscar soluciones que podrían ser factibles en la actualidad. Una mujer toleraba que su marido llegara bebido a altas horas y diera voces. Ella se decía:"Si aguanto el día de mañana se dará cuenta de lo que hago por él”. Sin embargo iba acumulando gran ira y respondía de manera indirecta a su malestar cuando su pareja le solicitaba relación sexual y ella se oponía por "estar cansada y con dolor de cabeza". En este caso las palabras claves que indican esta distorsión son: "El día de mañana tendré mi recompensa”, “las cosas mejorarán en un futuro".
(Según la RAE, falacia es Engaño, fraude o mentira con que se intenta dañar a alguien.)

Ya sabemos qué distorsiones se nos pueden presentar y cómo las podemos llamar, pero lo interesante es saber cuáles son las que predominan en nosotros y a tal efecto os cito un cuestionario que, como os dije, nos puede ayudar a enfrentarnos con esos pensamientos automáticos, para ser conscientes de en qué puntos hemos de incidir para trabajar o comenzar una terapia en este sentido.

INVENTARIO DE PENSAMIENTOS AUTOMATICOS (RUIZ Y LUJAN, 1991)
A continuación encontrará una lista de pensamientos que suele presentar las personas ante diversas situaciones. Se trata de que usted valore la frecuencia con que suele pensarlos, siguiendo la escala que se presenta a continuación:

0= Nunca pienso eso
1= Algunas veces lo pienso
2= Bastante veces lo pienso
3= Con mucha frecuencia lo pienso

1.No puedo soportar ciertas cosas que me pasan
2.Solamente me pasan cosas malas
3.Todo lo que hago me sale mal
4.Sé que piensan mal de mí
5. ¿Y si tengo alguna enfermedad grave?
6.Soy inferior a la gente en casi todo
7.Si otros cambiaran su actitud yo me sentiría mejor
8. ! No hay derecho a que me traten así !
9.Si me siento triste es porque soy un enfermo mental
10.Mis problemas dependen de los que me rodean
11.Soy un desastre como persona
12.Yo tengo la culpa de todo lo que me pasa
13.Debería de estar bien y no tener estos problemas
14.Sé que tengo la razón y no me entienden
15.Aunque ahora sufra, algún día tendré mi recompensa
16.Es horrible que me pase esto
17.Mi vida es un continuo fracaso
18.Siempre tendré este problema
19.Sé que me están mintiendo y engañando
20.¿Y si me vuelvo loco y pierdo la cabeza?
21.Soy superior a la gente en casi todo
22.Yo soy responsable del sufrimiento de los que me rodean
23.Si me quisieran de verdad no me tratarían así
24.Me siento culpable, y es porque he hecho algo malo
25.Si tuviera más apoyo no tendría estos problemas
26.Alguien que conozco es un imbécil
27.Otros tiene la culpa de lo que me pasa
28.No debería de cometer estos errores
29.No quiere reconocer que estoy en lo cierto
30.Ya vendrán mejores tiempos
31.Es insoportable, no puedo aguantar más
32.Soy incompetente e inútil
33.Nunca podré salir de esta situación
34.Quieren hacerme daño
35.¿Y si les pasa algo malo a las personas a quienes quiero?
36.La gente hace las cosas mejor que yo
37.Soy una víctima de mis circunstancias
38.No me tratan como deberían hacerlo y me merezco
39.Si tengo estos síntomas es porque soy un enfermo
40.Si tuviera mejor situación económica no tendría estos problemas
41.Soy un neurótico
42.Lo que me pasa es un castigo que merezco
43.Debería recibir más atención y cariño de otros
44.Tengo razón, y voy a hacer lo que me da la gana
45.Tarde o temprano me irán las cosas mejor


Claves de corrección: (En el paréntesis puntos totales de las tres preguntas)

FILTRAJE: preguntas 1-16-31 ( )

PENSAMIENTO POLARIZADO: preguntas 2-17-32 ( )

SOBREGENERALIZACION: preguntas 3-18-33 ( )

INTERPRETACION DEL PENSAMIENTO: preguntas 4-19-34 ( )

VISION CATASTROFICA: preguntas 5-20-35 ( )

PERSONALIZACION: preguntas 6-21-36 ( )

FALACIA DE CONTROL: preguntas 7-22-37 ( )

FALACIA DE JUSTICIA: preguntas 8-23-38 ( )

RAZONAMIENTO EMOCIONAL: preguntas 9-24-39 ( )

FALACIA DE CAMBIO: preguntas 10-25-40 ( )

ETIQUETAS GLOBALES: preguntas 11-26-41 ( )

CULPABILIDAD: preguntas 12-27-42 ( )

LOS DEBERIA: preguntas 13-28-43 ( )

FALACIA DE RAZON: preguntas 14-29-44 ( )

FALACIA DE RECOMPENSA DIVINA: preguntas 15-30-45 ( )

Una puntuación de 2 o más para cada pensamiento automático suele indicar que le está afectando actualmente de manera importante ese tema. Una puntuación de 6 o más en el total de cada distorsión puede ser indicativa de que usted tiene cierta tendencia a "padecer" por determinada forma de interpretar los hechos de su vida.

No es mi intención sustituir ningún tipo de terapia con un profesional, pero lo cierto y verdad es que en estos tiempos actuales muy poca gente que se ve inmersa en una crisis personal, dedica tiempo, dinero y esfuerzo en intentar saber qué le está pasando y por qué. Este artículo quiere poner a disposición de estas personas unas herramientas que puedan ayudar en algo a concienciarles que es necesario pedir ayuda y por otro lado dar un utensilio para que puedan ser conscientes, por lo menos, que su “problema” está contemplado en esta aventura de vivir como algo lógico y que casi nadie se escapa de “sufrir” en algún momento, en su caminar por la vida, de pasar por tiempos en los que la balanza de nuestra mente se desequilibra, y no quiere decir que estemos, para nada, locos. Simplemente es la vida.


Juan José López Nicolás

viernes, 25 de noviembre de 2011

La pareja, ¿problema o solución?

A lo largo de mi vida he podido conocer a personas que han conseguido dejar de creer en la pareja, pero he podido ver, también, que, en su fuero interno, siguen anhelando la felicidad, el calor, la compañía, el amor y la estabilidad emocional que se puede vivir así, en pareja, con tu compañero o compañera de viaje que has elegido a través de la vida.

No todas las parejas son felices, eso es un hecho que no voy a descubrir ahora, porque el equilibrio emocional de esa entidad está falto de cultivo, de cuidados, de aprendizaje, de reflexión y de actualización ante los cambios; pero sí he descubierto que los individuos que logran estabilizarse, descubrirse emocionalmente, reflexionar, aceptar, aprender, luchar y arriesgarse a vivir, encuentran en la pareja el caldo de cultivo en el que proliferan las sensaciones más duraderas y alimento del alma.

Un día, hablando con mi hijo menor, Alberto, me dijo algo que me llegó muy hondo y que he intentado llevar a cabo: “Papá, si quieres encontrarte bien, creo que es necesario buscarse mejor.” Esa es la realidad, porque no hacemos los esfuerzos de mirar por nosotros mismos el mundo y dejamos en manos de los otros la responsabilidad de hacernos felices, por lo que cada vez que haya un problema será siempre el otro el que tenga la culpa de todo lo que me pase a mí. Vaya lección que aprendí con esa conversación tan aparentemente sencilla y cotidiana y que al final extraje la conclusión de que si yo no puedo estar bien y no puedo colaborar a la felicidad es porque yo no sé estar bien, no me siento capaz y debo buscarme mejor, con ayuda profesional o empleando toda mi energía para conseguirlo.

La verdad es que todas estas ideas se ven reflejadas constantemente en este blog y a veces puede que se repitan en diferentes artículos porque creo que son la base de la búsqueda de los momentos de felicidad que tenemos el derecho de sacarle a la vida.


- ¡Vaya una defensa de la pareja! -me comentan algunas personas que me conocen y con las que hablo de estos temas,- se nota que crees en ella y hasta emociona el pensar cómo debe ser esa sensación que algunos no llegan a vivir y otros, teniéndola, no aprenden a cuidarse y a cuidarla. Pero entonces,- me preguntan- ¿hay algunos ingredientes que consideres básicos para tener una relación positiva y duradera?
No hay fórmulas mágicas y todo no sirve a todos – comienzo a responderles-, pero lo que siempre defenderé es que el ingrediente estrella es la COMUNICACIÓN EFICAZ y adecuada. Aunque lo hayas oído mil veces no deja de ser cierto, porque es imposible que la relación funcione si no existe una buena comunicación entre ambos. Pero comunicarse no se refiere a hablar mucho, sino a poder expresar a nuestra pareja nuestros sentimientos, nuestras emociones, nuestras inquietudes, nuestros deseos, nuestros proyectos…y obtener un “feedback” por su parte en las mejores condiciones. Si existe una buena comunicación es más fácil resolver los problemas que van surgiendo en el devenir de la vida.

Al mismo tiempo, he aprendido que esta comunicación forma parte de una moneda con dos caras, siendo el reverso de esta moneda algo tan fácil, y que muchos no saben hacer, como es tener la capacidad de ESCUCHAR.

Escuchar y tratar de entender es crucial para obtener y dar la retroalimentación necesaria con el objetivo primario y básico de poder decir que hay realmente comunicación, que entendemos qué nos están diciendo, siendo este el principio de otro ingrediente básico para la relación eficaz: LA COMPRENSIÓN.

Este ingrediente no hará más que ponernos en lugar del otro, si le conocemos, antes de juzgar nada. Porque si juzgamos nos erigimos en jueces y nos posicionamos en un escalón superior y no nos interrelacionamos desde la igualdad, o lo que es lo mismo, y estoy seguro que ya lo han oído antes, hemos de fomentar y posicionar nuestro ánimo y actitud desde la empatía.

No quiero alargarme más y doy por supuesto que a todos se nos ocurren más ingredientes básicos, por lo que simplemente os señalo otros para que reflexionéis si en vuestra pareja se dan y con qué grado de asiduidad. Podemos decir entre otros:

- El respeto
- La complicidad
- La tolerancia
- La admiración
- La afinidad…


De aquí podemos definir, tal vez, una RECETA que dé los ingredientes para una interrelación adecuada, pudiéndola llevar a los entresijos del corazón que elijamos.


Es difícil que una relación no llegue a buen puerto si consigue que estos elementos básicos se desarrollen y formen parte de la costumbre relacional en este proyecto vital que constituye ser persona y ser pareja. ¿O no?

Juan José López Nicolás

jueves, 10 de noviembre de 2011

No podemos ir de salvadores.

Tras una consulta de una lectora de nuestro blog, se me ha ocurrido hacer unas reflexiones sobre la necesidad que algunas personas tienen de encargarse de la vida de los demás y de proteger y ayudar hasta el punto de llegar a olvidarse de la vida de uno mismo. Y eso no es tener en absoluto espíritu de sacrificio.

El ir de salvador, de ayudador de causas, de amigos, aunque no te lo pidan, tan sólo porque tú mismo ves la necesidad, no es una excesiva buena manera de actuar. El preocuparse de los otros dejando de ver tu propia necesidad, no es una buena manera de actuar. Y esta manera de actuar inapropiada hace que los demás dejen de esforzarse por crecer, dejen en manos de uno la propia necesidad que se tiene de desarrollarse en todos los ámbitos de la vida, y hasta, si me apuráis, ponen en nuestras manos la solución a sus vidas y la consecución de su propia felicidad…¡Pero a qué precio!

He encontrado un mini relato que puede ilustrar de una forma clara y concisa el tema que os traigo a reflexión. Es de un autor anónimo y aquí os lo dejo para que después me comentéis.

El hombre y la mariposa

Un hombre encontró el capullo de una mariposa y se lo llevó a casa para poder verla cuando saliera de él. Un día, vio que había un pequeño orificio, y entonces se sentó a observar por varias horas, viendo que la mariposa luchaba por poder salir del capullo.

El hombre observó que forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño orificio en el capullo, hasta que llegó un momento en el que pareció haber cesado la lucha, pues aparentemente no progresaba en su intento. Parecía que se había atascado. Entonces el hombre, en su bondad, decidió ayudar a la mariposa y con una pequeña tijera cortó al lado del orificio del capullo para hacerlo más grande y de esta manera por fin la mariposa pudo salir.

Sin embargo, al salir, tenía el cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas.

El hombre continuó observando, pues esperaba que en cualquier instante las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente para soportar al cuerpo, el cual se contraería al reducir lo hinchado que estaba. Ninguna de las dos situaciones sucedieron y la mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas... Nunca pudo llegar a volar.

Lo que el hombre, en su bondad y apuro no entendió, fue que la restricción de la apertura del capullo, y la lucha requerida por la mariposa para salir por el diminuto agujero, era la forma en que la naturaleza forzaba fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que estuviesen grandes y fuertes y luego pudiese volar.

lunes, 31 de octubre de 2011

Expresión del duelo: vivir la pérdida

La pérdida, la elaboración del duelo, en todas sus formas, se desarrolla bajo las perspectivas de un dolor que parece que nunca se va a terminar; parece que ese dolor que nos atenaza se desparrama por todo nuestro ser impidiendo pensar en otra cosa que no sea ese propio dolor, que sentimos hincar sus uñas en nuestra propia alma. Pero el tiempo, el trabajo personal, la ayuda terapéutica y la elaboración, con el trabajo apropiado, hacen que la profundidad y la agudeza del dolor dé paso a las sensaciones más profundas, que, sin olvidar, serenan esa agudeza y hacen poder verbalizar las sensaciones desde otros planos distintos y no discapacitantes para poder llevar una vida equilibrada y medianamente normal. Se adquieren otros recursos que oxigenan el corazón y el pensamiento.

Os dejo, a continuación, con un escrito de una compañera, que ha logrado poder verbalizar y escribir sobre la muerte de su hermana de una manera totalmente distinta a como lo hacía años atrás. Ninguna muerte es igual a otra y ninguna pérdida es igual a otra, pero en ese escrito, hecho desde la profundidad del alma, se observa el dolor sereno, con la aceptación debida, aunque no exento de ese sentimiento plagado de las cicatrices que jamás llegan a curarse del todo. Si profundizáis en él, veréis todas las sensaciones que un ser humano puede sentir ante una pérdida de uno de los seres más queridos de la vida. Tal vez, incluso, haya encontrado la forma de hacer una especie de despedida, la que no pudo hacer en momentos anteriores, y que de no realizarse, nos puede sumir en un duelo patológico.


23.15 de la noche… Tu último suspiro fue para mí, lo sé. Entré en la habitación para saber cómo estabas; miré a tu corazón, respiración inexistente, esperé, seguí mirándolo, expectante, y de pronto, después de un tiempo infinito para mí, respiraste (tu último, último adiós) y te fuiste; te marchaste para siempre.

Hermana, esta noche te puse una vela, esperé la hora en la que concluiste tu existencia terrena, me rodeé de tus fotos y apagué la luz para que solamente tú reinases en esta noche de tantos recuerdos. Era preciso para mí hacerlo de esta manera. No puedo pasar un día sin que tu memoria me invada; sin que tu recuerdo no acceda a toda mi vida. ¡Hermana mía!...

Tu cuerpo define el lugar donde te encuentras; imagino que allí siempre será primavera; entiendo que no habrá limitación para el amor. No, hermana mía del alma, tú no tenías límites para amar, tú amabas siempre. Tú eras amor.

Mirándote a ti, en esta noche en la que el temblor me aprisiona, me limita, te hablo y te explico todo lo que yo sentí esa noche fatídica en la que, después de fallecer, me acosté a tu lado, te toqué el pelo. Parecía que nada hubiese pasado, estabas como durmiendo, musitándole a las estrellas, jugando con ellas(probablemente) buscarías un sitio lleno de árboles, ¿ el mar?, ¿dónde estabas, dime, dónde estabas cuando te fuiste?. Dime dónde estás hermana mía. Esta noche te he pedido que vueles lejos, que te olvides de nosotros, que no asistas a este apego, que no es bueno para ti; que todos estos amores que aquí dejaste te sirvan para emprender vuelo, un vuelo alto hacia Dios, hacia toda la vida que tú siempre representaste. Y te lo digo como cuando era niña, sin papeles, sin excusas, sin mentiras... Todo es cierto, pero... ¡cuanto dolor hay en mi corazón, cuanto te echo de menos, cuanto te necesito a mi lado!

"Contigo todo es más fácil!", me dijiste un día. ¡Ay, corazón mío, qué solita me has dejado!

Eras un espíritu libre, estabas reducida a la apariencia de un círculo lleno de luz alrededor de un planeta llamado tierra, donde todo lo que emerge (por definición, es reducido), por eso te fuiste; eras tan libre que un sólo sentimiento tuyo escapaba de nosotros; quedaste atrapada aquí y en tu horizonte viste castillos cuyas murallas ningún ejército escalará jamás.

No tengas en cuenta mi dolor, sé que estarás bien, mucho mejor que yo, seguro, mucho mejor que a todos los que dejaste. Por eso no me hagas caso, vuela alto, muy alto, que nadie pueda divisar tu imagen, con la perspectiva de la distancia y la cercanía de tu amor.

Examina todas las maravillas de Dios, espérame, escribe un libro hermoso, tan precioso como tú, que cuando nos veamos (espero que falte mucho), y no es por ganas de verte, que eso no, tú lo sabes, estrechemos nuestras almas como hacíamos cuando eras. Pero también sabes que todavía tengo cosas que cuidar aquí, todas aquellas que tú dejaste a medio hacer y yo me encargo, superviso, soy paciente, estoy. Pero recorre todos los sitios, apunta bien las direcciones para que cuando nos recojas podamos disfrutar majestuosamente de la eternidad…Y SIEMPRE CONTIGO.



lunes, 24 de octubre de 2011

Cuando la distorsión se piensa

“Lo que yo necesito,… ¿Qué es lo que yo necesito? Sí, eso es. Necesito cambiar de casa. No puedo seguir tan sola rodeada de tanta gente. Somos tres, a veces cuatro en el piso. Cada uno en una habitación, cada uno encerrado con sus propias miserias. Y cuando nos vemos, se dicen cosas que no ayudan. Por lo menos a mí lo que se dice no me sirve de nada.

Aunque a veces me parece que la solución pasa por hablar menos y respetar más. Te aseguro que lo que Yo necesito, la verdad es muy sencilla. Mira que le doy vueltas, pero nada. Verdaderamente temo el día que diga que no pueda más. ¡Si pudiera decir que No! Sí, eso es. Yo necesito que no toquen más mis cosas. Que dejen de meter las narices en mi lado del frigorífico. Que me pidan permiso si quieren algo. ¡¿Qué les cuesta?!

Yo soy muy generosa, y te aseguro que no me importa compartir con otros, sólo que nunca se reponen las cosas que dicen tomar prestadas. Y pasan los días y yo les veo tan a lo suyo, que vuelven a llenar la despensa y de lo mío, lo que dijeron que me devolverían, ni se acuerdan. Y no quiero pensar mal, pero termino haciéndolo. Un día sí y otro también. Ya es costumbre que sea yo quien suministre. ¡Estoy harta!

Y aunque esta mañana el frío entumecía en gran medida mi atrevimiento, seguro que esta vez me empujará más lejos que la última vez. ¡Me cuesta tanto decidir! No, no es cierto. En realidad creo que es cuestión de enfrentarse. Tengo que aprender a decir que no. Ya está bien de hacer lo que no me gusta, de pedir permiso para respirar, de andar de puntillas por en medio del pasillo de este lugar que me ahoga.

¡Da igual lo que haga! No se dan cuenta que estoy aquí, en medio de nada, de platos sucios que no se lavan, de pelos en el fondo en la bañera, de muebles en medio de la zona de estudio con lo que me he llenado de moratones. Y es que bastó que Cecilia me preguntara cómo me había ido el otro día con la estantería que me compré para que rompiera a llorar sin venir a cuento.

Ahora sólo me falta que piensen que estoy loca. El otro día sorprendí a uno de los chicos mirándome de reojo, con cara de no entender nada. Es que ya no sé qué hacer para que se enteren. Si estoy con la cara seria, empiezan con las bromitas. Si me sonrío replican con una risita falsa. ¡Ya no aguanto más en esta casa de locos!".


Publicado por Graciela Large en su página

Comunicación en pareja

lunes, 10 de octubre de 2011

Otra definición de Crisis

Son bastantes los artículos que hemos dedicado al tema de la crisis en este blog, pero entiendo que sigamos recibiendo consultas al respecto porque es difícil vernos en ellas y poder salir de una forma rápida y sin heridas tras los “COMBATES” que hemos de librar contra nosotros mismos y contra nuestra mente.

Se me ha pedido en distintas ocasiones que si podía definir lo que es una crisis, y de hecho, en los artículos que hemos escrito y que podéis consultar, veréis reflejadas distintas definiciones y distintos tratamientos a través de nuestra actitud y nuestra aptitud, encaminados a poner ante nosotros mismos la realidad del problema y que nos hace sumergirnos en los distintos tipos de crisis, tantos y tan variados como tipos de personas existen. Pero hoy me propongo dar una definición enfocada al tratamiento y no al problema que crea.

Con este matiz quiero incidir en la necesidad terapéutica de centrar nuestra energía en la solución y no en perpetuar el problema, ya que solemos gastar mucho tiempo y energía en centrarnos y en dar vueltas, como verdaderos buitres, a nuestra pena, a verbalizar qué nos pasa, una y otra vez, sin darnos cuenta que la energía mejor utilizada es la focalizada en el camino de las posibles soluciones. Por esta razón, para mí, CRISIS, se puede convertir en no el problema, sino en la Capacidad de Responder con Inteligencia al Sistema Interno de Sensaciones.


C apacidad
R respuesta
I nteligente
S istema
I nterno
S ensaciones

Es cierto que nadie quiere entrar en esos problemas y situaciones que nos enlentecen nuestra propia vida evitando estar en un equilibrio entre nuestro ser, nuestra mente y nuestra realidad ante la vida. En definitiva, nadie quiere sentirse cercenado, pero las expectativas y sueños de todo ser humano han de discurrir por un camino lo más paralelo posible, para que uno pueda vivir sin las frustraciones que son la diferencia entre esas expectativas y la realidad de cada uno; siempre y cuando esas mismas expectativas se vayan cumpliendo y no nos resignemos si no se cumplen, puede que no entremos en esos momentos de controversia entre lo que queremos y lo que tenemos en realidad. Depende de dónde situemos nuestra escala de valores y nuestra capacidad de frustración.


No pretendo disertar largo y tendido sobre este tema, de amplia literatura, por esta razón os dejo así este esbozo de artículo para que comentéis y aportéis sobre él. Espero vuestras aportaciones en los comentarios al final de este post.


Juan José López Nicolás

martes, 4 de octubre de 2011

Actitud y cambio de perspectiva

He quedado gratamente sorprendido al ver que en poco tiempo, una persona que estaba sumida en las partes negativas de sus pensamientos, ha logrado iniciar un camino de resurgimiento apelando y usando todo el potencial tan maravilloso que todos llevamos dentro. Era posible y es posible con sólo aplicar la voluntad para efectuar los cambios adecuados que nos permitan ver la vida desde una perspectiva distinta, con el objetivo, que tantas veces os he mencionado, de llegar a un equilibrio y querer ver por uno mismo las bondades que también tiene la vida, aunque nos parezca que nos maltrata incomprensiblemente.

La Señora X ha aprendido y vive con ella y con sus circunstancias aceptando su vida; apoyándose en el principio de que todo pasa por algo y este algo no es otra cosa que aprender con el tiempo que dedicamos a arriesgarnos a vivir. Pocos pueden decir lo que decía Neruda: “confieso que he vivido.” Y sin embargo ahí estamos, en el punto de decidir qué hacer ante las crisis que nos acontecen en la vida y con sólo el poder de nuestra decisión, valentía y voluntad: vivir o morir, seguir o perecer.

Felicito efusivamente a las personas que deciden vivir por ellas mismas, sin dependencias emocionales, sin aceptar vejaciones, sin aceptar humillaciones y, sobre todo, dispuestas a pagar el precio necesario por tomar las decisiones adecuadas para salir de esa espiral maldita de la sumisión y vasallaje, aunque la pena por las pérdidas se tengan que tragar, madurar y aceptar para vivir nuevas etapas que enriquezcan la necesidad de ser.

Aquí os dejo un escrito que me envía mi compañera, Gloria S. Conesa, para ilustrar todo lo antedicho. En él observaréis un testimonio vivo de alguien que “simplemente” quiere vivir y por eso busca encontrarse. Y aunque no estéis de acuerdo en algo, lo importante es pensar que todo camino es bueno si lleva hacia el equilibrio emocional y a deshacerse de los miedos y angunstias que atenazan y perpetúan un estado de contínua lucha interior sin apariencia de luz. Que lo disfrutéis y lo aprovechéis.

2 de octubre del 2011.
Ha sido un día lleno de recuerdos, experiencias, salubridad interior. Buenas noches interlocutor válido, buenas noches mi amor, buenas noches luna, buenas noches. Estos sentimientos van dirigidos a mi amor, a ese gran amigo, a un desconocido, al último paciente llegado antes de las diez. Al universo, a los agujeros negros, a la fuerza de la gravedad, a Nuestro Padre que está en los cielos, pero, estos sentimientos, van dirigidos a ti...

Salí de trabajar, no me apetecía meterme en casa, tomé una cervecita y regresé. Volví con la necesidad de escribir, con mi pensamiento puesto en el corazón, o con mi corazón puesto en mi sentimiento.

Llegué con un estado de presencia, con el pensamiento de escribir, expresar la luz que me mantuvo alerta dentro de mis pensamientos. ¿Cuál será mi próximo pensamiento? No importa, el último recuerdo es el de hoy. Quiero soltar, necesito decir adiós a ese pasado doloroso que poco a poco fue incorporándose en mi alma. Jamás renunciaré a las cosas bonitas de mi pasado. Siempre irán conmigo, en mi caminar; agradezco a la vida mi equipaje certero, mi caminar preciso, mis sentimientos bonitos. Rechazo las polaridades, mi vida es unión.

Siento dentro de mí al universo y abomino el rencor, los juicios, los prejuicios, las malas artes y el adiós a esa parte de mi alma que me fortalece y ayuda donde quiera que vaya. Mi gran expectativa, mi presente es el amor. TE AMO (tal vez porque ahora me amo)

Hay grandes cosas en mi vida por adquirir y en el camino estoy, en mi nivel más profundo existo y me reconozco. Soy un ser lleno de sol, un alma enamorada de la lluvia. No me paraliza el miedo, el fuego…no me paralizan las circunstancias, aunque a veces sienta que mi identidad se debilita. Mi pasado no me convierte en nada, es pasado, no lo necesito ni para recordar, no quiero, es absurdo; no me lleva a ningún sitio. Las cargas me pesan, necesito honrar mi vida, honrarme a mí, fluir con alegría y suavidad. Reducir cualquier aspereza, desencuentro. Mi vida es ahora, mi vida es real. Tan real que me hacen recordar, más que recordar, unas palabras de un autor que me encanta y que me sigue haciendo pensar para ver dónde y cómo estoy, desde dónde miro y hacia dónde:



“Emplea tus sentidos plenamente. Trata de estar donde estás. Mira a tu alrededor. Simplemente mira, sin interpretar, observa la luz, las formas, los colores, las texturas. Sé consciente de la presencia silenciosa de cada cosa. Sé consciente del espacio que permite que cada cosa sea. Escucha los sonidos; no los juzgues. Escucha el silencio debajo de los sonidos. Toca algo -cualquier cosa- y siente y reconoce su ser, entra profundamente en el ahora” (Eckhart Tolle)

Buenas noches, mundo.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

¿Por qué aguantamos cuando sentimos dolor?

“Nosotros somos los invitados al jardín: de la vida, del amor, de la felicidad, de la alegría… No permaneceremos en él siempre, ni siempre nos parecerá en flor. Ni siquiera seremos dichosos durante todo el tiempo que lo habitemos.” (A. Gala)

Es difícil encontrar a un ser humano desconocedor de la experiencia del amor. Quisiera diferenciar la importancia de este sentimiento en sus diferentes fases:

Partiendo de diferentes lugares, dos personas se encuentran en el camino y deciden compartir su vida. En esta primera fase de enamoramiento, la aceptación del otro es pura enajenación de uno mismo, no sabe realmente los lugares que va a recorrer a través de esta experiencia maravillosa, misteriosa y alentadora, estrechar lazos, donde subir al cielo y descender al infierno es una misma cosa.

Hay muchas teorías sobre la pareja, unas dicen que es imposible que el enamoramiento se prolongue durante mucho tiempo. Estoy de acuerdo en cuanto al concepto de enamoramiento, no tanto en cuanto al amor-enamoramiento, y creo que este sentimiento puede ir unido toda la vida. La pasión no tiene por qué extinguirse, es el motor de la unión entre dos personas.

¿Imagináis un coche dónde el motor falla? ¿A dónde iría? ¿Cuántas veces tendría que visitar al mecánico?... ¿ Lo sustituimos por otro?

Es complicado hablar de amor, de parejas, de diferentes tipos de relaciones enlazadas todas ellas con la ilusión de compartir la alegría de vivir, los proyectos, las sensaciones. Todas ellas maravillosas e inenarrables, ya que cada ser humano es único. Pero ¿qué ocurre cuándo la monotonía se instala en la casa del amor? ¿Qué pasa cuando percibes que no eres tan importante en la vida de tu compañero o compañera? ¿Cuál es el desencadenante de las discusiones?

Deberíamos comenzar diciendo que antes de ser pareja, deberíamos ser personas y formarnos de manera adecuada para serlo de la manera más equilibrada posible. Parece ser que esta sociedad nos ha llevado a hacerlo todo al revés. Queremos a través de la pareja desarrollarnos como personas, y esto es totalmente imposible. Ninguna pareja puede cubrir aspectos personales tales como la seguridad, la autoestima, el amor, la confianza, el respeto, la fidelidad, la lealtad y, en definitiva, los principios inherentes y aprendidos en nuestra vida. Nadie puede arrebatarnos a nosotros mismos (aunque a veces somos nosotros mismos los que nos arrebatamos nuestra propia esencia de ser)

El hombre espera encontrar un remanso de paz, comprensión, amabilidad en su pareja y ésta, a su vez, espera recibir lo mismo; con lo cual cada uno demanda aquello que solamente tiene que partir de él. Así comienzan los desencuentros, los reproches, las decepciones y el hastío de la pareja.

De repente suenan las doce campanadas y el baile principesco termina con una huida en donde la carroza se convierte en calabaza. El sueño se desvanece, las luces se apagan. El príncipe busca incansablemente a una desconocida…
Cualquier persona razonable huiría de la tristeza, la desolación, la incomprensión, el desamor. Supuestamente “todos somos razonables”...

Esto es lo que pensamos que somos, otra cosa es lo que realmente nace de nuestro interior, de las necesidades, las circunstancias de la vida. Es por esto el dicho popular de “¡que bien se ven los toros desde la barrera!”.
Las contradicciones nos acompañan diariamente, el no saber el camino a tomar es el peor camino a seguir. Tenemos que tomar decisiones aunque por ello perdamos ilusiones, sintamos fracasos, creamos que todos nuestros proyectos se fueron a pique o nos sintamos realmente SOLOS.

Seguir en el fracaso proyectado es continuar en más fracaso. Y esto es lo que habitualmente hacemos; necesitamos grandes dosis de infelicidad para romper con una relación insatisfactoria, y en ocasiones ni siquiera estas dosis son suficientes ya que nuestro modelo de vida, nuestra idea de las cosas no tiene nada que ver con nosotros, con nuestro interior.

Solamente viendo, observando lo que ocurre en ese corazón intransitado por nosotros mismos, podremos tomar decisiones. Criticadas, no aceptadas; controvertidas socialmente, si queremos, pero con grandes beneficios a largo plazo.
Debemos asumir la responsabilidad de los propios actos, única manera de mejorar interiormente porque la culpa externa no lleva a ningún sitio constructivo, sino que aletarga nuestra evolución como personas, impidiendo llegar antes a nosotros, al aprendizaje necesario en la lucha de la vida.

Rompamos razonablemente con la infelicidad, rompamos con el papel que nos tocó desempeñar. Tengamos libertad de acción y sintámonos libres con todo este escaparate lleno de ilusiones, ideas y mentiras.

Difícil el camino de la soledad, ingrato, insoportable. Pero siempre que busquemos una salida hacia nosotros, hacia la paz y la felicidad, aparecerá una sonrisa amable, comprensiva, compasiva....agradecida a nosotros mismos.

Gloria S. Conesa Albaladejo